Esta semana la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de ley de alquileres. Ahora será el turno del Senado. Mientras tanto, en el sector, ya hacen los cálculos de cómo afectaría la aplicación del nuevo índice que plantea la norma y que combina precios y salarios.
Reporte Inmobiliario analizó un caso concreto: el de un contrato de alquiler a dos años vencido en octubre de 2019 de un dos ambientes usado tomando un escalonamiento semestral del 15 % que era lo usual en el mercado a agosto de 2017. Y en el mes 13 se tomó el promedio del "nuevo índice".
La conclusión es que en el total del contrato con el índice de actualización propuesto la perdida para el propietario hubiera sido de $ 16.528 un 6,44 por ciento menos medido siempre en términos nominales, los que equivaldrían a 2 meses iniciales de contrato. "Por otra parte, al aumentar en un año la duración del contrato la reducción de rentabilidad seria aún mayor evitando la corrección del desfasaje en la renovación a los dos años", analiza José Rozados, director de Reporte Inmobiliario, y agrega otro dato desalentador para el sector: "en un contexto de alta incertidumbre como el actual la fiabilidad en la objetividad en la elaboración del índice empieza también a jugar como un factor adicional de desconfianza en un compromiso a tres años, el plazo que plantea la nueva ley". Un dato que desalienta aún más a los inversores es que la discusión se da en un mercado en el que la renta bruta que genera un alquiler es la más baja de la historia.
Todos datos que anticipan consecuencias concretas como una menor cantidad de unidades en oferta de alquiler y un aumento de los valores de los contratos que, algunos brokers, ya lo estiman en por lo menos un 10 por ciento.
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