Por Rafael Giménez De la Redacción de LA NACION
Toda crisis como la de los últimos días deja sus enseñanzas y tal vez una de ellas sea ésta: para qué complicar las cosas que marchan bien. El público en general, que no se preocupa demasiado por las cotizaciones de los granos en Chicago ni de la bolsa local, suele retraerse apenas aparecen nubes en el horizonte, especialmente en un tema como el inmobiliario que supone decisiones importantes para una familia por el monto que implican y que, además, involucran el largo plazo.
Sin embargo, y tal vez precisamente por eso, si bien algunas operaciones se toman más tiempo, se siguen realizando, aunque con algunas diferencias. En todos los casos, la demanda se muestra más exigente en la relación entre precio y calidad. Se tiene muy presente que si bien la propiedad es siempre un refugio, si ese refugio es bueno y no muy caro, tanto mejor.
En el mercado suburbano si bien se sintió el impacto de la incertidumbre de las últimas semanas siguieron las visitas a los emprendimientos. Claro que estas propuestas tienen mucho a favor. En principio ofrecen tierra, una porción de nuestro castigado planeta, con la facilidad de cuotas y preventas con alguna rebaja que alientan la inversión de un sector de clase media alta que trata de alejarse de la ciudad con la esperanza de construir la casa en un lugar donde la naturaleza está todavía presente.
En la ciudad y en el eje norte se lanzaron también nuevas propuestas que coincidieron con estos agitados días, algunas de ellas muy sofisticadas, y con ciertas facilidades de pago en dólares y apuntadas a un sector de compradores de buen nivel, que también tuvieron una buena recepción por parte de la demanda.
El material más estándar, en tanto, es el que más sufre en épocas de circunstancias no del todo claras. Esto incluye las nuevas propuestas destinadas a un sector medio que se ubican en algunos barrios. Sorprendido, un operador comentaba: "Me llamó un constructor para bajar el precio de venta un 10% y así acelerar la comercialización. Hace mucho tiempo que no se daba esta situación".
Son diferentes pinceladas de un escenario general que puede parecer desconcertante para el que observa desde afuera, pero que sin embargo es lo que ocurre siempre que hay turbulencias, nacionales o internacionales.
Pinceladas que demuestran, además, la versatilidad de un mercado que se mantiene a pesar de las dificultades y que sólo requiere de un horizonte medianamente previsible.
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