En reiteradas ocasiones los caballos deben ser transportados y en muchos casos se generan situaciones de estrés, nerviosismo y malestar para el animal. Para realizarlo eficientemente se requiere que las personas que rodean al equino conozcan y apliquen un conjunto de medidas (comodidad, seguridad, etc.) con objeto de favorecer su bienestar durante el traslado y también para evitar la posible aparición de traumatismos, heridas u otras lesiones.
El traslado somete al caballo a una variable tensión que comienza por el ascenso al transporte, continúa con el desarrollo del viaje y culmina con el descenso en el lugar de llegada. A esto hay que agregar que el usual tránsito automotor lo enfrenta a sonidos y movimientos sorpresivos del vehículo (frenadas, aceleraciones y virajes) que provocan desequilibrios en su estabilidad normal. El vehículo utilizado tendrá que cumplir con una serie de condiciones: a) una altura adecuada que estará directamente relacionada con la talla del equino, b) el interior deberá estar libre de objetos que puedan causarle heridas y c) un piso apropiado para facilitar que el caballo pueda mantener el equilibrio durante el recorrido (sin roturas ni material resbaladizo). La habilidad y pericia del conductor del transporte son muy importantes para sobrellevar los movimientos rápidos y las frenadas bruscas del vehículo.
Para evitar las posibles lesiones en el organismo (cabeza, cuerpo, extremidades y cola) existen un conjunto de elementos protectores (vendas, mantas, etc.) destinados a resguardar las partes anatómicas contra contusiones y múltiples heridas. Cuando la distancia por recorrer es larga es conveniente planificar con la debida antelación la realización de descansos en el recorrido, hacer descender a los animales para que puedan caminar y favorecer de esta forma la relajación muscular. Además puede aprovecharse la ocasión para proporcionales agua y algo de alimentos. Si la temperatura ambiente fuese elevada hay que asegurarse de que el vehículo que realizará la travesía posea una adecuada ventilación. Para prevenir la deshidratación y el golpe de calor es conveniente suministrarles agua. Los caballos sufren con frecuencia lesiones temporarias o definitivas relacionadas con el transporte; a veces se malogra la preparación de un caballo deportivo cuando asiste a una competencia. Las mismas se pueden atribuir a una preparación insuficiente, al desconocimiento o al tratar de realizar la travesía en poco tiempo.
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