Encuentros de fin de año, charlas efímeras y muy informales, austeros brindis. El momento amerita que así sea. En esas reuniones hay que distinguir entre los players la importante y creciente presencia de economistas, donde junto con los representantes del sector discuten y desmenuzan desde el freno impuesto por el cepo y sus consecuencias hasta cuál será el panorama que determinará la evolución de 2014.
Conviene interpretar entrelíneas lo que abiertamente en esas conversaciones no se dice, y sí se advierte cierto escepticismo aun tratando de eludirlo cuando se encaran temas relacionados con aquellos aspectos negativos de la economía o de las repercusiones políticas. En el centro de las miradas están los economistas: en el fondo todos esperan que de sus análisis (incluso más allá de sus diferencias) surjan conclusiones alentadoras para el país y desde luego para el sector, que añora otros tiempos. Ahora hay que pensar en el año próximo. ¿Pero cómo generar otro ritmo a este alicaído mercado? En principio como bien definía un broker, "una gran espalda para afrontar la crisis no es suficiente. Se puede estar cierto tiempo soportando momentos duros, pero hay que generar un cambio y esto no tiene que ver con los precios, que ya se ajustaron".
Claro, con la inflación, a los que les sobran los pesos están dispuestos a colocarlos en un fideicomiso y pagar en cuotas para tener una propiedad. Un economista, sin embargo, aclaró: "Por ahora es así, pero en un momento económico más favorable habrá otras inversiones atractivas (como el caso de los bonos u otros papeles) y al tener más alternativas el ladrillo puede perder el importante protagonismo que tiene hoy". ¿Será así? Es posible que esto suceda en el caso de inversores que jueguen con un portfolio diversificado.
Pero atentos a lo que sucede en el mundo y más allá de estas opciones que pueden volverse rápidamente más líquidas, ¿por qué razón los millonarios (según figura en una nota aparte en este suplemento) no hacen más que volar hacia las grandes capitales para pagar cifras astronómicas por fabulosas propiedades? Como sea, aquí o en el cenit, el ladrillo tiene un atractivo que lo vuelve imbatible. En las grandes crisis los precios bajaron, pero no sucumbieron ni se volatilizaron. Y con el tiempo salieron indemnes y nuevamente sus propiedades recuperaron los valores, sin especulaciones mediante.
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