El reconocimiento del estado de salud de un caballo requiere el análisis de una serie de signos que deben ser evaluados por la persona que está con ellos como apariencia general, apetito, comportamiento, alteraciones en su conformación, etc. Además, es valioso saber estimar ciertos parámetros que nos permiten comprender algunas particularidades sobre el estado clínico del animal en esos momentos, como son la temperatura, la frecuencia cardíaca o el pulso y la frecuencia respiratoria. En caso de tener que realizar una consulta con el veterinario es muy provechoso poder informarlo sobre las particularidades que presenta el animal en esa circunstancia. Los resultados alcanzados en la determinación de estas tres variables clínicas deben obtenerse con propiedad. Temperatura: cuando está aumentada nos permite reconocer la presencia de una infección o si está disminuida puede indicarnos un estado de shock.
Para cuantificarla no podemos valernos de métodos empíricos y lo correcto es expresarla numéricamente tomando la temperatura con un termómetro, éste debe ser introducido previamente lubricado en el recto mediante movimientos de rotación. Los parámetros normales están situados alrededor de los 38 grados centígrados, aunque puede haber errores en la medición si se realiza inmediatamente de practicar un ejercicio. Frecuencia cardíaca o pulso: consiste en el número de veces que se contrae el corazón durante un tiempo estimado (1 minuto) y se expresa en latidos. Ante la presencia de un foco doloroso intenso, como por ejemplo un cólico, se van a producir alteraciones circulatorias como el aumento de la frecuencia cardíaca o del pulso. Para determinarlos se utiliza un estetoscopio o la palpación manual del pulso, los valores normales fluctúan entre 30 a 40 latidos por minuto. Frecuencia respiratoria, las estimaciones habituales varían de 8 a 16 respiraciones por minuto (cada inspiración va seguida de la espiración y corresponde a 1). Esta cifra surge al observar desde una distancia prudencial, los movimientos que realiza el tórax y abdomen del animal cuando efectúa la entrada y salida de aire. Estos tres útiles datos ayudan a conocer el funcionamiento del organismo, no son difíciles de cumplimentar, pero se recomienda que se determinenen por una persona que los conozca y los haya practicado con anterioridad, para asegurar de esta forma su exactitud, la integridad de la gente que la realiza y la de los animales.
El autor es asesor veterinario de equinos de la Sociedad Rural Argentina
Más leídas de Propiedades
Ranking. El rooftop argentino que fue elegido entre los mejores bares del mundo y cuál es su plato estrella
Tiene 115.000 plantas. Así es el jardín vertical más grande del planeta: dónde queda y cómo lo hicieron
Canning. Esta casa en un country de Buenos Aires ganó uno de los mayores premios de arquitectura del mundo