El menú para el primer concierto de Pilar Golf de este año, que es el próximo 24, es el siguiente: entrada, una burrata (mozzarella hecha a mano del sur de Italia, con jamón crudo, hojas verdes y tomates cherry); como plato principal, Carpaccio de lomo con balsámico y rúcula, más una crêpe de langostinos; de postre, realizan una degustación de tarteleta de crema de cítricos y frutilla o mousse de chocolate amargo y jengibre.
Gente joven
Daniel Delaney está a cargo de la concesión gastronómica de los restaurantes de Pilará, donde funciona un club de tenis; también se practica golf, cuya cancha diseñó Jack Nicklaus, que cuenta con 9 hoyos y el driving, además de polo. "En este deporte ya estamos trabajando con eventos en la temporada con el equipo Pilará y contamos con un house de polo donde hacemos asados y cenas para los torneos que organizamos", detalla Delaney. El restaurante se abre todos los días, mañana y tarde, pero la cena es sólo para los residentes en los dormies, que son jóvenes tenistas que vienen de América latina, como Brasil, Paraguay, Colombia, Ecuador, y de Japón, para entrenarse en la escuela de alto rendimiento que dirige Gustavo Luza y cuyo gerente general es Luis Lamas. "Ofrecemos comida sencilla y cubiertos económicos, por un precio de 40 a 50 pesos se pueden elegir platos caseros y todos los días ofrecemos una propuesta diferente, principalmente para jugadores, profesores y administradores. Los fines de semana pasan cerca de 70 personas. Y los chicos que se entrenan para tenis tienen un régimen de comidas especial, están asistidos por una nutricionista", detalla Delaney, que manejó los restaurantes de diversos countries de la zona.
Advierte que no es un lugar donde la gente consume mucho alcohol. "Atendemos a deportistas y en la mesa diaria la comida y bebida están orientadas al deporte." Entre los personajes que frecuentan el restaurante de Pilará, se destacan grandes tenistas como José Acasuso y Juan Ignacio Chela, por ejemplo. Es el lugar de almuerzos y cócteles de Martín Jaite, que organiza todos los eventos con sus clientes en Pilará. Además, atiende en diversas copas de polo, como bodegueros, que la realizaron recientemente, donde participan doce bodegas que juegan al polo.
Ofrecen un menú deportivo hecho por un especialista, mucha pasta al mediodía, carne sólo a la noche, cereales y fruta en el desayuno. En este momento hay 24 adolescentes de entre 10 y 16 años viviendo en el club de tenis. La temporada alta es en enero, febrero y marzo, y las vacaciones de invierno también. "Uno de los platos preferidos de los polistas es el asado -agrega Delaney-. Actualmente en ese restaurante organizan eventos particulares, como cumpleaños, más reuniones empresariales y jornadas de empresas. En cuanto a las obras del Club de Polo Pilará, ya se comenzó a construir la entrada y están asfaltando los barrios; se inauguraron el driving y los nueve hoyos de la cancha. En El Pueblo de Estancias del Pilar, donde también reina el polo, se destaca La Casona de Alva, un restaurante tradicional de la zona de Pilar que se instaló hace un mes con comida para todos los gustos.
Alva Máxima Benítez y su esposo, Horacio Escrosopy, están en Pilar hace casi 30 años, pero se instalaron en El Pueblo en marzo por los problemas de la obra de la ruta y la inseguridad. También atienden en Carmel CC hace nueve años. Allí están todos los días, desde las 8.30 hasta las 20, menos los martes, también a la noche los viernes, sábados y domingos. "Nuestra tradición (y a su vez lo que más piden) son los ravioles caseros de espinaca, lomo y queso parmesano y los sorrentinos de pato y puerro. Además, hacemos comida que la gente viene a buscar. Nuestros clientes en su mayoría son de Estancias del Pilar y barrios cercanos; incluso, llega gente de La Plata que viene a pasear por Pilar. Muchos vienen a la zona a practicar diversos deportes, como golf, tenis o andar a caballo, y al centro cultural de Fito Allende. Estamos organizando una cena show con jazz o tango -agrega Alva-. Además de las pastas ofrecemos carne, tenemos vinos de todo tipo, y de postre hay stroissell con helado tibio, tortilla de manzana quemada al ron con helado, brownies y natilla." El precio promedio para almorzar ronda los 60 pesos, varía según el vino.
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