Una mudanza es un momento estresante, pero si, además, es la primera vez que uno se va a convivir con su pareja, los nervios se duplican. ¿Cómo se llega a esa primera convivencia: alquilan o compran? ¿En cuántos metros cuadrados viven? ¿Cómo los afecta la cantidad de ambientes de que disponen? Todas estas preguntas hizo Zonaprop a más de 2900 argentinos que están atravesando la experiencia.
A la hora de tomar la decisión de convivir, la mayoría lo hace en la franja entre los 31 y los 40 años (29%) y cerca de un 20% demora el inicio pasado los 40. Entre los 26 y los 30, el 18% comparte una vivienda por primera vez y menos del 10% lo hace antes. Y como para el amor no hay límites, un 14% se anima a probar la convivencia entre los 51 y los 60, y cerca de un 9% después de los 61.
La primera convivencia también da cuenta de la concentración habitacional del país, pues el 51% se radica en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que el 31,40% lo hace en el Conurbano y el 17,61% vive en el interior. "Hay una tendencia común del mercado inmobiliario que perpetúa las parejas argentinas: tienden a alquilar y conviven en departamentos de dos y tres ambientes", observa Nicole Conforti, brand manager de Zonaprop.
La mayoría, alquila
Como lo anticipaba la ejecutiva de la compañía, la gran mayoría de los "recién juntados" alquilan (56,54%), y esto se explica por la falta de acceso al crédito, un punto que se agravó en los últimos dos años con los recurrentes saltos de valor de la moneda estadounidense. Sin embargo, hay un 32,51% que logra comprar su departamento o casa y apenas un 10% que cuenta con la ayuda de un familiar o amigo que le presta un techo para vivir.
Ya sea para alquilar o comprar, todo movimiento inmobiliario implica una erogación importante, y el 75% de las parejas apela a ahorros propios para poder afrontarlos. Un 14% cuenta con la ayuda de los padres para poder pagar los gastos del momento o completar la cifra para la compra y apenas un 10% accede a un crédito hipotecario. Esto refuerza la idea de lo que cuesta calificar para conseguir un préstamo bancario y explica también el retraso en las edades para empezar a convivir, pues muchos extienden el noviazgo en busca de capitalizarse antes de vivir bajo el mismo techo.
De hecho, más del 24% de los novios cuenta que transcurrió más de un año entre que empezaron a hablar sobre mudarse juntos y que finalmente lo lograron y a un 17% les llevó seis meses decidirse. Los impulsivos son la gran mayoría, pues el 58,5% asegura que no lo pensó mucho, sino que fue una "decisión espontánea".
¿A qué tipo de vivienda accede la nueva pareja? Un 32% se muda a un departamento de dos ambientes y un 27% llega a los tres ambientes. Son pocos los que se "pegotean" es un ambiente único (7%). Las casas son elegidas por el 24% y un 9% opta por un PH. Entre los que prefieren vivir en edificios, le dan importancia a contar con amenities, como SUM o pileta. Un dato importante es que la mitad de los encuestados tiene hijos.
Convivir afianza la pareja
A esto hay que sumar que "la mayoría de los consultados considera que al convivir mejoraron muchos aspectos de la relación, sin embargo, el 85% cree que más metros cuadrados podrían facilitar aún más la convivencia", sostiene Conforti.
¿Qué mejoró con la convivencia? Las respuestas son variadas y múltiples, pero el 25% asegura que la comunicación pasó a un nuevo nivel y el 20% dice que el estar juntos hizo que se empezaran a llevar mejor en el día a día. Un 18% sostiene que el amor se incrementó y que el respeto aumentó para el 14%. La mitad de los encuestados afirma que todos estos aspectos positivos se potenciaron desde que viven juntos, y solo un 20% no notó cambios.
Del otro lado de la moneda están todos los aspectos a los que cuesta adaptarse. Así, el 36% reconoce que ahora le cuesta más encontrar tiempo para dedicarse a sí mismo y el 20% cree que perdió privacidad. Al 18% se le complica la división de tareas hogareñas y al 12%, lograr una división de gastos que lo deje conforme. Lo sorprendente es que al 14% le lleva trabajo "sentirse en casa" al llegar a la nueva vivienda.
Pese a que la privacidad y el tiempo para uno es claramente un tema que preocupa a las personas, el 96% elige compartir el dormitorio. Pero, el 52% de los encuestados reconoce que le gustaría disponer de un ambiente en la vivienda para poder desarrollar una actividad propia o simplemente para relajarse, el 19% ya cuenta con este espacio de privacidad y un 28% considera que contar con esto no es algo importante. Por el contrario, el living se impone como el ambiente en el que pasan más tiempo compartido (52%), le siguen el cuarto (27%) y la cocina (16%).
Lo tuyo, lo mío, lo nuestro
Claro está que compartir una vivienda trae nuevas responsabilidades y requiere un modo de organizarse, tanto en el mantenimiento del hogar como en los temas económicos. Es así que, para afrontar los gastos que implica una casa, el 40% de las parejas arma un fondo en común, mientras que el 18% consensuó poner un porcentaje común del sueldo de cada uno para que el aporte sea equilibrado. En cambio, un 42% asegura que "no tiene una estrategia de gastos definida".
Por último, aunque las pantallas se multiplican y el consumo de entretenimiento desde los smartphones sigue creciendo, para el 60% el living es el espacio más elegido para consumir contenido a través de los dispositivos (celulares, notebook, televisores, tablets y más). Le sigue el dormitorio, con el 30%, y la cocina, con apenas el 6%.