CÓRDOBA–. Aunque, de manera creciente, surgen materiales y modalidades de construcción, todavía los argentinos son "conservadores" a la hora de elegir, según coinciden los expertos. Señalan que, incluso quienes tienen más posibilidades económicas, optan por sistemas tradicionales. Son los jóvenes de entre 30 y 40 años los que más impulsan el uso de sistemas innovadores. El Colegio de Arquitectos de Córdoba junto a la Cámara de la Madera trabajan en un concurso de ideas para una casa de 60 metros cuadrados construida con madera. "La idea es mostrar que no hay que limitarse a una prefabricada básica, sino que se puede incluir diseño y emplear más la madera como material", explica Daniel Ricci, presidente de la entidad.
Desde 1997 Ardal fabrica ladrillos de Hormigón Celular Curado en Autoclave (HCCA); cuenta con una planta en Victoria (Entre Ríos) y está próxima a inaugurar otra en Buenos Aires; exporta a Uruguya. El HCCA es una mezcla de aglomerantes, áridos finamente molidos y agua, más un agente expansor (único insumo que se importa desde Alemania) que genera por reacción química millones de burbujas de aire, que, además de estabilidad, generan propiedades termomecánicas.
Desde la empresa Bernardo Alfonso apunta que, en la última década, la demanda comenzó a crecer "fuerte" de la mano de quienes buscan priorizar la aislación térmica y avanzar en una construcción "sustentable para ahorrar energía y tener confort sin tanta calefacción y refrigeración". La incidencia en la inversión es, al comienzo, más alta que la de un ladrillo convencional pero al final –asegura– el costo es igual. Un ladrillo de HCCA de 15 centímetros de espesor cuesta $85 frente a los $15 o $18 de uno común, pero la prestación es superior. Para igualar la aislación se debería construir un doble muro e incluir lana de vidrio.
La desarrollista cordobesa Edisur tiene la fábrica Steelplex, la primera del país destinada a la producción de perfiles de acero galvanizado, elemento utilizado en el sistema constructivo conocido como steel frame que evita la generación de desperdicios y reduce los tiempos de ejecución. "No es una aventura innovar y elegir nuevas técnicas ", dice Horacio Parga, socio director de Edisur. Estima que en costos directos el ahorro, en una casa de 100 metros cuadrados, es de entre 10 y 15 por ciento y en los indirectos también incide por la velocidad de construcción aunque es en proporción a la cantidad de unidades que se ejecuten; incide más en sistemas seriados.
Suite Box ofrece reciclado de containers como una opción de vivienda "con diseño y con menor impacto ambiental a través del ahorro energético", según señala Exequiel Milani de la compañía. El ahorro respecto del sistema tradicional en una casa de 60 metros cubiertos es de 35 por ciento ($780.000 llave en mano). La gran ventaja es la estructura, el bajo mantenimiento y la alta durabilidad". Las unidades incluyen cámara de aire para resolver la cuestión térmica y tienen experiencias de construcción desde Tierra del Fuego a Salta. En general compran parejas jóvenes que cuentan con terreno y que, en 70 días pueden tener su casa.
Un fenómeno de estos tiempos es que la opción por viviendas ecológicas "se generalizó", afirma Lucrecia López Villagra, directora del Instituto de Bioconstrucción de Córdoba. La clave es la menor huella ecológica de los materiales que son todos naturales (tierra, paja, madera, juncos) y, por lo tanto, "mucho más económicos" aunque advierte que si no se construye en comunidad el gasto de mano de obra puede ser más alto que en una casa convencional. López Villagra señala que el barro tiene propiedades hidroscópicas –permite respirar al ambiente y regula la humedad–. "En confort y ewstética no hay que resignar nada. Los costos irán bajando a medida que se aplique más tecnología", concluye.
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