José Ignacio se consolida como un destino demandado por los compradores del mundo y genera oportunidades. Si bien toda la región se vio afectada por la crisis que atraviesan países como la Argentina y Brasil, este mercado mantiene el interés no sólo de los compradores de América sino también de los europeos sobre todo de los países del centro de ese continente y los escandinavos, quienes buscan alternativas para disfrutar cuando quieren escapar del frío del hemisferio Norte. "Hay que tener en cuenta que se trata de un mercado que no es de necesidad sino que es un capricho al lujo", define Sandra Sofio de la inmobiliaria Engel Volkers que comercializa propiedades en la zona. Hoy quien quiere comprar en José Ignacio una chacra "pelada" de una hectárea con vista al mar tiene que pensar en un ticket que arranca en los US$520.000. También hay opciones más económicas: los terrenos de 1000 metros cuadrados en los barrios cerrados arrancan en los US$180.000.
Por otra parte, la demanda que busca una casa tiene que desembolsar US$500.000 por un inmueble ubicado en los alrededores. Mientras que las opciones más accesibles, las "casas tipo rancho" ubicadas dentro del pueblo arrancan en los US$700.000. En estos casos, a la hora de negociar precios, "una propiedad bien tasada tiene un margen del 10 por ciento, aunque en los casos "sobrevaluados" pueden alcanzar al 20 por ciento de descuento. Sin embargo, el dato clave es que en los últimos dos años, la oferta se amplió a tickets más accesibles. "Hay oportunidades con proyectos a los que se puede ingresar por menos de US$190.000, algo impensado para este lugar", afirma la broker que comercializa proyectos como Casa Grande y Anastasio. Este último, un emprendimiento desarrollado por Argencons, creadora de la marca Quartier.
En 2012, con la idea de dotar de un "club de playa" a un futuro barrio de chacras de la zona, Miguel Camps –uno de los titulares de la desarrolladora– encontró una fracción en la primera línea de la playa brava de José Ignacio. Luego, para darle sustentabilidad propia, el club derivó en un hotel que se construyó en 2015 y que se convirtió en pilar de un proyecto más amplio. El emprendimiento que nació como complemento de la estancia Anastasio lanzó los aparts con amenities propios y derecho a los servicios e infraestructura del hotel pero sin participar de sus gastos. "Estamos saliendo a la venta con un precio fijo en dólares y un ticket inexistente en ese sofisticado y mundialmente famoso pueblo pesquero", explica el desarrollador que ofrece departamentos totalmente equipados que se entregarán en diciembre del año que viene. Las unidades suite promedian los US$250.000; las studios los US$190.000 y las doble los US$440.000. Las mismas, que cuentan con la exención de impuestos por la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap), serán manejadas y administradas desde el hotel.
El dueño puede optar entre dos esquemas de utilización: pool de renta o renta individual, en ambos casos, quedando libre de los gastos de mantenimiento. "La forma de pago es con una reserva, otro 30 por ciento en marzo y el saldo en 10 cuotas hasta la entrega", detalla Camps, que estima que los departamentos dejarán una rentabilidad anual en dólares del 6 por ciento. "Al estar el hotel en funcionamiento y con buenos niveles de ocupación, los aparts comenzarán a producir renta de inmediato", finaliza.
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