Secretos de interiorista. Cómo armar múltiples sectores de confort y reunión en un mismo ambiente

“Creé este departamento pensando en una persona que ya no tiene horarios fijos que cumplir. Paz, relax y disfrute compartido son sus principales objetivos. Juntarse a comer, a tomar algo, a charlar: cada rincón del área social busca propiciar esos momentos bajo distintos formatos: alrededor de una mesa redonda, en la barra junto al bar, en los balcones”, dice la interiorista Gaby Orlando, su creadora.

“No suelo poner dos lámparas colgantes de diseño. Acá había tres, contando la de la cocina, y no se molestaban. También trabajé la armonía entre las distintas maderas: el roble de Eslavonia del piso, los paneles ‘Quadra Natural’ del techo, las placas de melamina ‘Scotch’ que usé para el mueble, y la madera de los muebles se llevan bien. Pero hacía falta un corte, por eso el MDF ranurado en blanco para la isla”.

“De los muebles del balcón, me gustó su altura, perfecta para tomar unos mates mirando el atardecer o trabajar en esas sillas que, a diferencia de una banqueta común, no te eyectan al poco rato. Amo los rincones para trabajar, no sé tanto si tener un solo lugar, un escritorio en casa, digamos. Debe ser consecuencia de tener cuatro hijos adolescentes y jóvenes: te vas/van corriendo de los lugares según lo que pasa: por eso le doy tanta importancia a que cada lugar disponible sea confortable”.

Espacios de placer

“A mí me gusta cocinar y recibir. Y me encanta la idea de la barra en la cocina. Esta mide 0,75x2m, un tamaño piola: se pueden sentar cuatro personas cómodas”, detalla Gaby Orlando.

“Los metros me daban perfecto para ubicar el mueble-bar, la isla-barra y la mesa de comedor. Cuantos más espacios de placer pueda poner sin abigarrarlos, mejor”.

“Siempre estoy a favor de las mesas redondas: acá pueden entrar hasta 8 personas si ponés sillas más chicas. Para mí, no es lo mismo sentarse a comer en la mesa ratona”.

Girar y ¡guau!

“La gente entraba y te dabas cuenta que pensaba: ‘!Ah, colores claros! ¡Con esto viviría! Entonces, se daban vuelta y veían el gallo enorme”, se ríe Gaby recordando la sorpresa de muchos. “Yo diría que al 85 por ciento, le gustó. En su zona de influencia directa, derrama un poco de celeste y rojo”.

“Entre tanta serenidad, me pareció importante poner algo que transmitiera color y humor: así llegó este gallo de 190x155cm, el óleo ‘El resplandor’, de Cyntia Cohen, que elegí junto con el equipo de Diderot.Art”.

Un sofá en L a la medida del balcón. “En este proyecto, no me privé de nada. En un departamento de dos dormitorios, tenés un montón de situaciones distintas para estar, muchas más de las que podrías imaginar en un principio”.

Detalle de la entrada y el toilette

“Saqué la idea del corazón que está sobre la consola de entrada de un cuadro y lo mandé a hacer en chapa. Colgué pocas cosas de las paredes (o arrimé). Quería que fueran piezas distintas, nada visto ni obvio.

En video

La suite

“En este dormitorio, el objetivo también es que descanses la mente, por eso tiene pocos elementos, claros, simples. Si bien la caja es clara y a primera vista uniforme, tiene madera, cuero, mármol y linos que lo enriquecen y le dan sensación de cobijo. Lo mismo que las cortinas: yo uso mucho las cortinas blackout, pero jamás solas, necesito el marco, la terminación deco que les dan las colgantes. Para mí, una cortina volando con la brisa es una imagen de ser feliz. Sumales luces bajas y linda música y no falta nada más”, nos dice Gaby.

“Me sorprendió muchísimo lo livianos que son estos camastros: los movés como si nada. Eso también hace al confort: no solo tener otro lugar para recostarse a leer o mirar los árboles únicos de Casa Living, sino que sea fácil hacerlo”.

Otra sorpresa que deparaba este departamento de dos dormitorios fue haberle cedido uno a un spa personal.

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