Newsletter
Newsletter
 • HISTORICO

¿Qué cosas tenés que evaluar y analizar antes de decidir cambiar a tu hijo de colegio?

Partiendo de la idea de que nunca podrá haber una escuela que “nos cierre por todos lados”, tres especialistas brindan su mirada sobre una decisión de lo más trascendente. Qué podemos esperar y qué no de la trayectoria escolar.


Foto: Getty

Foto: Getty - Créditos: Kseniya Ovchinnikova, Getty Images



Cada tanto se elabora algún ranking acerca de las decisiones más importantes en la vida, cuestiones como qué estudiar (y dónde), emparejarnos (y con quién), si tener hijos o no (y cuántos). La del colegio al que vamos a enviar a nuestras chicas y chicos podría tranquilamente ingresar en ese podio de elecciones determinantes, un hecho capaz de influir fuerte en lo que vamos a aprender, pero también en quienes serán nuestros amigos y la cotidianeidad de muchos, muchísimos días.
A partir de la mirada de especialistas te compartimos algunos consejos que, más que una receta compacta, buscan “desdramatizar” y, en ese camino, ayudarnos a repensar el sustrato sobre el que decidimos.

Una decisión en “capas”

“La escuela ideal no existe”. Melina Furman es bióloga y doctora en Educación de la Universidad de Columbia, pero sobre todo una entusiasta a la hora de hablar acerca de cómo despertar la curiosidad en las niñeces, asunto sobre el que escribió varios libros. Y aunque señala que no hay algo así como una escuela “que cumpla con todas nuestras expectativas y concuerde con todas nuestras aspiraciones”, sí existen “escuelas buenas, no perfectas, para cada familia”.
“Cada vez que me preguntan sobre este tema propongo a madres y padres volver sobre una serie de dimensiones, siempre considerando las expectativas y las prioridades de cada familia”, sostiene. “Por eso se trata de tomárselo como una decisión orgánica familiar, teniendo en cuenta desde la propuesta pedagógica hasta cuestiones que pueden parecer muy mundanas pero repercuten de forma muy directa en el día a día, como cuán cerca queda de casa”, explica y advierte que eso último puede influir bastante en el humor diario de los chicos.
Furman sugiere hacer un poco de “trabajo detectivesco” para conocer más sobre una escuela: además de entrevistarse con el equipo directivo se puede charlar con gente conocida que envía ahí a sus hijos, mirar sus cuadernos, arrimarse a la puerta a la hora de entrada y salida.
“Muchas familias sienten que en la decisión se juega el futuro de sus hijos”, dice la experta y aclara que aunque se trata de algo decisivo, “creo que esto es más cierto para las familias con menores recursos. En el caso de quienes cuentan con mayor capital cultural y más recursos la elección de la escuela suele tener un peso menor en las posibilidades futuras de los chicos”, marca y señala que el vínculo con el conocimiento también se sostiene en casa. “La curiosidad y el deseo de aprender se pueden encender en nuestras conversaciones, en cómo respondemos a sus preguntas, en las actividades que hacemos juntos: un rompecabezas del que –concluye- la escuela es una parte, a veces ni siquiera la más importante”.

¿Y la escuela pública?

Cuando su hijo todavía estaba en jardín y no paraba de darle vueltas a la cuestión de a qué primaria mandarlo, a Mariana Lifschitz se le ocurrió reunir todas esas dudas y filmar un documental que se llamó Primer grado en tres países, se estrenó en 2018 y hoy se puede ver en YouTube. La conversación entre tres madres cuyos hijos e hijas arrancan la primaria en Argentina, Francia y Finlandia funciona como hilo conductor para una película que pone el foco en las escuelas de gestión pública.
Mariana –que estudió sociología en la UBA y medios audiovisuales en la ORT- terminó eligiendo para su hijo una escuela pública de la Ciudad de Buenos Aires. Y reflexiona: “En la escuela pública tenés que estar dispuesto a cierta dosis de incertidumbre, aunque al mismo tiempo se respira un aire de libertad muy grande. Los padres de clase media que la elegimos sentimos orgullo, compromiso y empatía con la tarea docente y con la posibilidad de que los chicos entren en contacto con la diversidad”.
Y ahí se cuela un concepto clave: diversidad. “En esa palabra tan de estos tiempos que es ‘elegir’ todos queremos encontrar esa escuela que como una media se adapte a nuestra ideología y a nuestro modo de entender la crianza. Pero hasta las escuelas privadas más elitistas son siempre proyectos colectivos, no todo se puede customizar”, opina. Y remata: “Con otros servicios uno paga y luego los disfruta. Con la escuela es diferente: como comunidad a la escuela también la hacemos”.
“Si la idea es criar para vivir en una comunidad diversa la escuela pública nos puede llegar a dar eso”, afirma Lifschitz. Su hijo, que en Primer grado en tres países se veía tan chiquito, acaba de terminar séptimo y va a hacer la secundaria en el Nacional Buenos Aires. “No creo haber encontrado todas las preguntas que planteaba en el documental –concluye ella-. Pero si volviera a estar en el mismo lugar, volvería a tomar la misma decisión y a zizaguear entre las mismas dificultades. Vale la pena”.

Hilando un poco más profundo

Por muchas cuestiones la elección de la escuela resulta bien diferente de otras decisiones de consumo. “En primer lugar, en materia cultural no se puede elegir exactamente lo que uno quiera: todas las sociedades establecen un límite entre la cultura legítima y no legítima. Por poner un ejemplo absurdo: uno no podría elegir una escuela que glorifique el totalitarismo”, arranca a explicar el sociólogo y profesor titular de Sociología de la Educación en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA Emilio Tenti Fanfani.
“También es cierto que en muchos lugares del país no hay posibilidades de elegir: se va a la escuela que queda más cerca. Y que aun teniendo opciones, en un contexto de mercado la elección depende del poder adquisitivo. Ojo entonces con pensar que prima la libre elección”, argumenta.
El experto analiza que la de la escuela es una decisión que suele tomarse a tientas. Y relata que por ejemplo en Chile, donde se implementó un modelo de evaluaciones a las escuelas para que los padres tuvieran acceso a esa información comparada, las elecciones seguían basándose más en factores como el consejo de los parientes y la experiencia personal.
“Mi primera recomendación es pensar lo que se quiere, aclarar el objetivo”, aconseja. Y precisa que a su juicio la especificidad de la escuela pasa por el conocimiento. “A las relaciones sociales las podés buscar a través de clubes o de la iglesia. En cambio lengua, matemática, física y química solo te los va a poder ofrecer la escuela”.
“Hoy los problemas son nuevos, los chicos son distintos, cambiaron las fuentes de abastecimiento cultural”. Frente a ese panorama Tenti Fanfani desmenuza el valor del “conocimiento poderoso”: aquel tiene cierta complejidad y no se aprende a partir de la experiencia ordinaria- es un capital a través del cual adquirir recursos, empleo, poder. “Ni siquiera un matrimonio de ingenieros le va a poder enseñar matemática a sus hijos como lo hace la escuela. El conocimiento poderoso es el que a quien lo posee le da poder –concluye. Y en eso la escuela no tiene competencia”.

Algunas preguntas para despejar la decisión

  • En cuanto a la gestión: ¿estatal o privada? ¿hasta dónde eso es para la familia importante?
  • En términos del proyecto pedagógico: ¿qué priorizamos que los chicos aprendan? ¿que tengan cultura general? ¿que hablen idiomas? ¿que hagan mucho deporte? ¿que puedan explorar sus propios intereses?
  • ¿Nos gustaría una escuela religiosa o laica?
  • ¿Preferimos una escuela chiquita, en la que todos se conocen, o una más grande? ¿Jornada simple o completa?
  • ¿Queremos una escuela que tenga más de un nivel educativo, para que sigan todo el trayecto allí, o preferimos que vayan cambiando?
  • ¿Qué impacto tiene en la vida cotidiana que los chicos vayan a una escuela más cerca o más lejos de casa?
  • Si optáramos por mandarlos a una escuela de gestión privada, ¿hasta cuánto podemos pagar de cuota? ¿Y en qué medida esa cuota y el resto de los costos de esa escuela inciden en nuestra economía familiar?
  • Tomado y adaptado de Guía para criar hijos curiosos. Ideas para encender la chispa del aprendizaje en casa, de Melina Furman

¡Compartilo!

En esta nota:

SEGUIR LEYENDO

Cuál es el colegio argentino que figura en el ranking de los mejores del mundo

Cuál es el colegio argentino que figura en el ranking de los mejores del mundo

Las mejores frases de Mafalda para valorar la educación

Las mejores frases de Mafalda para valorar la educación


por Cecilia Acuña
¿Cómo repartir las tareas para que no recaigan solo en las madres?

Vuelta a clases. ¿Cómo repartir las tareas para que no recaigan solo en las madres?

tapa de revista OHLALA! de mayo con Zoe Gotusso

 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2022 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.