Lucas Groglio. “La coctelería puede generar nuevos hábitos”
Su proyecto sin fines de lucro Coctelería Consciente fue premiado en la Competencia Internacional de Vinos y Espirituosas
La palabra “magia” ronda al mundo de la coctelería. Hay quienes encuentran algo cercano a la alquimia en la generación de aromas, sabores y texturas a partir de elementos conocidos pero originalmente combinados; otros hallan un vínculo único en la relación bartender-cliente que se da en la barra de un bar; y Lucas Groglio (31 años) habla de la apertura de conciencia que puede nacer cuando se disfruta de un cocktail: “Cuando uno toma un cóctel por lo general se desinhibe, se relaja y está dispuesto charlar con personas que no conoce de temas que no conoce, y creo que en esa magia que se produce hace que estés mucho más abierto para escuchar y aprender de temas nuevos”.
Buena parte de los proyectos de Lucas –y por los cuales ha sido recientemente galardonado en la categoría Talento Emergente, en la Competencia Internacional de Vinos y Espirituosas (IWSC por sus siglas en inglés), en Inglaterra– buscan hacer de ese momento mágico un terreno fértil para plantar la semilla de la sostenibilidad en quienes se acercan a las barras de bares y eventos. No por nada se llama Coctelería Consciente su iniciativa sin fines de lucro que busca insertar la sostenibilidad, el consumo responsable y los hábitos saludables en el ADN de la industria de bebidas.
–¿Cómo te acercaste a la coctelería?
–Cuando era chico acompañaba a mis viejos al súper y me colgaba miranda la latas y los porrones de cerveza. Me llamaba la atención el diseño de los envases, los colores, las texturas, y empecé a coleccionarlas. Más entrando en la adolescencia me empezaron a llamar la atención las botellas de licores, de vodka, de ron, de vermut. Sentía que detrás de cada una había una historia y una cultura, lo que comprobé cuando pude empezar a probar esas bebidas y me fui enamorando de la coctelería. Cuando tenía 13 años con un amigo empecé a preparar cócteles a partir de recetas que buscaba en internet para cumpleaños de mis viejos y de sus amigos; nosotros no podíamos probarlos, porque éramos menores, pero los adultos nos daban feedback. En el cumpleaños 40 de mi mamá, una amiga que había probado lo que hacía me dice “por qué no lo hacés en serio”. Cuando cumplimos la mayoría de edad, con mi amigo hicimos nuestro primer curso en el Club del Barmana y fundamos Lo hacemos bien, que es una empresa que hoy es líder en coctelería en eventos.
–¿Cómo surge Coctelería Consciente?
–Con Lo hacemos bien crecimos y empezamos a hacer eventos masivos. En 2014, por ejemplo, hicimos la operación de bebidas de Masticar para 140.000 personas. Nos dimos cuenta que estábamos generando un impacto muy grande en los residuos, ya que los eventos masivos son grandes generadores de residuos. Empezamos a juntarnos con ong y asociaciones civiles y fundaciones especializadas en sostenibilidad y economía circular, y aprendimos cómo medir nuestro impacto ambiental y empezamos a entender cómo reducir ese impacto. Vimos que había una oportunidad de cocrear un proyecto para que a través de la coctelería, que es un elemento innovador y cercano, introducir nuevos hábitos de consumo responsable. Y ahí nace Coctelería Consciente como primer proyecto sin fines de lucro que busca insertar la sostenibilidad en el adn de la industria de bebidas.
Coctelería Consciente nace en 2015 en Bocas Abiertas, que fue el primer festival gastronómico de Argentina en dejar de usar sorbetes y vasos descartables; usamos ecovasos, que se pueden reutilizar y reciclar, y fue un hito porque el concepto se replicó en otros festivales gastronómicos y de música.
–¿Qué de todo el proyecto premió el IWSC?
–Es un premio que buscaba destacar las contribuciones hechas a la industria que generan un impacto positivo en su comunidad. En nuestro caso, durante la pandemia muchos colegas perdieron su trabajo y entendimos que desde nuestro lugar teníamos la responsabilidad de ayudar. Creamos Cocktails en frasco, una iniciativa donde hacemos cócteles listos para disfrutar adentro de un frasco (elaborados con ingredientes locales, frescos, orgánicos y saludables), que los recibís en tu casa y lo único que tenés que hacer es agregar hielo y revolver. La particularidad que tiene es que el 100% de las ganancias van directo para comprar alimentos de calidad, saludables, para asistir a bartenders y gastronómicos que se quedaron sin trabajo a causa de la pandemia. Este es el proyecto que fue premiado.
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