Diego Bernardini, médico de familia y máster en Gerontología, conversó con Diego Leuco sobre el devenir de los años y cómo nuevos paradigmas atraviesan al grupo +50.
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Hemos sido criados en una sociedad en la que envejecer era sinónimo de mala palabra. Que las arrugas, que el cuerpo, que el trabajo… ¿Acaso llega un punto en la vida en el que todos nos transformamos en “buenos para nada”? No, definitivamente no. Quizás hasta todo lo contrario. Y si existe alguna duda, Diego Bernardini se encarga de despejarla.
Es el protagonista de la nueva charla titulada “La nueva longevidad” en el marco del programa de las actividades libres y gratuitas de Fundación OSDE. Esta vez el periodista Diego Leuco se encarga de moderar y conversar durante una hora sobre diversos tópicos junto al autor del libro “La segunda mitad”.
“Hablar del paso del tiempo es un tema complicado”, dice quien dedicó sus últimas tres décadas en estudiar dicho tópico. Su abuela vivió más de 100 años y siempre supo a qué se quería dedicar. Durante su carrera se convirtió en testigo de cómo cambiaron las reglas del juego.
El Dr. Bernardini explica: “Estamos en un momento fundacional. El cambio en las reglas del juego tiene que ver con que hoy la edad cronológica no define nuestros sueños, nuestras ideas, nuestros proyectos. Lo que estamos viendo es que las personas mayores de hoy están viviendo diferente a lo que vivieron nuestros padres, nuestros abuelos”.
¿La edad nos define?
El especialista en longevidad asegura que las personas mayores viven de una manera diferente, en la que la edad las afecta lo menos posible. “Tenemos que cambiar la narrativa, esa cultura que todavía está anclada en cuestiones donde la edad es un indicador muy fuerte”, señala.
De tres a cinco años, a jardín de infantes. De seis a 12, a la escuela primaria. A los 18, bienvenido a la universidad. Desde hace cientos de años la edad determinó en muchos aspectos la vida en sociedad. Pero, ¿qué viene a partir de los 50?
Bernardini manifiesta que en este momento de la vida no se debe homogeneizar. “No hay una receta, necesitamos entender esa diversidad y complejidad”, sostiene.
Durante la charla, recuerda una cátedra de medicina sobre adultos mayores que llevaba el nombre Desgaste y Envejecimiento. Tras escuchar las risas del público, el médico de familia asegura: “Las palabras construyen cultura, narrativas y estereotipos, así como todos nos dicen que tenemos un niño adentro, también nos tenemos que hacer la idea de que tenemos un viejo o vieja adentro. Y nos tenemos que hacer amigos de esa persona mayor porque vamos a tener que convivir mucho tiempo con ella”.
Edadismo: la discriminación por edad existe
Bernardini afirma que si hay algo por lo cual se discrimina mucho más que por la identidad sexual, la idea política o el color de piel, es por la edad.
“Es la forma más común de discriminación. Necesitamos modificar eso porque, en definitiva, es una herida contra nuestro propio futuro y nuestra persona”, reflexiona. Y con este argumento, ¿cómo no va a haber miedo y resistencia alrededor del envejecimiento?
La exclusión de este sector es una realidad. “En Argentina, las personas mayores de 60 años representan más de 7 millones de votos. Ninguno de los tres candidatos a presidente de la última elección en el 2023 les habló”, critica el autor y plantea que la nueva longevidad está transformando toda la sociedad; el entorno, las relaciones vinculares, el mercado laboral, la empleabilidad, la economía, la política.
Ningún tip, hábitos
En relación a cómo vivir mejor, a Bernardini no le gusta hablar de tips, un concepto coyuntural en la cultura de la inmediatez. Sin embargo, hace mención a consejos de cómo construir el bien-estar: “La realidad es que hoy podemos influir con nuestros hábitos de vida, porque la evidencia científica nos dice que la genética explica apenas un 30% o tal vez un poco menos. El resto lo explican la forma en que vivimos, es decir cómo nos movemos; los vínculos emocionales y afectivos; la forma de alimentación; la espiritualidad; la trascendencia, el legado y el sentido de vida, el propósito que cada uno de nosotros independientemente de la edad podamos tener de cara al futuro”.
En esa línea, destaca a la actividad física como el vehículo para buscar (y encontrar) esa buena longevidad: “A medida que nos hacemos mayores hay que tener fuerza muscular, lo más importante es hacer actividad física. La forma en cómo camina una persona puede darnos la pauta de su salud”.
Por su parte, Martín Pochat, Presidente de OSDE, advierte: “En OSDE hace mucho tiempo que empezamos a preguntarnos qué podíamos hacer para pensar en una longevidad más adecuada”. Desde la compañía ya se involucran y proponen diversas actividades vinculadas a la temática como 15 minutos para cuidar tu salud y el curso de Asistente en el Arte de Cuidar.
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