Luego de muchos años cerrada, esta construcción patrimonial ubicada en La Cumbre, Córdoba, reabrió como hotel boutique
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Hace más de 100 años que si se transita por el camino que conecta La Cumbre con Los Cocos se puede apreciar una casona antigua de estilo colonial, con techos a dos aguas de tejas rojas, que permanece prácticamente intacta. Si se detiene a preguntar algún vecino sabrá decirle que se trata de Casa Toledo, una de las seis residencias que fueron construidas por el famoso arquitecto francés León Dourge, autor del Palacio Duhau y quien se enamoró de este rincón de las sierras de Córdoba.
Si bien no se conocen muchos datos de este lugar, sí se sabe que la casa fue realizada por encargo de María Unzué de Alvear, cuñada del ex presidente argentino, quien enviudó muy joven. Terminó de ser construida en 1930 pero no hay registros de que la familia Alvear, parientes o amigos hayan utilizado este lugar como residencia.
La mayoría de los vecinos de la zona seguramente coincidirán en que Toledo es una mansión “que siempre está cerrada”. Al igual que la mayoría de las mansiones de la zona, en algún momento fue un hostal y luego un hogar de adultos mayores.
Sin embargo, Toledo tiene otra historia especial: Guy Williams, el actor estadounidense protagonista de la serie El Zorro, estuvo por unos días veraneando en este lugar. “En los 80 se decía que estaba acá y yo fui a verlo. Cuando llegué a Toledo estaba lleno de gente”, cuenta una vecina en un registro que realizó la Junta de Historia de La Cumbre.
Una de las postales del paso del actor por Córdoba es una foto blanco y negro donde se lo ve visitando un comedor en Capilla del Monte, a unos 15 kilómetros de Toledo.
El arquitecto León Dourge eligió este rincón del Valle de Punilla para dejar un legado: romper con los estilos italianizantes de arquitectura que predominaban en la época y volver a lo español.
Una de las características que tienen las casas del francés en la zona son sus ventanales enormes y tiene que ver con lo impactado que estaba por el paisaje del lugar.
Con estilo colonial
“El estilo de Dourge era más bien Mediterráneo. Todas las casas tienen un tejado estilo colonial con tejas y rejas con diseños artísticos muy importantes. Esto tiene que ver con que, en aquella época, cuanto más trabajo tenía el hierro, más importancia y estatus social implicaba”, cuenta Julieta Borcosque Kaumann, licenciada en Gestión Turística y dueña de Sentir La Cumbre, una agencia de turismo alternativo.
A Toledo se le suman otras casonas como El Paraíso, que data de 1922 y fue la residencia del escritor Manuel Mujica Láinez.
“A La Cumbre vinieron muchas personas famosas que se enamoraron porque no solamente tenía (y tiene) esa parte creativa de los artistas, sino también porque es un lugar donde nadie los miraba. La gente acá no se preocupa si vos estás vestido de una forma u otra. Eso me parece algo relevante de la identidad de un sitio que se nutrió de muchas otras culturas”, explica Borcosque Kaumann quien suele hacer la visita guiada “Casas con espíritu señorial” donde intenta recrear la vida de las personas que habitaron estos lugares. Además de los paisajes, la historia y el clima, La Cumbre también tenía cine. Esa actividad hacía que muchos artistas o personajes se vieran atraídos por este destino. “Tener eso en un lugar de veraneo era algo muy sofisticado e importante”, expresa Borcosque Kaumann y cuenta que, en 1928, existía una sirena que sonaba 15 minutos antes de que empezara la función para que todos llegaran de forma puntual.
Desde el 4 de febrero de 2021, La Cumbre fue declarada como Poblado Histórico Nacional y todas sus casonas son parte del patrimonio fundamental de este lugar. Algunas se transformaron en hoteles (como la Fonda de Cruz Chica), otras en museos (como El Paraíso).
Toledo permaneció cerrada durante mucho tiempo, hasta que hace apenas un mes y medio reabrió sus puertas como un hotel boutique de cinco habitaciones suite y ocho ejecutivas. También un restaurante, llamado Alma, que ofrece dos modalidades: menú de pasos por la noche y carta abierta para el día.
“Si bien el slogan del hotel es Donde la historia encuentra presente, la propuesta tiene mucho modernismo y tecnología”, dice Santiago Seisdedos, uno de los socios detrás de Casa Toledo.
El proyecto implicó un proceso de reconstrucción interior que llevó adelante un grupo de arquitectos cordobeses.
“La modificación interior fue muy cuidadosa. Siendo patrimonio histórico uno sabe que la fachada no se puede tocar. Todo lo que son aberturas y puertas originales están bien y nos gusta que queden”, agrega Seisdedos y explica que los pisos también fueron conservados.