Obesidad bajo el bisturí
La banda gástrica , un procedimiento quirúrgico muy publicitado, puede brindar resultados positivos. Pero, advierten los especialistas, está indicado sólo en casos extremos
Para los argentinos pesar de más es un atentado contra la estética corporal, no un problema de salud. Es por eso que las técnicas médicas para bajar de peso suelen ser publicitadas como milagrosas autopistas que conducen a la delgadez, en vez de como un camino lento y constante en la lucha contra esa enfermedad crónica que es la obesidad.
Y eso es lo que ha sucedido con la banda gástrica ajustable , un procedimiento quirúrgico que ha sido erroneamente presentado por los medios de comunicación como una alternativa más para toda aquella persona que quiere bajar de peso, muchas de las cuales se verían más beneficiados con una adecuada dieta combinada con actividad física que entrando en el quirófano. Porque el caso es claro: el bandeo gástrico ajustable ha demostrado ser un eficaz recurso médico, pero sólo para tratar a personas con obesidad mórbida.
A propósito de este tema, en el último Congreso Latinoamericano de Obesidad, el endocrinólogo Luis Grosembacher presentó resultados de un estudio sobre tratamiento con bandeo gástrico ajustable en pacientes con obesidad mórbida. Además de bajar de peso, aquellos pacientes que recibían tratamiento farmacológico para la hipertensión y la diabetes, o asistencia respiratoria para la apnea del sueño, pudieron abandonar los tratamientos de estas enfermedades que eran causadas por el exceso de peso.
Soluciones definitivas
Durante treinta años los tratamientos quirúrgicos de la obesidad se caracterizaron por ser definitivos. En palabras del doctor Grosembacher, "hasta la década del 90 las distintas modificaciones anatómicas del aparato digestivo eran irreversibles". Esto último acarreaba ciertos riesgos.
Las bandas gástricas no ajustables, por ejemplo, curaban la obesidad pero también podían culminar con la desnutrición del paciente. Para peor, frenar el deterioro nutricional implicaba exponerlo a una nueva cirugía para extraer o regular la banda. Sólo a comienzos de los años 90 hizo su aparición la banda gástrica regulable que no requiere cirugía alguna para ser ajustada a la evolución del paciente.
Este dispositivo es un anillo de silicona que divide el estómago en dos partes. La primera, llamada neostoma , es muy pequeña. "A modo de comparación -ilustra Grosembacher-, la banda deja un neostoma de 70 a 100 mililitros mientras que el estómago de un obeso mórbido tiene una capacidad de 3 a 5 litros".
Esto permite que el paciente, ante una mínima ingesta de comida, sienta sensación de saciedad. "Al entrar al estómago, el alimento se detiene en el neostoma, generando saciedad, y luego pasa lentamente al resto del estómago. Así, no interfiere con el proceso digestivo", aclara el especialista.
Lo que hace del bandeo gástrico ajustable un método no sólo efectivo, sino también práctico, es la posibilidad de regular el diámetro de la banda sin necesidad de una nueva cirugía. Una vez colocada en el estómago mediante cirugía laparoscópica, la banda se conecta a través de un pequeño tubo a un reservorio alojado por debajo de la piel en zonas no muy expuestas del abdomen. Cuando la evolución del paciente hace necesario abrir o cerrar la banda, el médico agrega o quita solución fisiológica del reservorio mediante una jeringa.
La importancia del control
La literatura científica registra complicaciones relacionadas con el bandeo gástrico en entre un 5 y un 11% de los casos, en parte debidas a errores quirúrgicos, como por ejemplo la perforación del estómago. "Es muy importante que quien coloque la banda sea un cirujano laparoscopista entrenado en esta técnica y que conozca muy bien la anatomía de la zona por ser operada", remarca Grosembacher.
El resto de las complicaciones que pueden hacer fracasar esta técnica se deben a una falta de seguimiento y control del paciente al que se la ha colocado la banda. "Es necesario que esté contenido psicológicamente y adapte su conducta alimentaria a medida que se va regulando la banda; si no controla su ansiedad a la hora de comer y come de más se producen vómitos que pueden correr de lugar la banda." Tan importante como el apoyo psicológico es el seguimiento por parte de un nutricionista y un endocrinólogo.
Fines médicos, no estéticos
El bandeo gástrico ajustable está indicado para personas con obesidad mórbida, cuyo índice de masa corporal (peso sobre talla al cuadrado) es superior a 40, u obesos con un índice de masa corporal mayor de 35 que padecen enfermedades asociadas a la obesidad como diabetes, hipertensión o apneas del sueño.
"Es importante que la gente sepa que éste es un tratamiento que persigue fines médicos y no estéticos -subraya Grosembacher-. Su objetivo es prevenir o revertir las enfermedades que ocasiona la obesidad."
Tratamientos, costos y beneficios
En la última reunión científica de la Asociación de Investigación y Desarrollo en Salud, los especialistas se preguntaron si la banda gástrica es costo-efectiva . La respuesta fue sí: la obesidad implica grandes costos directos e indirectos para el sistema de salud y para la sociedad, que se derivan de las enfermedades y de los días de ausentismo laboral que ocasiona. Se estima que el tratamiento de la obesidad y sus consecuencias implica un ahorro de entre un 4 y un 7% del gasto total de los cuidados de la salud.
Pero el tratamiento de la obesidad no sólo beneficia al sistema de salud; a los pacientes les permite revertir muchas de las enfermedades asociadas con ésta (hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, apneas). "Un descenso de peso moderado es suficiente para que el paciente mejore su metabolismo -señala el doctor Jorge Braguinsky, director del Centro de Nutrición y Endocrinología-. Con que la persona obesa pierda alrededor de un 11% de su peso es suficiente para que mejore notablemente su salud."
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