Todos los años, a las corridas y apenas vuelve de las vacaciones, Laura Menéndez Blanco se acuerda que tiene que ir a la pediatra para que le firme el certificado de salud que tiene que presentar en la escuela de sus hijos la primera semana de clases. Lo piden los colegios, los clubes, los gimnasios y las federaciones deportivas siempre en esta misma época. Es temporada alta de solicitudes de apto físico, y en la urgencia por ser presentado en la institución que lo solicita, los consultorios médicos colapsan entre fines de febrero y principios de marzo.
"Es cierto que la mayoría de las escuelas o instituciones deportivas quieren que la constancia de salud tenga fecha del año en curso. Pero es una exigencia exclusivamente de tipo administrativo, porque la validez del examen médico es por un año y debería poder realizarse en cualquier momento –dice la doctora Patricia Jáuregui, secretaria del Comité de Medicina del Deporte Infantojuvenil de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP)-. La actividad física es fundamental en el desarrollo infantil, y existen pocas contraindicaciones absolutas para que se justifique la suspensión en un chico. Pero esta consulta para obtener la constancia es una valiosa oportunidad que tenemos los médicos para hacer prevención. Sobre todo en la adolescencia, ya que muchas veces suele ser la única visita para control".
¿Cuál es el propósito primordial de este examen? ¿En qué casos debe pedirse un electrocardiograma? ¿Qué otros estudios complementarios son requeridos? Hace cinco años, la SAP redactó una actualización del "consenso sobre constancia de salud del niño y del adolescente para la realización de actividades físicas y deportivas", un documento donde se reconoce que "a pesar de las controversias que ha generado este tipo de examen médico en cuanto a su utilidad para prevenir la morbilidad y la mortalidad en los niños y adolescentes que hacen deporte, sigue siendo una valiosa alternativa para un examen médico anual, actualización de inmunizaciones, identificación y manejo de condiciones crónicas y un momento propicio para orientar sobre la prevención de lesiones y recomendaciones nutricionales".
"Que certifique que puede jugar con espuma"
La ficha médica propuesta, según la SAP, consta de una anamnesis (un cuestionario que recopila información del paciente y que es muy similar a la que se hace en una consulta médica de control), y un examen físico. "Entre el interrogatorio al paciente y el examen físico uno puede detectar un montón de cosas sin necesidad de pedir ningún estudio complementario. Hay que indagar sobre los antecedentes familiares de patologías cardíacas, casos de muerte súbita en la familia o enfermedades crónicas. Y solamente en estos casos o cuando haya referencias de palpitaciones, mareos o desvanecimientos deberían solicitarse estudios complementarios. En el examen físico también es importante el control musculo-esquelético, y prestar atención en la postura, las simetrías corporales y la movilidad articular –explica la médica pediatra Ana Tarlovsky, médica de planta del Cesac N° 11-. Con respecto al pedido de un electrocardiograma es un tema controvertido. La Asociación Estadounidense de Cardiología no lo incluye en sus recomendaciones, mientras que la Sociedad Europea de Cardiología sugiere realizar un electrocardiograma en reposo al año".
Sin embargo, Tarlovsky advierte sobre las posibilidades de realizar dicho estudio en los distintos ámbitos de salud. "En el sector privado no hay mayores complicaciones. Pedir un electro en el ámbito público puede tener una demora de entre 6 y 8 meses. Por eso en el sistema de salud estatal es válida como constancia de actividad física la libreta sanitaria, que se actualiza en sala de 5 años, 4° y 6° grado".
En su consultorio, Tarlovsky está acostumbrada a recibir para que firme todo tipo de fichas médicas confeccionadas por los colegios a donde van sus pacientes. "Cada uno pide lo que se le ocurre. Me han pedido que certifique que se puede jugar con agua y con espuma. O que haga determinada actividad deportiva. Eso debería ser una declaración jurada de los padres, y no de los médicos. ¿Cuál es el valor que yo autorice a jugar con espuma; qué tipo de espuma?", cuestiona la pediatra, que hace referencia al consenso aplicado por la SAP, donde se deja expresamente aclarado que lo que se extiende no es un certificado sino una constancia: "la responsabilidad compartida entre el médico, los padres, la institución y los profesores a la hora de tener en cuenta al niño que hace actividad física", según consta en el documento de la SAP.
Muerte súbita, una patología poco frecuente
Para el cardiólogo y deportólogo Hernán Dreycopp, coordinador del área de Prevención y Rehabilitación Cardiovascular del Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari, de la UBA, y director médico de Apto Life, la exigencia de un apto físico tiene como primera medida prevenir la patología más grave ante la práctica deportiva, que es la muerte súbita. "Una complicación muy rara y poco frecuente, pero de una connotación dramática", señala el experto.
La muerte súbita (MS), que según el consenso de la SAP se da en la población infanto juvenil en 1 de 200.000 casos por año, es siempre trágica e impactante. "Si bien las causas más frecuentes son las cardíacas (80-90% de los casos), debemos tener presente el consumo de sustancias al momento de hacer la anamnesis, ya sean drogas de abuso (cocaína, efedrina, anfetaminas) o medicamentos utilizados en el tratamiento de enfermedades (salbutamol, clembuterol, insulina), el golpe de calor y la deshidratación como otras causas potenciales de muerte súbita", expresa el documento.
"El requisito de realizar un electrocardiograma en reposo para cualquier chico está discutido. A menos que haya una pesquisa previa de antecedentes familiares o personales que lo indique –apunta Dreycopp-. Muchas instituciones ahora piden un exceso de estudios sin demasiado sentido. Ergometría, radiografía de tórax, electrocardiograma, espirometría, y todos con la firma del especialista. Hay colegios que tienen sus fichas predeterminadas con una cantidad de requisitos insólitos".
Para Dreycopp, en sintonía con el resto de los expertos consultados, la constancia médica es importante, y ese control anual es una buena oportunidad para hacer prevención. "Pero las cosas se han desvirtuado, y hay padres que vienen a realizar un apto físico preocupados porque dicen que su hijo de 9 años hace demasiado deporte. Es muy importante para el desarrollo físico y el bienestar general que un chico tenga dos horas diarias de actividad física en el contexto de juego", insiste el cardiólogo, y concluye: "El que tiene más riesgo es el niño sedentario".