Abigeato y peligro mortal en la Ruta 14: vacas cruzan en fila india la autovía del Mercosur
Un periodista se salvó milagrosamente cuando chocó con su auto contra una verdadera “pared de vacas” que cruzaba en manada la ruta nacional 14, ocupando toda la calzada y las vías de escape o las banquinas, cerca de la ciudad correntina de Paso de los Libres. El insólito incidente vial, que dejó un par de animales muertos y el vehículo completamente destrozado, revela dos situaciones igualmente preocupantes: la falta de controles en la traza, vital para el tránsito del Mercosur, y el abigeato, ya que la presunción es que ladrones rurales aprovechan la noche cerrada para arriar el ganado.
El hecho se produjo cerca de las 00.30 del miércoles pasado, cuando el periodista Martín Boerr -colaborador de LA NACION en Misiones- se trasladaba en sentido sur-norte por la autovía de doble mano que cruza las tres provincias mesopotámicas y cuya concesión está a cargo de Caminos del Río Uruguay.
Lo atípico del caso es que las vacas, más de 30, cruzaban en fila india al trote y en forma muy ordenada, formando una barrera imposible de esquivar y potencialmente mortal para cualquier automovilista en plena oscuridad.
Peligro en la gran ruta del Mercosur
La ruta 14 es la gran vía del Mercosur que vincula a nuestro país con el Sur de Brasil y Paraguay y conecta a toda la Mesopotamia. El hecho se produjo unos 20 kilómetros antes de Paso de los Libres, cuando una manada de vacas (color marrón oscuro), imposibles de divisar a la distancia en plena oscuridad, apareció literalmente de la nada, cruzando al trote la ruta. Boerr, que circulaba a unos 110 km/h, aplicó ambos frenos para reducir las consecuencias del inevitable impacto.
“De milagro no nos matamos. Dos vacas resultaron muertas y quedaron a un costado de la ruta, del lado izquierdo, mientras que un grupo más numeroso, de más de 20 animales, aunque difícil de precisar en la oscuridad, quedó del otro lado”, explicó Boerr, que viajaba desde Córdoba hacia la ciudad de Posadas, donde reside.
El periodista afirmó que en ese tramo de la autovía no existe ningún tipo de advertencia o señalización sobre tener precaución con animales sueltos.
El automóvil, una camioneta Chevrolet Tracker blanca modelo 2016, quedó totalmente destruida en la parte delantera.
Visiones enfrentadas y deslinde de responsabilidades
La gran pregunta es: ¿Qué hacían las vacas ahí y de quién es la responsabilidad? Y más importante aún. ¿Cómo se garantiza que este hecho no vuelva a ocurrir?
Según las averiguaciones realizadas por LA NACION en el lugar, hay acusaciones cruzadas entre la Policía Rural correntina (Priar) y los dueños de algunos campos linderos a la ruta nacional 14.
Al menos uno de los dueños de los campos afirma que no son responsables porque se trata de casos de abigeato, e incluso apunta a complicidades entre los ladrones de ganado y el Priar.
Mientras que fuentes de la policía ganadera correntina que hablaron con LA NACION explicaron que algunos ganaderos sacan a la noche de sus campos el ganado para venderlo en el circuito informal.
Horacio Vera, el encargado del campo Estancia La Verde, apareció a la mañana siguiente del incidente vial y reconoció: “Al menos uno de los dos animales muertos y otros de los que estaban cruzando son de nuestro campo”. La finca es propiedad de Juan Sullivan Machado, que envió a Vera para ponerse a disposición.
Otros campos linderos al lugar donde se produjo el siniestro, y por donde podría haber cortes en los alambrados de seguridad, son propiedad de Forestal Argentina, la empresa que exporta rollizos (troncos) de madera en crudo a China desde los puertos de Entre Ríos, aunque esos predios no tienen ganado.
El otro establecimiento lindero con el sitio del suceso es la estancia La Esther, de la familia Monti, también muy conocida en la zona.
Denuncias de robo de ganado
Vera explicó que últimamente estuvieron sufriendo robos de ganado y que los ladrones cortan los cercos. Además, explicó que “no es normal que si las vacas se escapan solas crucen en manada al trote una ruta formando un cordón impasable; suelen tratar de volver a su campo en forma desordenada y caminando y acá parecía que las venían arreando con una camioneta”.
El dueño del campo La Verde, Juan Sullivan Machado, realizó luego una presentación ante la fiscalía de Paso de los Libres (Ufrac), a cargo de Noelia Mariana Lena, con relación a este hecho donde afirmó que “se trataba de un grupo de animales, unos 30 en total” y atribuye su paso inusual por la ruta al abigeato, “una actividad cada vez más acentuada en nuestra zona rural”.
Dos días antes, el periodista de LA NACION había realizado una denuncia en esa misma fiscalía, señalando que la policía del Priar no había querido tomarle la denuncia por el insólito hecho y que tampoco identificó las marcas del ganado con el que colisionó. A una de las vacas muertas por el impacto le faltaban las orejas; la sospecha es que se las cortan para borrar las marcas de identificación de propiedad.
El estigma de la “ruta de la muerte”
A pesar de que es una autovía de doble mano desde la localidad entrerriana de Ceibas, apenas cruzado el puente Zárate-Brazo Largo, hasta Paso de los Libres, el mote de “ruta de la muerte” aún persigue a la 14.
El sector donde se produjo el choque está totalmente oscuro y en cualquier ocasión puede resultar en un accidente mortal si alguno de los animales se incrusta en el parabrisas del vehículo, ocasionando lesiones que pueden ser fatales.
Tampoco hay en ese lugar un muro de concreto tipo Filadelfia, que hubiera impedido el cruce del ganado a la otra mano de la autovía, aunque sin eliminar el peligro para los que venían en sentido contrario, sostuvo Boerr.
El hecho también puso al descubierto la odisea que implica padecer una emergencia en una ruta nacional importante en plena pandemia del Covid-19 y en horas de la noche, con la dificultad para obtener asistencia de los servicios de salud, el seguro y los efectivos policiales.
“No hay comprensión sobre la angustia ni sentido de la emergencia de parte de muchos integrantes del personal de salud o las fuerzas de seguridad que solo quieren ‘cumplir el protocolo’”, sostuvo Boerr.
Precisó que algunos automovilistas solidarios se pararon a asistirlo y convocaron a efectivos de la Gendarmería, que a su vez llamaron al personal de la comisaría de la localidad correntina de Oppland, distante a unos 30 kilómetros. Pasadas las 2.30, los efectivos de Priar tomaron solamente una exposición de los hechos.
Una ambulancia del hospital de Paso de los Libres se presentó, pero manifestó que no podía trasladar a la acompañante de Boerr, Cinthia Martínez, con golpes en el cuello y la zona lumbar, debido a que no tenía hisopado para ingresar a la ciudad fronteriza correntina. También le dijeron que si se la atendía tampoco se podía quedar en Paso de los Libres porque, por la pandemia de Covid, está cerrada a los no residentes.
“La policía de Bonpland, una vez que tomó la exposición, porque se negó varias veces a tomar una denuncia, explicó que no podía dejar entrar a nadie al pueblo y que no había dónde dormir. Tampoco nos podían acercar a Paso de los Libres, donde tampoco te dejan ingresar por el Covid. Al final tuvimos que pagarle 2000 pesos a un efectivo para que nos llevara con su auto particular”, afirmó Boerr.
Repuestas de la aseguradora
El periodista posadeño sostuvo que, pasado el trauma del conmocionante incidente vial y la deficiente respuesta de la policía y los paramédicos, las tribulaciones continuaron a la hora de la gestión con la aseguradora. Boerr dijo que no pudo contactarse vía telefónica para solicitar un auxilio mecánico ni esa noche ni al día siguiente. Tampoco fue posible radicar la denuncia del siniestro porque las líneas estaban colapsadas, señaló. “Van a tardar tres o cuatro días en atenderlos”, dijo un empleado de la compañía aseguradora.
Un operador telefónico de la empresa -una de las más grandes del mercado-, que al final atendió el teléfono, dio la siguiente solución: “Usted tiene que volver por sus propios medios, pagarse el hotel, pero además, para acarrear su automóvil a Posadas tiene que pagar 42.000 pesos y tiene que estar en el lugar, si no, no lo pueden llevar a ningún lado”.
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