Alarma y bronca por una serie de robos en la costa
A un grupo de jóvenes les robaron todo en la casa que alquilaron en Villa Gesell; la policía les dijo que ya habían saqueado 35 viviendas; asalto en Santa Clara
Todo estaba tranquilo en la costa atlántica, pero en las últimas horas comenzaron conocerse denuncias de una serie de robos en Villa Gesell y hasta un violento asalto a un matrimonio de productores agropecuarios en las cercanías de Valeria del Mar.
Con bronca e impotencia, un grupo de jugadores de la categoría menores de 20 años del club de rugby platense Los Tilos vio cómo, en cuestión de horas, las vacaciones planeadas durante meses se esfumaron, como el rastro de los ladrones que desvalijaron la vivienda que habían alquilado en Villa Gesell.
Son 13 amigos que comparten algo más que la pasión por el deporte y decidieron, como ya lo habían hecho los dos veranos anteriores, disfrutar del descanso juntos.
Uno de los chicos buscó por Internet diferentes ofertas hasta que dio con un chalet sencillo de Mónica Zeutzem, en 119 y 6. Hasta allí comenzaron a llegar los amigos en varias tandas.
Sin perder un minuto, el grupo acordó las ubicaciones según la disponibilidad de la propiedad y comenzó a organizar la salida nocturna. Tras una cena que dio paso a una larga "previa", los rugbiers dejaron la vivienda en dirección al centro de la villa turística. Eran casi las 3 del jueves último.
Pero, alrededor de las 6, no bien el primer grupo regresó a la finca, advirtió que algo no estaba bien. Al entrar en el living pudieron ver un gran desorden y una ventana a la que le habían cortado la reja, violentado la persiana y roto los vidrios.
"Empezamos a llamar al resto de los chicos y a ver lo que faltaba: se habían llevado todo el dinero, unos 16.000 pesos que estaban guardados en distintos lugares, ropa que eligieron con cuidado y varios perfumes", contó Juan Carusso, uno de los afectados que, junto a otros de los jóvenes, se vio obligado a regresar a esta ciudad y quedarse sin las deseadas vacaciones con amigos.
A Carusso le llamó la atención que los vidrios rotos de la ventana estuvieran esparcidos en el exterior de la casa y no adentro.
Cuando llegó una patrulla policial al lugar del robo, los policías lo sorprendieron con una alarmante afirmación: "Dijeron que, bueno, que no había mucho para hacer y que ese hecho ya era la casa 35 que habían desvalijado esa noche", contó Carusso.
Agregó que al concurrir a la comisaría, para asentar la denuncia, le llamó la atención la cantidad de personas que había: "Tuvimos que hacer cola, porque había un montón de gente esperando para denunciar otros robos en la zona".
"Es una impotencia total porque nos tuvimos que volver a casa y no pudimos disfrutar de nada", se lamentó el joven, quien ayer ofició de vocero del grupo, sentado en el living de su casa en el barrio de Gonnet.
Los chicos plantearon a Zeutzem la situación y, tras una ardua negociación, la mujer les devolvió el dinero depositado como garantía por eventuales roturas.
Consultada por LA NACION, la dueña de la casa dijo que era la primera vez que sufría un robo así y lo atribuyó a delincuentes que "vienen por unos días, campanean los movimientos de los veraneantes y atacan cuando éstos salen". Para la mujer, que aseguró que los robos son una constante, "los operativos no son suficientes para frenar a estos tipos que vienen de afuera en vehículos y acá hasta usaron una sierra para cortar los barrotes".
Robo violento en Santa Clara
MAR DEL PLATA.- "Soy un moretón vivo", dice la propietaria de un establecimiento rural próximo a Santa Clara del Mar que, junto con su esposo, fue víctima de la brutalidad de tres delincuentes encapuchados que los golpearon sin piedad para consumar un robo y huir con algo de dinero y otros bienes.
Los asaltantes sorprendieron al matrimonio y a once menores que los acompañaban. Delante de esos niños y adolescentes desplegaron un grado de violencia sin razón para con sus víctimas. "A mi marido lo cortaron en la cabeza y todavía arrastra dolores en un riñón", cuenta la mujer sobre la golpiza que sufrieron con su compañero.
Asegura que los delincuentes actuaron siempre con rostros cubiertos y "armados hasta los dientes", según su apreciación. Tiene la certeza de que escaparon en un vehículo y cruzaron el peaje rumbo a Mar del Plata, por lo que espera que la investigación pueda prosperar.
"Lo tremendo es que no es un robo común sino que con un grado de violencia extremo e innecesario ante nosotros, que somos dos personas mayores acompañadas por un grupo de chicos", dijo a LA NACION.
Asaltos y temor en la zona de Los Troncos
La forma de delinquir en banda también se hace notar en el barrio Los Troncos, una zona residencial donde abundan las medidas de seguridad motorizadas por los propios vecinos, desde alarmas hasta vigiladores privados. Aun así, los robos se repiten y generan la reacción del vecindario, que ya convocó a una reunión en pos de formalizar un reclamo ante las autoridades. Al menos dos casos ocurridos en las últimas semanas, con el Operativo Sol ya en marcha, delatan la sagacidad y violencia de los delincuentes. En ambos intervinieron entre tres y cuatro delincuentes armados, que hostigaron a sus víctimas. No tuvieron reparos en amenazar con armas a una mujer embarazada. Y tampoco escucharon el desesperado pedido de un niño, que les ofrecía su propia computadora con tal de que se vayan de su casa y dejen de maltratar a sus padres.
Con la colaboración de Pablo Morosi y Darío Palavecino
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