Arquímedes Puccio hizo del secuestro una actividad familiar
Nunca se arrepintió de los crímenes por los que fue condenado a prisión perpetua e hizo de los secuestros extorsivos una actividad familiar. A partir del momento en que eran interceptadas, las víctimas tenían la sentencia de muerte firmada, debido a que en algún momento habían visitado, como amigos de la familia del líder de la organización, la casona de Martín y Omar 544, de San Isidro. Por ese motivo, ninguno de los secuestrados podía salir vivo del sótano de esa finca, situada a pocos metros de la antigua sede municipal.
Ayer, cinco años después de haber recuperado la libertad, murió Arquímedes Puccio. Su cadáver fue encontrado por el pastor evangélico con el que vivía, en su casa de la ciudad pampeana de General Pico. Tenía 84 años y en 1995 había sido condenado a prisión perpetua por cuatro secuestros. Tres de esos hechos terminaron con las víctimas asesinadas.
Según fuentes de la policía pampeana, hasta anoche, ninguno de sus familiares quería hacerse cargo de los gastos del sepelio del jefe del clan Puccio. Ante esta circunstancia, en la morgue de General Pico esperaban una resolución judicial para determinar si enterraban en una fosa colectiva del cementerio local al jefe de la banda de secuestradores.
Hace dos años, el mayor de los Puccio sufrió un accidente cerebrovascular. Ayer, minutos después de las 4, cuando el pastor evangélico con el que vivía en su casa de la calle 4, N° 1253, fue a darle la medicación para la afección que sufría, encontró el cuerpo sin vida.
Durante los 23 años que pasó en la cárcel, Puccio se dedicó a estudiar. Se recibió de abogado y en 2008 se radicó en General Pico.
A pesar de sus antecedentes, Puccio fue beneficiado en dos oportunidades por la Justicia. Primero, le otorgaron el arresto domiciliario, pero se lo revocaron cuando lo filmaron en el momento en que salía de su casa para hacer compras. Después, fue trasladado a un penal de régimen semiabierto, pero lo sorprendieron cuando robaba dos sobres de sopa instantánea de un almacén.
La primera víctima del clan Puccio fue Ricardo Manoukian, secuestrado el 22 de octubre de 1982 y asesinado de tres balazos en la nuca nueve días después, en un descampado de Escobar.
A este hecho siguieron los secuestros y asesinatos de Eduardo Aulet, el 5 de mayo de 1983, y Emilio Naum, el 22 de junio de 1984. Al año siguiente, la banda comandada por Arquímedes Puccio secuestró a la empresaria Nélida Bollini de Prado, quien fue rescatada por un grupo de efectivos de la Policía Federal del sótano de la casona de Martín y Omar, y se convirtió en la única sobreviviente.
Además de Arquímedes Puccio, la organización criminal estaba compuesta por sus hijos Alejandro y Daniel, por el militar retirado Rodolfo Franco, y sus amigos Guillermo Fernández Laborde y Roberto Oscar Díaz.
Los Puccio tenían una vida social activa en San Isidro. Alejandro jugaba de wing en el CASI e integró el seleccionado nacional de rugby, los Pumas. Murió en junio de 2008 y, para la Justicia, entregaba a sus amigos del club, que formaban parte de familias de empresarios, a la banda que comandaba su padre para que los secuestrara.
El jefe de un clan perverso
Comandaba la banda que secuestraba y mataba
- ArquÍmedes Puccio LÍder de la gavilla En 1995 fue condenado a prisión perpetua por cuatro secuestros y tres homicidios. En 2008 se radicó en General Pico, La Pampa. Allí trabajaba como abogado. Hace dos años, sufrió un accidente cerebrovascular. Su cuerpo fue encontrado ayer por el pastor evangélico con el que vivía
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