Caso Candela: hay una teoría que la Justicia todavía no investigó
Mientras la fiscalía avanza con su pista inicial, sigue sin investigarse la posible venganza por drogas
Como una moneda, la investigación del secuestro y homicidio de Candela Sol Rodríguez, ocurrido entre el 22 y el 31 de agosto del año pasado, en Villa Tesei, tiene dos caras.
Uno de sus lados representa a la investigación "oficial", la pista que se reactivó la semana pasada con las detenciones de dos sospechosos que habían sido procesados dos meses después del asesinato y que este año fueron excarcelados por deficiencias en la pesquisa.
La otra cara es la del expediente reservado que se formó en la comisión especial del Senado bonaerense para colaborar con la investigación del homicidio. En ese legajo secreto figura la declaración de un testigo -cuya identidad se mantiene en reserva- que aportó los nombres de los dos sospechosos que mantuvieron cautiva a Candela, las direcciones de las tres viviendas en las que la tuvieron secuestrada y la identidad del asesino.
Según este testigo, la niña de 11 años fue secuestrada por un conflicto que involucra a integrantes del entorno familiar de la víctima por actividades desarrolladas en la villa Corea, de San Martín, y no en Morón o Villa Tesei, como apunta la investigación oficial de la Justicia. Además sostuvo que la niña estuvo cautiva en villa Corea y no en Villa Tesei. A pesar de las precisiones que aportó este testigo, esa pista -que alude a la presunta actividad de narcopolicías- nunca fue investigada.
La línea de la venganza
No obstante eso, el abogado de la familia de la víctima, Fernando Burlando, insistió en que no existe en la causa ningún elemento que vincule el secuestro y homicidio de Candela con el narcotráfico.
"Antes de tomar cualquier decisión, el fiscal escuchó a 37 testigos, quienes aseguraron que ningún integrante de la familia de Candela estaba relacionado o tuvo alguna vinculación con la venta de drogas. Así que, a partir de esas declaraciones, se pudo abandonar el tema de un posible ajuste de cuentas por el tema drogas y se avanzó sobre lo que realmente fue: una venganza contra el padre. Acá nadie va a descansar hasta encontrar a los responsables de este homicidio", expresó Burlando.
La semana pasada, el fiscal Mario Ferrario, que reemplazó a su colega Marcelo Tavolaro, luego de que los jueces de la Cámara de Apelaciones de Morón recomendaron el apartamiento del primer representante del Ministerio Público que investigó el secuestro y homicidio de Candela, decidió seguir con la línea trazada por su antecesor y acusó a Hugo Bermúdez Rodríguez y a Leonardo Jara por su presunta vinculación en el asesinato.
En el escrito de 50 páginas que presentó para fundar los pedidos de detención de Bermúdez Rodríguez y Jara, el fiscal Ferrario detalló la existencia de declaraciones testimoniales que ya estaban en el expediente y que vinculaban a ambos con el asesinato, y recordó que la Cámara de Apelaciones no decretó la nulidad del hallazgo del ADN de Candela en la casa situada en Kiernan al 900, de Villa Tesei, donde se señaló que habría estado cautiva.
Según fuentes judiciales, el fiscal sostuvo esta afirmación a partir de una cuestión horaria y en el testimonio de una genetista que concluyó que no "les habría dado el tiempo a los investigadores de haber plantado el ADN de la niña porque uno de los testigos aportó el dato de la vivienda minutos después de la medianoche y el secuestro del frasco de vidrio se concretó tres horas después".
Para el nuevo fiscal, el secuestro y homicidio fue producto de una venganza contra Alfredo Rodríguez, el padre de Candela, pergeñada por una banda de piratas del asfalto ante la presunción de que éste se había quedado con el dinero de un asalto.
La clave de una llamada
Además, el nuevo fiscal tuvo en cuenta la grabación de la llamada telefónica recibida en la casa de Candela una semana después del secuestro, en la que le dijeron a la tía de la niña que consulten con Rodríguez (que estaba en prisión) sobre el destino de una no especificada suma de dinero.
"Ahora sí que no vas a ver más a tu hija, ahora sí que no las vas a volver a ver. Hasta que esa c... [la madre de la niña] no devuelva la guita, no la va ver nunca más. Que le pregunte al marido dónde dejó la guita", rezaba el mensaje.
Cuando se realizó esa comunicación, Candela ya había sido asesinada. El cuerpo de la niña fue hallado casi dos días después, en un descampado de Villa Tesei. "Se trata de una prueba fundamental. La grabación fue analizada por los peritos de la Gendarmería que concluyeron que la voz de la persona que hizo esa llamada corresponde al imputado Jara", explicó el abogado Burlando.
Jara y Bermúdez Rodríguez fueron acusados por el fiscal Ferrario de la privación ilegítima de la libertad, seguida de muerte de Candela, una figura penal para la cual se establece una condena de prisión o reclusión perpetua.
Al solicitar la captura de Bermúdez Rodríguez, el fiscal explicó que el acusado "habría quemado pertenencias de la niña en el fondo de la casa situada en Cellini 4085 de Villa Tesei, donde Candela habría estado las últimas horas del cautiverio".
El representante del Ministerio Público Fiscal les habría dado crédito a ocho testigos, uno de los cuales señaló a Bermúdez Rodríguez como el presunto autor del homicidio de Candela. Todos estos elementos habían sido incorporados al expediente por Tavolaro, el fiscal que fue separado del caso.
Su reemplazante, Ferrario, dejó de trabajar con la policía bonaerense, le encargó la investigación a la Gendarmería y se quedó con las declaraciones y pruebas que no fueron objetadas en la resolución de la Cámara, que decretó la excarcelación de los ocho imputados originales. Habrá que ver si la Cámara ahora le da o no la razón.
Pesquisas paralelas
Una, de la Justicia; otra, del Senado bonaerense
- La versión judicial
El nuevo fiscal, Mario Ferrario, mantuvo la línea de investigación iniciada por el desplazado Tavolaro y consideró que el homicidio de la niña fue consecuencia de una venganza contra su padre, Alfredo Rodríguez, por una pelea entre integrantes de una banda de piratas del asfalto. Por eso, la semana pasada, ordenó que Bermúdez Rodríguez y Jara sean nuevamente detenidos - Expediente secreto
Existe un expediente reservado abierto por una comisión especial del Senado bonaerense que revisó la investigación judicial-policial del caso, de la que surge que el crimen fue consecuencia de un conflicto con familiares de la niña por la venta de drogas en la villa Corea, de San Martín
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