Con un bebé en brazos asaltaron, golpearon y quemaron a dos ancianas

MAR DEL PLATA. El sábado, después de almorzar, las dos hermanas, de 80 y 84 años, descansaban. De pronto vieron entrar por la puerta del garaje a una pareja joven con un bebé en brazos. "Te matamos si no nos das plata", le dijeron a una de ellas, con la que se ensañaron con extrema brutalidad: la golpearon en la cabeza y con un cuchillo previamente calentado sobre una hornalla la quemaron en la cara.

Los asaltantes –que actuaron a cara descubierta y con un arma de fuego, según consta en la denuncia- huyeron saltando un paredón del fondo de la vivienda de 44 esquina 4, en la localidad de Santa Teresita, donde las víctimas viven solas. "La chiquita veía que me golpeaban y lloraba, gritaba", cuenta Dolores de la Parte a LA NACIÓN, ya con más ánimo y con el rostro repleto de hematomas y excoriaciones, fruto del castigo recibido.

Espero que los metan presos, que se mueran y que les saquen a esa nena

Esther, la mayor de las víctimas, no quiso exponerse ante los medios porque todavía no logra reponerse del mal momento. Dolores dice que a su hermana la está cuidando porque está sufriendo ataques de pánico. "La mujer también era violenta, calentaba el cuchillo en la hornalla para que el otro me queme", detalló.

Un jardinero fue el que advirtió que algo extraño ocurría en la casa de sus clientas. Vio las persianas bajas, golpeó la puerta y se hizo notar con algunos gritos desde la vereda. Entonces los delincuentes apuraron la fuga, que fue registrada por una cámara de seguridad instalada en el patio de la misma vivienda, a la que las hermanas se habían mudado hace dos años con la intención de estar más seguras. Dolores se pudo desatar y abrir para pedir asistencia.

La grabación muestra a la pareja primero lanzando sobre el muro los bolsos en los que guardaron lo que robaron a las ancianas. Y luego, el esfuerzo que hacen para saltar. Primero trepa la mujer, asistida por su compañero. Ella, desde lo alto, recoge a la beba, que habían dejado tirada en el piso. Y luego salta el muchacho, al que Dolores tiene conocido: "Es el mismo que me robó hace un año y pico", recuerda.

La policía del lugar está trabajando en la identificación de los autores a partir de la declaración de las víctimas y con apoyo de cámaras de seguridad del sistema público y de comercios de los alrededores, recursos que aparecen fundamentales para el esclarecimiento de este caso.

Dolores cuenta que los golpes fueron muchos, la mayoría, trompadas que le daba el asaltante. "Ella también me castigó", dijo, sobre la otra ladrona. Y recuerda que al delincuente llegó a darle una patada. "Fue cuando me quemó en la cara con el cuchillo; era mucho dolor, no aguanté", dijo.

El botín que se llevaron no fue muy importante. La víctima afirma que les dio algo de dinero que tenía en la casa, cadenas, anillos y un teléfono celular. Y que ellos después se hicieron de elementos menores. Dice que se llevaron comida que tenía en la heladera y hasta una botella de champán.

Gabriela, vecina cercana y de estrecha relación con Dolores y Esther, contó a LA NACIÓN que las encontraron muy lastimadas apenas ocurrido el hecho. "Las atendieron rápido y por suerte no tuvieron ninguna lesión importante", explicó.

Entre los vecinos de la zona admiten que la situación es delicada en esta localidad, donde aseguran que los robos se repiten, aunque pocos con el nivel de brutalidad demostrado en este caso.