Coronavirus: está condenado por fabricar droga y por una enfermedad pidió el arresto domiciliario
Barakat Barakat, un sirio radicado en Salvador Mazza, ciudad salteña que limita con Bolivia, fue condenado en diciembre de 2018 a 12 años de prisión por el delito de fabricación de estupefacientes. En julio de 2016, la Gendarmería Nacional le secuestró 83 toneladas de bicarbonato de sodio, uno de los materiales necesarios para producir cocaína a partir de la hoja de coca. Se lo acusó de haber sido proveedor de precursores químicos para una banda que tenía un laboratorio narco en Icaño, una pequeña localidad de Catamarca, donde una pareja de jubilados fue asesinada en un crimen mafioso. Ahora, en medio de la pandemia de Covid-19, su defensa hizo una presentación para solicitar el beneficio de la prisión domiciliaria. El argumento es que Barakat tienen una enfermedad de base que lo hace una persona de riesgo ante el brote de coronavirus.
El pedido acaba de ser rechazado por la Cámara Federal de Casación Penal. En forma remota, y por medio de la firma electrónica y digital los jueces Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, de la Sala IV del máximo tribunal penal del país, declararon inadmisible el recurso interpuesto por la defensa de Barakat contra la resolución del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) de Catamarca, que tampoco había hecho lugar al pedido de arresto domiciliario.
En noviembre de 2018, Barakat y su hermano Fadel Barakat, que en ese momento tenían 42 y 45 años, respectivamente, fueron condenados por el TOF de Catamarca. Habían sido detenidos por la Gendarmería Nacional en julio de 2016.
En diciembre pasado, la misma sala de la Cámara Federal de Casación Penal, con las firmas de Borinsky, Hornos y Javier Carbajo, había confirmado la pena impuesta por el tribunal catamarqueño.
"En lo pertinente, se debe recordar que ya he sostenido que tanto el otorgamiento como el rechazo del arresto o prisión domiciliaria es una decisión jurisdiccional que no debe resultar de la aplicación ciega, acrítica o automática de doctrinas generales, sino que debe estar precedida de un estudio sensato, razonado y sensible de las particularidades que presente cada caso que llega a conocimiento de los tribunales competentes. La defensa había solicitado la incorporación de su asistido al régimen de la prisión domiciliaria con motivo de la pandemia del Covid-19. El tribunal de la instancia anterior, para rechazar la solicitud de arresto domiciliario, consideró que, a tenor de los informes médicos remitidos por el establecimiento penitenciario, el imputado recibe adecuada atención médica y tratamiento, entre otros extremos", sostuvo el juez Hornos en su voto.
Barakat está preso en el Complejo Penitenciario Federal III, de Güemes, Salta. "De esta manera, más allá de los padecimientos de salud que se encontraría presentando el nombrado, la realidad es que el recurrente no demuestra que su defendido padezca un particular estado que no pueda ser debidamente tratado en la Unidad del Servicio Penitenciario Federal donde se encuentra alojado, como tampoco que carezca de atención médica adecuada y suficiente. Antes bien, se evaluó que se encuentra bajo un tratamiento adecuado a sus dolencias y que incluso se le realizan estudios periódicos de control", describe el fallo de Casación.
Doble homicidio
El doble crimen de Icaño fue descubierto el 12 de diciembre de 2010. Hiladia Vallejos fue asesinada de un balazo en la cabeza y, su pareja, Ángel Chame, de varias puñaladas. Un hombre fue condenado a prisión perpetua por ese crimen, declarado culpable de "doble homicidio en ocasión de robo".
Pero a pesar de la condena por aquella calificación, aparecieron indicios de que el móvil podía estar vinculado a una venganza narco. En la escena del crimen, los investigadores descubrieron una cocina de cocaína y secuestraron manitol y otros precursores químicos.
Al analizar la trazabilidad de los precursores químicos, la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) llegó hasta los hermanos Barakat y empezó a investigarlos hasta que la Justicia Federal de Catamarca ordenó su detención.
"El manitol que se incautó en Icaño era el que los Barakat habían adquirido a una importadora", se explicó en el fallo de la Cámara Federal de Casación Penal que confirmó la condena.
Triple frontera
El lunes pasado, LA NACION informó que el juez federal de Eldorado, Misiones, Miguel Ángel Guerrero, congeló fondos del Hezbollah; de su organización de seguridad externa, Yihad Islámica; de su jefe, Hasan Nasrallah; de Salman El Reda, sobre quien pesa un pedido de captura por el ataque contra la AMIA, y del clan Barakat, una familia de comerciantes con sede en la Triple Frontera, con intereses comerciales en Foz y Puerto Iguazú y Ciudad del Este, acusados de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.
El juez federal Guerrero viene investigando al clan Barakat con auxilio de la Procuraduría de Criminalidad Económica (Procelac), la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Gendarmería Nacional desde 2015, cuando se reportó que uno de sus integrantes cambiaba premios millonarios en el casino de Puerto Iguazú y se sospechó que podía estar envuelto en lavado de dinero, ya que su nombre figuraba en una lista de sospechosos de terrorismo internacional. Los informes determinaron que su familia era sospechosa de financiar actividades terroristas del Hezbollah en la Triple Frontera.
Fuentes judiciales dijeron a LA NACION que se investigó si existían vínculos entre los hermanos Barakat condenados en Catamarca por elaborar droga y el clan afincado en la Triple Frontera; explicaron que no se encontraron lazos. En Siria, el apellido Barakat es tan común como lo es Pérez en nuestro país.
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