Crimen del odontólogo: el policía detenido dijo que lo mató de un tiro “accidental”

La Justicia de Tucumán dictó la prisión preventiva por seis meses a Mariano Vizcarra, el policía detenido por el homicidio del odontólogo Oscar Marcial en Tucumán, cuyo cadáver fue hallado ayer en un barranco ubicado a la altura de la Virgen del Volcán, en la ruta 305, camino a Río Nío, en el norte de la provincia. El imputado, de 26 años, admitió que había matado al profesional de 56 años, con el que mantuvo una discusión en el auto de la víctima, el sábado pasado al mediodía. Confesó que le habría dado “accidentalmente” un tiro en el cuello, y que al constatar la muerte del dentista, con el que habría mantenido una relación sentimental, colocó el cadáver en el baúl del auto de la víctima y condujo hasta Villa Padre Monti, en el departamento Burruyacú, para deshacerse de él.

El ministro de Seguridad de Tucumán, Eugenio Agüero Gamboa, explicó esta mañana: “Hasta el momento, la investigación apunta a que se trataría de un hecho ‘pasional’ por la relación que este policía mantenía con la víctima, salvo que la fiscalía, sobre la base de las pruebas que tiene, afirme lo contrario”. El día de la desaparición el oficial se encontraba de franco. Actualmente, está detenido en el penal de Villa Urquiza, a disposición del fiscal Carlos Sale, de la Unidad Fiscal de Homicidios II.

Marcial había desaparecido ese sábado, cuando salió de su casa, situada en la calle Chile al 3000, en San Miguel de Tucumán, para buscar una torta para su festejo de cumpleaños. En una comunicación, le dijo a su hermano que al mediodía regresaría a su hogar. No ocurrió. Antes, se encontró con Vizcarra. A la noche se denunció su desaparición.

El domingo, el Toyota Corolla del odontólogo fue encontrado en la avenida República del Líbano al 2400. Tenía manchas de sangre en el asiento del acompañante y en el baúl. Era un claro indicio de que la desaparición de Marcial estaba teñida de criminalidad.

Ayer, Vizcarra se presentó en la Unidad Fiscal de Homicidios. Dijo que tenía información sobre la desaparición de Marcial. Pero cuando mencionó, en estado de claro nerviosismo, si no debía ser asistido por un abogado, lo enviaron a la guardia. Allí confesó su responsabilidad en el homicidio y precisó dónde se había deshecho de la prueba central de su crimen. Peritos del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) y efectivos policiales fueron al lugar señalado, en la zona de Villa Padre Monti, donde encontraron el cuerpo sin vida de un hombre, ya en avanzado estado de descomposición.

El fiscal Sale fue hasta el sitio junto con el imputado Vizcarra, que los guio hasta el sitio donde había arrojado el cadáver, y con el hermano de Marcial, que reconoció los restos.

Una fuente consultada por la agencia de noticias Télam sostuvo que el cadáver “fue encontrado con ropa y presentaba una herida compatible con un disparo de arma de fuego a la altura del cuello, con un importante estado de descomposición”, por lo que “los peritos decidieron resguardar los restos en una bolsa mortuoria” para ser trasladados al Cuerpo Médico Forense, donde hoy se realizará la autopsia correspondiente para determinar las circunstancias del crimen.

Aunque Vizcarra declaró que el disparo con el que mató a Marcial “fue accidental”, ya que se le había disparado sin intención su pistola Taurus 9 milímetros cuando la manipulaba, a la hora de la indagatoria se negó a declarar. El fiscal Sale caratuló la causa provisoriamente como “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”. Con esa calificación pidió la prisión preventiva del policía, que fue concedida por el término de seis meses, mientras continúa la pesquisa.

Se ordenó un peritaje del Toyota Corolla de la víctima, de donde se levantaron muestras de restos de sangre y otros restos orgánicos y huellas dactilares que servirán para realizar identificaciones complementarias. Especialmente, para determinar si es posible situar a Vizcarra en lo que se cree que fue la escena primaria del crimen.

La policía analiza diversas cámaras de seguridad públicas y privadas para intentar reconstruir los movimientos de la víctima y el victimario (sobre todo, del derrotero del Toyota entre el sábado a la mañana y el domingo a la tarde) y el fiscal espera, también, un informe de las tres compañías de telefonía a las que correspondían otros tantos celulares que utilizaba Marcial. Esperan, además de recuperar información, contar con un listado de llamadas entrantes y salientes para determinar los últimos contactos de la víctima y, eventualmente, reconstruir cuál era su relación reciente con Vizcarra.