Duelo en Gesell: una noche con boliches cerrados y jóvenes aún conmovidos por el asesinato
VILLA GESELL.- Fue una noche húmeda, con una llovizna que apenas mojaba. Mariano Saboy, de 44 años, estaba junto a su esposa, Macarena, y sus dos hijas. Ellos frenaron frente a la fachada de Le Brique y se quedaron en silencio. Eran las 11.30 y esa imagen se repetía una y otra vez, como si ese boliche ubicado en el centro de Villa Gesell, que hoy está en boca de todos, llevara escrito en las paredes "Fernando presente".
Sobre el suelo todavía estaba la cera de las velas que prendieron los vecinos en la "sentada pacífica" de anteayer, en la que pidieron justicia por Fernando Báez Sosa, de 19 años, asesinado a golpes y patadas el sábado a la madrugada.
Le Brique abrió sus puertas a la noche siguiente del asesinato. También lo hicieron el resto de los boliches de esta ciudad balnearia. De hecho, Le Brique publicó unas horas después de la muerte de Báez Sosa, "LBQ es fiesta", en su cuenta de Facebook, para anunciar que, a pesar de todo, el show iba a continuar. A los dos días el boliche borró ese posteo y publicó un mensaje en el que le transmitía sus condolencias a la familia del fallecido, un gesto que los vecinos tildaron de "hipócrita".
En la madrugada de ayer el clima fue distinto, sobre la avenida no estaban los "tarjeteros" que suelen repartir promociones entre los jóvenes para que vayan a los boliches. La música que se escuchaba salía de los pubs y birrerías, pero no de las discotecas. Estas adhirieron al duelo decretado por la municipalidad, una medida que se tomó luego de que los vecinos le exigieran al intendente, Gustavo Barrera, que tome esa medida en honor a la memoria de Báez Sosa.
Las banderas argentinas también estaban a media asta y se cancelaron los espectáculos en espacios públicos o edificios municipales. Si bien el duelo será de 48 horas, en los boliches había unos carteles pegados que decían: "Hoy, 21/01/2020, nos adherimos al duelo municipal". Por lo que da a entender que esta noche ya volverán a abrir.
La Avenida 3 estaba colmada de familias y amigos. A unas cuadras de ahí, la puerta de Dixit, otro reconocido boliche de la ciudad, se encontraba Brian Acosta, de 22 años. "La muerte de Fernando pegó muy fuerte acá y también en Capital. Nuestros padres nos llaman cada dos por tres para ver cómo estamos y para que no nos metamos en quilombos. El alcohol hace que la gente pierda la cabeza. Es muy fuerte lo que pasó, apoyamos el duelo como una manera de estar con la familia. Hoy vamos a estar tranquilos, vamos a disfrutar de estas vacaciones, que la verdad cuesta mucho tomarse unos días", dijo.
"Yo soy de Flores, y justo Fernando era de Caballito, muy cerca. A mí también me impactó mucho su muerte", agregó Rocío Cardozo, de 22 años, que estaba sentada junto a Acosta.
Al recorrer el centro de Villa Gesell, desde muchos balcones se veían muchos jóvenes con música y tomando algunos tragos. Las previas o las "juntadas" en las casas y departamentos fueron la opción disponible para aquellos que tenían ganas de reunirse sin gastar plata en un bar.
Luana Tapizano, de 17 años, y Camila Palmizano, de 18, caminaban con ropa de noche, maquilladas y con un rumbo bien definido por la Avenida 3. Ante la consulta de LA NACION, dijeron que iban a juntarse en lo de unos amigos. "Vamos a la casa de unos chicos que conocemos de toda la vida. Ellos también son rugbiers, pero nada que ver con los pibes que mataron a Fernando, no hay que meter a todos en la misma bolsa. Pero me impactó porque los pibes son de joder o empujarse y la verdad que eso puede terminar muy mal", dijo Tapizano.
"Es la primera vez que venimos a Gesell. Nos re chocó, yo me enteré al otro día por Twitter, estaba por todos lados la noticia y me puse a llorar. Reflexionamos sobre un montón de cosas. Fue muy fuerte lo que pasó, 10 contra uno, no tiene lógica", agregó.
Lucio Marbotto, de 20 años, estuvo en Le Brique la noche en la que mataron a Báez Sosa. Él vaticinó, a modo de broma, que ahí podría suceder una tragedia. "Yo le dije a los chicos, 'si acá se incendia algo, no salimos más', por lo sobrevendido que estaba el boliche. Sobre la pelea que involucró a Fernando, no vimos nada, de hecho, nosotros salimos dos horas después. Hoy íbamos a ir a Dixit, pero por el duelo vinimos a tomar un helado".
En las calles se veía una fuerte custodia policial, tanto de los policías de calle, como de las fuerzas especiales. Villa Gesell tuvo una noche tranquila, ordenada. "Nos sacó un poco las ganas de salir, la verdad que, desde el sábado, cada vez que nos juntamos con amigos o amigas, casi que solo hablamos de lo que pasó con Fernando", concluyó Mariano Mena, de 20 años.
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