El violador más peligroso podría quedar libre en 2023
Nadie en la historia criminal argentina fue sometido a juicio oral por atacar sexualmente a tantas mujeres como él. Se trata de Hugo Gerardo Vallejos Martínez, quien fue acusado de violar a 30 mujeres entre febrero de 2004 y abril de 2005, en Boulogne, Martínez y La Horqueta.
En febrero de 2008, el Tribunal Oral N° 1 de San Isidro lo condenó a 45 años de prisión por 22 de los 30 abusos sexuales. Al fundar la sentencia, la jueza María Elena Márquez tuvo en cuenta los testimonios de las víctimas, quienes expusieron el daño permanente que les provocó Vallejos, de 31 años, cuando las atacó. Aunque llegó al juicio oral acusado de 30 violaciones, los investigadores sospechan que Vallejos atacó a más mujeres.
"Después del hecho, durante dos o tres meses tenía la sensación de que era perseguida", expresó una de las víctimas. "Al principio me costaba salir, mi mamá me tenía que acompañar a todos lados, tuve tratamiento psicológico apenas me pasó. Esto es lo peor que le puede pasar a una mujer", recordó otra de las mujeres atacadas.
Con la condena a 45 años de prisión, las víctimas del violador serial y los magistrados del tribunal oral tenían la certeza de que el agresor sexual podría salir de la cárcel no antes de 2050, cuando Vallejos tuviera 76 años.
Sin embargo, en 2013, al revisar la sentencia, los jueces que, por entonces, integraban la Sala I de la Cámara de Casación Penal bonaerense modificaron el monto de la pena y lo redujeron a 25 años de prisión.
Esto significa que el mayor violador serial de la historia criminal argentina podrá salir de la cárcel dentro de cuatro años. Aunque la condena se agotaría en 2029, Vallejos estaría en condiciones de pedir la libertad condicional en 2023, debido a que se cumplirían los dos tercios de la pena, requisito necesario para solicitar el mencionado beneficio.
Para fundar la reducción de la pena, dos jueces de la Sala I de la Cámara de Casación tuvieron en cuenta varios fallos de tribunales internacionales que sostienen que la máxima condena que se puede endilgar por un delito es de 30 años de prisión y solo para casos de lesa humanidad.
Ninguna de las 22 víctimas fue notificada del fallo dictado en 2013 por la Sala I de la Cámara de Casación Penal bonaerense. Después de la sentencia se inicia un nuevo proceso denominado de ejecución penal, en el que las víctimas no son parte. Actualmente, Vallejos cumple la condena en la Unidad N° 9 de La Plata. Había sido detenido en mayo de 2005, en Boulogne.
"Es un sádico"
"Vallejos es un sádico. La mayoría de los delincuentes sexuales que son sometidos a juicio no quieren escuchar a las víctimas. Para proteger la integridad de las mujeres atacadas, el acusado era retirado de la sala de audiencias en el momento en que debían declarar las víctimas. Vallejos al contrario de otros agresores sexuales pedía escuchar los testimonios de las víctimas y exigía que le instalasen un televisor para poder verlas. Como si disfrutara del hecho de revivir el momento en el que las sometió", recordó un funcionario judicial que se cruzó con Vallejos.
Según una psicóloga que declaró en el juicio y que revisó al imputado, "Vallejos es poseedor de un trastorno de la personalidad con rasgos psicopáticos muy marcados. Se trata de conductas antisociales".
Entre 2004 y 2006, durante 14 meses, Vallejos, conocido como el sátiro de la bicicleta, se movió con total impunidad en las inmediaciones del shopping de Camino del Buen Ayre y Panamericana; en el puente de Capitán Juan de San Martín sobre la Panamericana, y cerca del centro comercial de Paraná y Panamericana, en Martínez.
Varias de las mujeres que atacó iban a trabajar a dos shoppings de la zona. Otras bajaban del colectivo cuando regresaban de la facultad. Las seguía, las amenazaba y les decía que tenía un arma, que las víctimas nunca veían, aunque llegaban a sentir la presión de un caño.
"Hacé de cuenta que te acompaño. Simulá que sos mi novia. Caminá", les decía a las mujeres mientras las tomaba del hombro con una mano y sujetaba la bicicleta con la otra.
"Caminamos una cuadra y media, como si fuera mi marido. Agarraba la bicicleta con una mano y con la otra, me abrazaba para que no me escape. Después me metió en un pasillo entre dos casas. Me dijo que no gritara y que hiciera de cuenta que era su pareja y me besaba, me revisó la cartera. Decía que tenía un arma y se ponía agresivo. Entonces, me ordenó que me bajara el pantalón. Yo le dije que estaba indispuesta. Me obligó a hacerle sexo oral. Después, tomó la bicicleta y huyó", relató la primera de las víctimas.
La mujer fue atacada el 20 de febrero de 2004 en Capitán Juan de San Martín y Olazábal, en Boulogne. Fue la primera en reconocer al violador. Vivía en su barrio. Después de esa agresión, otras 29 mujeres fueron atacadas sexualmente por Vallejos. Para no revictimizar a las mujeres atacadas, sus identidades se mantendrán en reserva.
En 2009, el Tribunal Oral N° 1, de San Isidro, integrado por María Elena Márquez, Federico Ecke y Juan Carlos Tarsia, condenó a 45 años de prisión a Vallejos Martínez por 22 abusos sexuales. En los otros ocho casos por los que también había sido acusado, los magistrados determinaron que no había pruebas suficientes para lograr una certeza necesaria para fundar la condena.
En la sentencia dictada por la mayoría de Márquez y Ecke, el tribunal le impuso a Vallejos Martínez la pena de 45 años de cárcel por las agresiones sexuales contra 22 mujeres.
"Valoro como agravante la extensión del daño causado a las víctimas, el cual se acredita no solo en lo que se refiere a cada una de ellas, sino porque esta circunstancia fue una constante en todas. Lo que puso al descubierto un comportamiento del acusado con la suficiente intensidad como para dejar una impronta negativa en la psiquis de sus víctimas", expresó la jueza Márquez, en los fundamentos de la sentencia.
El dato clave
A pesar de que atacaba en la misma zona y a cara descubierta, aunque solo utilizó tres bicicletas y que los lugares que elegía para acechar a las víctimas estaban cerca de paradas de colectivos que le quedaban en el recorrido que hacía desde su casa en Boulogne hasta la carnicería en la que trabajaba, en Martínez, la policía tardó 14 meses en relacionar las denuncias y en detener a Vallejos. Debido a que nadie lo frenó, Vallejos mantuvo los horarios en los que concretaba los ataques: al menos 16 de las 22 violaciones por las que fue condenado se registraron entre las 6 y las 9.30.
Fue la fiscal de San Isidro, Bibiana Santella, quien al investigar una agresión ocurrida el 14 de febrero de 2004, logró identificar a Vallejos. Además del abuso, la mujer denunció que el agresor le robó el celular. Entonces, la representante del Ministerio Público solicitó los listados de llamadas de ese teléfono. Al revisar esas comunicaciones, la fiscal estableció que el agresor de Carla había realizado dos llamadas después del ataque: una fue a un celular y la otra a una remisería de Boulogne. Hasta allí fueron los efectivos de la Dirección de Investigaciones de San Isidro.
El encargado de la remisería le dijo a los policías que un cliente había llamado para pedir un automóvil. Ese viaje terminó en una casa de la zona. Allí, los policías comenzaron a seguir al sospechoso, lo fotografiaron, lo siguieron y lo detuvieron, en mayo de 2005.
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