Escándalo en Entre Ríos: entregan por error el cadáver de una mujer a la familia de un hombre asesinado y carbonizado
El personal forense confundió las bolsas que contenían los restos al entregarlas a la funeraria; los deudos de la víctima del crimen velaron a la persona equivocada; por la falla garrafal, el Superior Tribunal de la provincia intervino la Morgue Judicial
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De los cuerpos de Marcelo Cabeza y Susana Pronni solo habían quedado huesos. A Cabeza, chofer del Ministerio de Salud entrerriano lo asesinaron de un balazo. Su cuerpo calcinado fue hallado el 2 de febrero pasado dentro del auto que los homicidas habían prendido fuego para borrar pruebas. Antes, le cortaron las manos y las arrojaron en el basurero municipal.
Pronni había fallecido en 2011, atacada por dos perros rottweiler de su pareja. Debido al tiempo que estuvo sepultada, de su cuerpo solo quedó el esqueleto. Hace cuatro años la fiscalía, por sugerencia de un forense, pidió que el cuerpo fuera exhumado, ante la sospecha que habría sido asesinada. Después de la segunda autopsia, y dado que la familia no reclamó el cuerpo de la mujer para inhumarla, el cadáver quedó en la morgue judicial de Oro Verde.
A principios de febrero pasado, después que la Justicia autorizó la inhumación del cuerpo de Cabeza, el encargado de la morgue tomó la bolsa mortuoria con los restos de la víctima del homicidio y la entregó a los empleados de la empresa funeraria que se hizo cargo del velatorio.
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Pero el responsable de la morgue no advirtió que había entregado el cuerpo equivocado. El cadáver de Marcelo Cabeza quedó en la morgue, mientras que los empleados de la cochería se llevaron, por error, el cuerpo de la mujer atacada por los perros.
Así, sin saberlo, la familia del chofer asesinado lloró sobre el cajón donde estaba el cuerpo de una mujer, no de Marcelo Cabeza.
Pasó un mes hasta que la dramática equivocación quedó al descubierto. Anteayer, uno de los empleados de la morgue encontró la bolsa mortuoria con el rótulo de Marcelo Cabeza. Entonces, los responsables de la morgue revisaron los otros cuerpos preservados en el lugar y advirtieron que faltaba el cadáver de Pronni.
“Me llamó el jefe del departamento médico legal de la provincia de Entre Ríos, el doctor Luis Moyano, para explicarme que habían cometido un gravísimo error, que en lugar de los de Cabeza habían entregado los restos óseos de una mujer”, explicó a LA NACION el abogado de la familia Marcos Rodríguez Allende.
A partir del escándalo, el Tribunal de Justicia de Entre Ríos intervino la Morgue Judicial.
El Máximo Tribunal de Justicia entrerriano informó que “se iniciaron de actuaciones administrativas para determinar las responsabilidades del lamentable hecho, que entre otros efectos ha originado un profundo dolor a familiares y allegados de las víctimas”.
En el caso de Pronni, la segunda autopsia confirmó la hipótesis inicial: había muerto como consecuencia de las heridas causadas por el ataque de los rottweiler.
“Es un escándalo porque no solo la madre fue al cementerio y creyó que enterraba a su hijo y los hijos a su padre, sino que, además, la morgue tenía los restos de una mujer que debía haber sido inhumada”, reclamó Rodríguez Allende
Según aseguró la querella, la familia analiza tomar medidas judiciales por “daño moral”. Aunque el letrado afirmó: “Están más centrados en el esclarecimiento del asesinato de Cabeza, teniendo en cuenta que apareció un nuevo testigo que declaró haber presenciado el crimen”. Agregó: “Estamos focalizados en demostrar que hubo varias personas que encubrieron el homicidio, colaboraron en cortar las manos, limpiar el auto y todas esas cuestiones”.
Hasta anoche, los restos de Cabeza no fueron entregados a la familia, el abogado dijo que el martes próximo, estiman, “se procederá a la exhumación del cadáver, para luego velar y enterrar el cuerpo”.
EL CRIMEN
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Por el hecho hay dos procesados con prisión preventiva: Alan Joel Ávalos, alias Chino, y Matías Gabriel Rodríguez.
La madrugada del 2 de febrero un llamado al 911 alertó sobre un vehículo que se incendiaba en el barrio Anacleto Medina Sur, de Paraná. Los policías encontraron el cuerpo de Cabeza calcinado en posición fetal, con los brazos atados por la espalda, en el asiento trasero del Renault Clío de la hermana de la víctima. Le faltaban las manos, que habían sido mutiladas después de la muerte y que fueron halladas en el basurero municipal.
Allí comenzó la investigación de lo que en un principio se creyó que era un crimen mafioso, hipótesis que fue descartada por la querella. El abogado afirmó: “Cabeza era homosexual y tenía relaciones con Rodríguez, que, al parecer, lo mató por una cuestión privada”.
La investigación del caso quedó a cargo de la fiscal Melisa Saint Paul. En principio, el expediente fue caratulado como homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas. Según el abogado de la familia, hay un testigo clave que aseguró haber estado en el momento en que mataron a Cabeza: “Relató que estaba en el patio de la casa cuando escuchó un disparo, y al ingresar en la vivienda encontró a Cabeza herido. Al ver esta situación, se quiso ir, pero los asesinos le dispararon a él en el abdomen”.
“Por el momento no se puede determinar la intervención que tuvo cada uno de ellos y si contaron con la colaboración de otras personas”, aseguró la fiscal en una audiencia realizada el 5 de febrero.
Según la acusación, ambos imputados trasladaron el cuerpo de Cabeza en el Clío hasta un descampado, donde lo prendieron fuego.
Guillermo, hermano de Cabeza, le mostró a la policía una publicación de Facebook de la víctima, en la que aparecía en una foto con dos jóvenes que no pertenecían al círculo que él frecuentaba; uno de ellos tenía una gorra de la víctima.
A partir de la revisión de las imágenes de las cámaras de seguridad y del cotejo de los testimonios de vecinos de la zona donde fueron arrojadas las manos de la víctima, los detectives de la División Homicidios obtuvieron la pista principal para capturar a los sospechosos. En la casa de Rodríguez, según informó la fiscal, “se secuestraron anillos de acero quirúrgico de similares características a los que usaba la víctima, lentes recetados y una billetera”.
Según la representante del Ministerio Público, todos esos elementos fueron reconocidos por los familiares de la víctima. Además, aseguró, se tomaron muestras de sangre de distintos lugares en el interior de la vivienda, ropa y otros elementos. Asimismo, se realizó un cotejo preliminar de la muestra de una huella tomada de la puerta trasera derecha del vehículo calcinado, con el registro dactilar de Ávalos: hubo coincidencia.
Una vecina se presentó como testigo y dijo que el día en que ocurrió el homicidio había visto un auto, que le llamó la atención por el color, que estacionó en la casa de Rodríguez. La mujer dijo que Rodríguez se subió al rodado en el asiento del conductor, que estaba acompañado por el “Chino” Ávalos, que también abordó el vehículo, y que un tercer hombre se sentó en el asiento trasero. Los tres se fueron. A las 3 escuchó un ruido de frenada de auto y luego, un disparo; al asomarse por la ventana vio el mismo auto, estacionado. El recorrido del rodado se pudo reconstruir a partir del análisis de las imágenes realizado por la Dirección Inteligencia Criminal.
Para la fiscal estas evidencias “permiten sospechar con grado de probabilidad que los imputados han sido los autores del hecho investigado”.