Granados, sin recursos y con una sola idea

Seis meses atrás, Alejandro Granados llegó al Ministerio de Seguridad bonaerense con la idea de transpolar a la provincia su experiencia de patrullaje a partir de un sistema de saturación de las calles con policías y combinados con fuerzas federales.

La escasez de recursos y la compleja realidad del conurbano demostraron la necesidad de otras medidas para enfrentar la creciente violencia delictiva que asuela la provincia.

Granados llegó al puesto más difícil de la provincia impulsado por la urgencia electoral y la persistencia en la falta de resultados efectivos en la lucha contra el delito. Sin recursos (ni otras ideas), su gestión parece ahogada. Ayer LA NACION volvió a pedir hablar con el ministro sobre su plan de seguridad. La respuesta fue la misma que mantiene desde que asumió: el silencio.

En este contexto, el gobernador Daniel Scioli tomó ayer una medida singular: envió al subsecretario de Prensa de la Gobernación, Alejandro Delgado Morales, a hacerse cargo de la comunicación de la cartera conducida por Granados.

Para quienes conocen la importancia que Scioli le otorga a la comunicación institucional, la medida puede verse -aunque parezca exagerado- casi como un cambio de ministro.

Fuentes cercanas al mandatario reconocieron que la decisión busca "mejorar la imagen de las cosas que se hacen en materia de seguridad" y reconocieron que el tema se vincula, indudablemente, con la pretendida y anunciada proyección presidencial del mandatario provincial.

Será el propio Scioli quien, en un acto previsto para hoy por la tarde en Mar del Plata, hable del tema de la seguridad, anticiparon anoche en la gobernación.

Se presume que, como lo hace a cada momento, repita que su prioridad es luchar contra la inseguridad y, especialmente, contra el narcotráfico.

Hace dos semanas, en su mensaje a la Legislatura al abrir el período de sesiones ordinarias de la Legislatura provincial, Scioli recordó las reformas legislativas impulsadas para limitar las excarcelaciones de delincuentes peligrosos, reincidentes; adultos que usan a menores para delinquir y aquellos que porten armas ilegales y, de ese modo, se diferenció de las propuestas insertas en el anteproyecto de ley de reforma al Código Penal que impulsa la Casa Rosada.

Ese mismo día anunció la creación de 30 nuevas fiscalías, de las cuales diez estarán dedicadas exclusivamente a la investigación de casos de venta de drogas y se comprometió a poner en marcha este año la demorada policía judicial.

"Comprendo y comparto profundamente que la inseguridad sea la principal preocupación de la ciudadanía", señaló el mandatario provincial ante los legisladores en su mensaje y pidió un "esfuerzo conjunto de todos los poderes del Estado".

Lejos de convencer, el gobernador, que desde su asunción en 2007 ya prescindió de los ministros Carlos Stornelli y Ricardo Casal, reproduce un discurso que parece ir quedando vacío de contenido.

Ocurre que, tras seis años y medio de gestión al frente de la provincia, va siendo hora de que las promesas se conviertan en resultados palpables.