Cromañón: "La desgracia fue que nadie supo respetar las reglas", recordó el jefe de una guardia médica
El fuerte impacto emocional alcanzó esa noche también a quienes lucharon para salvar vidas

El Hospital de Clínicas y el Hospital Ramos Mejía fueron el núcleo sanitario del enorme operativo de rescate en la fatídica noche del 30 de diciembre de 2004. Más de 200 víctimas del incendio en Cromañón llegaron a esos dos centros de asistencia. Carlos Mercau era entonces el jefe de terapia intensiva de Neonatología del Ramos Mejía y coordinador de pediatría del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME). Estaba cenando con su familia y amigos en un restaurante de Puerto Madero cuando le llegaron las noticias sobre un incendio en Once. "Supe que había problemas en el Ramos. Me dirigí al hospital y encontré un cuadro dantesco. La guardia estaba desbordada", contó Mercau a Télam.
El médico no pudo precisar cuántas víctimas llegaron al Ramos Mejía esa noche -notas periodísticas de aquel momento hablan de entre 150 y 170-, pero sí recordó que el hospital era "el primer lugar de recepción para asistencia inmediata" al que iban las ambulancias.
Con entrada principal en Urquiza al 600, el Hospital Ramos Mejía quedaba a siete cuadras del boliche República Cromañón, ubicado a pocos metros de Plaza Miserere. En el boliche, unas 3000 personas, la mayoría jóvenes, asistían al recital del grupo Callejeros, en un espacio que tenía habilitación para albergar a 1031.
"La desgracia de Cromañón fue que nadie supo respetar las reglas", dijo Mercau, pero no se refirió a las irregularidades por las que fueron sentenciados los responsables de lo ocurrido allí esa noche, sino a los protocolos que debieron seguirse durante la catástrofe.
"Los chicos que lograban salir volvían a entrar buscando a sus amigos, y ahí quedaban. Los padres que estaban en la plaza trataban de ayudar. El operativo fue imposible de llevar a cabo, pero ¿cómo parás a un padre que piensa que su hijo está muerto?", comentó el médico, que estuvo esa noche en el hospital Ramos Mejía. En ese centro de salud también fue difícil seguir las reglas: "No podíamos salir de la guardia porque los padres estaban desesperados por entrar. Pero si los dejábamos entrar, no íbamos a poder seguir atendiendo", recordó.
Sin olvidar las dificultades, Mercau rescató el "sentido de solidaridad" que movilizó a los trabajadores del Ramos Mejía: "Todos fuimos uno: médicos, enfermeras, camilleros. El objetivo era salvar vidas".
Hacia el otro lado de la Plaza Miserere, sobre la avenida Córdoba y a 12 cuadras de Cromañón, se encuentra el Hospital de Clínicas, que esa noche asistió a "cerca de 80 pacientes", dijo a Télam Luis Sarotto, quien era esa noche el jefe de urgencias. "Al Clínicas los pacientes llegaban por sus propios medios, con amigos o por patrulleros policiales que los traían. Algunos hasta en el baúl del auto, no en ambulancia", recordó.
Y detalló: "Hubo 24 muertos al llegar y un paciente que falleció a la media hora de entrar a la guardia, los demás fueron reanimados en terapia intensiva, unidad coronaria y los quirófanos, que se habilitaron por tener cada uno un respirador".
Esa noche, Sarotto dedicó parte de su tiempo a contener a los más de 200 familiares que llegaron al hospital, e incluso acompañó a algunos en el reconocimiento de los cuerpos. "La mayoría estaban indocumentados, tiznados, sin ropa. Fueron momentos dramáticos. Eran jóvenes, había chicas embarazadas, muertos de muy corta edad. Eso genera un impacto emocional muy grande", aseguró a Télam.
Una canción como homenaje a los fallecidos
- Amigos y familiares de víctimas de Cromañón lanzaron la canción "Sin quebrarse", compuesta por Federico Claramut, uno de los sobrevivientes de esa tragedia, e interpretada por una decena de artistas. El videoclip será proyectado en el cierre del acto por el 15» aniversario del incendio que causó la muerte de 194 personas, que se realizará mañana en el Obelisco, a partir de las 18.
- "Los pibes de Cromañón, los sobrevivientes de Cromañón, presentes", pronuncian al final del video los artistas que interpretaron el tema, disponible en YouTube e ideada por la agrupación No Nos Cuenten Cromañón. Claramut contó a Télam que el espíritu de la canción "fue darle un giro más positivo a todo lo que llegó después del incendio, con el objetivo que no vuelva a pasar algo así. Trasmitimos cómo en un primer momento se intentó acallar la voz de los sobrevivientes, de los que estábamos ahí en ese momento, pero lo único que no pudieron hacer es callarnos".
- 1
- 2
Tras dos semanas prófugo, se entregó el hijo de un diputado oficialista que había golpeado a un chico a la salida de un boliche
- 3
Cambian las leyes orgánicas de las fuerzas federales y redefinen sus roles centrales
- 4
De Wanda a L-Gante: 16 influencers grabaron un video para “reparar el daño” por promocionar apuestas ilegales