La pista del mexicano con el tatuaje de la cabra y dos cuchillos
"Leopoldo, Ricardo Sladkowski y Carlos San Luis buscaban efedrina para vendérsela a Rodrigo". La frase pertenece a Cristian Heredia y fue expuesta hace ocho años en el juicio oral que terminó con las condenas de los hermanos Cristian y Martín Lanatta y Víctor y Marcelo Schillaci por su presunta responsabilidad en los asesinatos de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina.
En su declaración, Heredia mencionó a "Rodrigo". Se trata de Rodrigo Pozas Iturbe, quien apareció vinculado al principio de la investigación. A partir de los allanamientos de ayer, Pozas Iturbe, un mexicano, actualmente detenido por tráfico de cocaína, volvió a quedar involucrado en la causa del triple homicidio de Forza, Ferrón y Bina.
Durante la investigación del triple asesinato se estableció que Pozas Iturbe, que tiene en su cuerpo el tatuaje de una cabra cruzada con dos cuchillos, señal de su pertenencia a un cartel mexicano, se reunió con Bina y Forza en una estación de servicio de General Rodríguez y en una oficina de Pilar.
Ayer, Heredia, San Luis y Sladkowski, pasaron de testigos a imputados por el supuesto tráfico de efedrina y sospechosos en el triple homicidio. Según los dichos de Heredia, "Leopoldo" es Bina. Su amigo del gimnasio y el proveedor de suplementos dietarios para quemar grasas.
"Se reunieron el 25 de julio de 2008 con Pozas Iturbe, que venía de la mano de Bina, en el Open de Pilar, a quien pensaban venderle una importante cantidad de efedrina; sin embargo, el negocio se frustró ante una diferencia sustancial entre las partes, pues los vendedores aludían al precio en dólares por kilo y los compradores, en moneda de curso legal. Se vieron así, en la necesidad de salir a conseguir urgentemente un comprador", expresó el tribunal que condenó a los hermanos Lanatta y Schillaci.
Según declaró la esposa de Bina, "con el tema de la efedrina Leo ya venía desde mediados del 2007 y en esto estaba con San Luis, Sladkowski y Pozas Iturbe. Le mandaba la efedrina a México en cajas. Más o menos 40 cajas semanales y ganaba US$300 por bulto".
En marzo del año pasado, Pozas Iturbe fue condenado por el Tribunal Oral en lo Penal Económico (TOPE) N° 3 a la pena de seis años de prisión como integrante de una asociación ilícita que traficaba cocaína a Europa por medio de "mulas" que llevaban la droga oculta en las suelas de sus zapatillas.
Según el expediente judicial, el plan criminal era ambicioso y perverso. Inclusive lo conversó con la madre de su hijo. Ella estaba en Ecuador cuando le escuchó decirle a través del Skype: "En mi master plan estoy pensando en armar una estructura mucho más fuerte. Más gang, más tipo rusa-china. Y me he repetido hasta el cansancio que tengo que ser un absoluto hijo de puta. Golpear, amedrentar, ser cruel y despiadado. Técnica de terror... No hay otra, el miedo es lo único que puede, en su momento, meter orden en lo que quiero hacer. Yo quiero traer lo de Breaking Bad; acá es moda, no se consigue y es carísima".
La causa judicial estuvo a cargo del juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky. En la investigación participó la fiscal María Gabriela Ruiz Morales.