Liberan a una de los cuatro policías detenidas por arrestar y torturar a dos adolescentes
Declaró y logró comprobar que no había sido ella la autora de una frase amenazante que escuchó una de las víctimas; los otros tres se negaron a declarar y seguirán presos
MAR DEL PLATA.- Una de los cuatro oficiales de policía detenidos por aprehensión ilegal y torturas a dos menores de edad dio en tribunales una versión exculpatoria que le permitió quedar en libertad, pero complicó aún más a sus tres compañeros, que se negaron a declarar y permanecen detenidos en establecimientos carcelarios de la vecina localidad de Batán.
Micaela Estigarribia afrontó la indagatoria ante el fiscal Juan Pablo Lódola y la presencia de la jueza de Garantías Rosa Frende, especialmente convocada a pedido de su defensa. La magistrada, después de escuchar su relato, le firmó la excarcelación, aunque continuará imputada en esta causa judicial.
La denuncia de los menores, que tienen 14 y 16 años, permite conocer detalles escalofriantes de los abusos de estos efectivos que prestaban servicios en la Comisaría 6ª e interceptaron a estos adolescentes sin más excusa que identificarlos mientras caminaban por la vía pública.
En ese relato comentan que los esposaron, golpearon, hicieron arrodillar, apuntaron con pistolas reglamentarias, gatillaron en falso, amenazaron varias veces con matarlos y, cuando los liberaron, les dispararon con escopetas antitumultos.
Estigarribia fue la única de los cuatro detenidos que accedió a responder preguntas durante la indagatoria. Sus compañeros Ariel Estévez, Jonathan Cabrera y Vanesa Cano, a sugerencia de sus defensas, optaron por negarse a declarar.
Los detalles que aportó la oficial permitieron convencer a los investigadores de su participación lejana de los excesos cometidos sobre los dos menores. Sus dichos coinciden en gran medida con el testimonio de las víctimas.
Había quedado señalada en la investigación penal preparatoria como autora de una frase intimidatoria: “Ahora van a ver cómo los matamos y nadie se entera; como yo tengo un montón de muertos y nadie se enteró, dos más no me van a hacer nada”, aseguró uno de los menores que había dicho Estigarribia.
Luego se pudo aclarar que hubo una confusión respecto a los móviles en los que se desplazaban las oficiales; lo atribuido a Estigarribia habría correspondido a dichos de Cano.
En el mismo error se incurrió al momento de señalar a la oficial que grabó con un celular parte de lo ocurrido. Estigarribia reconoció que había una luz que enfocaba a los menores cuando estaban frente a sus compañeros. Ese registro podría aparecer cuando se periten los teléfonos incautados a los oficiales acusados.
Familiares de los menores, que buscaron preservar la identidad, reconocieron que la noche del 17 de septiembre salieron a hacer compras para la cena. Pero tardaron en regresar. Cuando lo hicieron presentaban lesiones, en particular el menor de 14 años.
El adolescente era conocido de alguno de estos policías, sin que trascendieran en qué circunstancias se había dado ese encuentro. “Mirá cómo te tenemos, te vamos a enseñar a respetar, porque los que mandamos somos nosotros”, le repetían al más joven.
En virtud de los testimonios de las víctimas, el aporte de Estigarribia y las pruebas ya acopiadas, a las que se sumarán el peritaje de los teléfonos celulares, se espera que Lódola pida a la brevedad la prisión preventiva de los tres policías que permanecen encarcelados.
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