Lo acusaron de tener 60 kilos de cocaína, pero solo dos eran realmente droga
La comunicación oficial daba cuenta de que, al ser detenido por la Policía de la Ciudad tras una persecución entre los barrios de Flores y Parque Avellaneda, Milton Ponce tenía 60 kilos de cocaína en el asiento trasero del auto que conducía. Pero, en las últimas horas, con su procesamiento con prisión preventiva por transporte de estupefacientes se supo que el sospechoso solo llevaba dos panes que efectivamente contenían esa droga, con un peso total de dos kilos y 55 gramos. El resto de la sustancia blanca secuestrada por los uniformados era una mezcla de almidón, cafeína, lidocaína y fenacetina, todas utilizadas por los narcotraficantes para "estirar" el producto que finalmente venden al menudeo.
Según informaron a LA NACION fuentes judiciales, el procesamiento firmado por el juez federal Julián Ercolini detalla: "De acuerdo a las constancias incorporadas en autos se corroboró que Ponce transportaba en el interior del vehículo que manejaba el material estupefaciente incautado, consistente en dos kilogramos de cocaína y otros elementos, y cuatro bolsas con almidón, cafeína y lidocaína, desde y con destino incierto".
Ercolini recordó que en el artículo 5 de la ley 23.737, de estupefacientes, se especifica que el transporte de estupefacientes es un delito de peligro abstracto, generador de un riesgo potencial de la salud pública y requiere trasladar, aunque sea brevemente, la cosa peligrosa de un lugar al otro queriendo y conociendo lo que se traslada.
Según esa ley, no solo se considera delito el transporte de estupefacientes sino también el de las materias primas para producirlos.
Ponce, de 27 años y domiciliado en Lomas de Zamora, fue apresado el 26 de junio pasado a las 22.20, cuando conducía un VW Fox gris. La detención se concretó en Zuviría y Mozart, después de una persecución de 25 cuadras que terminó cuando el auto del sospechoso tuvo un desperfecto mecánico.
Pocas horas después se informó que se le habían secuestrado dos panes de cocaína y cuatro bolsas con cocaína con un peso de 60 kilos. Pero los peritajes de la Policía Federal Argentina (PFA) y de la Gendarmería Nacional determinaron que solo eran droga el producto de los dos ladrillos; el resto eran sustancias de corte.
Si bien en el acto de indagatoria se negó a declarar, su abogado defensor dijo que la cocaína y las sustancias de corte secuestradas por la Policía de la Ciudad no eran de Ponce sino de una pasajera, ya que su defendido trabaja como remisero.
Sostuvo la defensa que la noche de su detención Ponce llevaba a una pasajera que le había pedido que se detuviera en Zuviría y Culpina, en el barrio de Flores, donde supuestamente iba a subir su novio, pero que se bajó y se fue corriendo.
"[Ponce] se asustó al notar que la pasajera se había bajado del vehículo y empezado a correr. Todo se agravó cuando Ponce observó esa noche a un vehículo que se acercaba con las luces apagadas y, temiendo por su vida, rápidamente arrancó para luego, al identificar las señales lumínicas y sonoras inequívocas de un móvil policial, detuvo su marcha", argumentó el abogado defensor, según se desprende del expediente judicial.
La defensa de Ponce afirmó que el imputado, además de trabajar como remisero, colaboraba con su hermana en una ferretería.
Fuentes de Policía de la Ciudad habían informado oportunamente a LA NACION que el hecho ocurrió el 26 de junio pasado a las 22.10, cuando personal de la Comisaría Vecinal 7A recorría el barrio de Flores y advirtió que un VW Fox gris circulaba en forma sospechosa.
Cuando el conductor del vehículo se dio cuenta de que estaba en la mira de los ocupantes del móvil policial intentó escapar rápidamente del lugar.
Se inició entonces una persecución. Los agentes del patrullero, al tiempo que iban tras el Fox, pidieron refuerzos. Así, se sumaron a la cacería efectivos del grupo de Despliegue de Intervención Rápida (DIR) de la Policía de la Ciudad.
La persecución terminó en Zuviría y Mozart, dentro del Barrio Cildañez, donde se produjo la detención. Ponce, según la declaración de los uniformados a cargo del operativo, estaba acompañado por otro persona que logró escapar.
"Considero que se encontrarían demostradas las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que Ponce transportaba material estupefaciente, más allá de que hasta el momento se desconoce de dónde provenía y cuál era su destino final. A lo dicho debe agregarse que el hecho de haberse dado a la fuga y que el voluminoso material secuestrado se encontrara en el asiento trasero, permite inferir el conocimiento que Ponce tenía sobre la sustancia ilícita que estaba trasladando. Dichas cantidades no podían pasar inadvertidas, por lo menos para él, que estaba a centímetros de las mismas", afirmó Ercolini.
Allanamiento
Según explicó Ercolini en su resolución, en el allanamiento en la casa de Lomas de Zamora donde vivía el imputado se secuestró un boleto de compraventa de una propiedad en el barrio Tongui, de Ingeniero Budge, por 1.200.000 pesos. Figura que la adquisición habría sido hecha por la pareja de Ponce.
"Cabe señalar que dichos valores no guardarían relación, a priori, con los trabajos que manifestó realizar y que nunca pudo demostrar", sostuvo Ercolini.
Para fundamentar la prisión preventiva, el magistrado afirmó: "La gravedad del hecho, el momento puntual que atraviesa la causa y la necesidad de asegurar la prueba llevan a sostener que la libertad del imputado podría poner en peligro el éxito de la investigación, así como también la preservación de la actual pesquisa. Al respecto, debe considerarse que actualmente resta gran cantidad de medidas probatorias por producirse, dado que se encuentran pendientes la realización de peritajes sobre los teléfonos secuestrados en su vivienda y la notebook hallada en el vehículo, así como también aquellas destinadas a dar con la persona que se encontraba con el imputado en el automóvil".
El juez Ercolini, además de dictarle la prisión preventiva, embargó los bienes de Ponce hasta cubrir la suma de 400.000 pesos.
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