Matan a un abogado en Mar del Plata

MAR DEL PLATA.- Un colega lo encontró cuando lo fue a ver a su estudio jurídico, a media mañana y en pleno centro. Estaba maniatado con precintos a una silla, evidencias de una brutal golpiza y estrangulado con su corbata.

La víctima, un abogado de 58 años que eleva a 20 la lista de crímenes ocurridos en la ciudad en lo que va de este año, era familiar del titular del programa de seguridad municipal que ayer, al momento del hecho, se encontraba en la ciudad de Buenos Aires realizando gestiones para mejorar estrategias de control del delito para este distrito.

El móvil del homicidio aún es motivo de investigación. En principio, se consideró la posibilidad de un robo, pero pronto la hipótesis empezó a diluirse porque el autor se fue sin llevarse algunos elementos de valor que había en las oficinas de Catamarca 2189, casi Colón. Fuentes policiales dijeron que en la muñeca izquierda de la víctima, Tristán Ventimiglia, había un costoso reloj Rolex.

El profesional era primo de César Ventimiglia, el funcionario a cargo de la Dirección de Protección Ciudadana, que ayer conoció la novedad mientras estaba en Buenos Aires, junto al intendente local, Gustavo Pulti, participando de una reunión con autoridades nacionales.

El fiscal que investiga el caso, Mariano Moyano, esperaba resultados de algunos peritajes que ordenó para determinar la existencia de huellas dactilares y otros elementos que le permitieran ir tras los asesinos.

Datos de interés surgieron de boca del abogado que encontró el cadáver. Fue a ese estudio porque tenía que reunirse con Ventimiglia para avanzar con una causa que compartían. Mientras esperaba en la esquina, vio a un hombre salir presuroso de la oficina de la víctima. Es la primera descripción que aparece del sospechoso.

En una primera instancia se analizó la agenda de la víctima para determinar las citas que tenía programadas. De no ser un crimen en intento de robo, se especula con que el responsable pudo haber sido algún cliente.

Esta última hipótesis se respalda en la inexistencia de indicios de violencia en las aberturas de la propiedad donde funcionaba el estudio jurídico. Además en el interior había papeles en el piso y evidencias de movimiento sobre elementos del escritorio, todo parece indicar que el autor tuvo un acceso franco al lugar.