A 12 años del asesinato de Nora Dalmasso investigan el móvil económico del crimen
CÓRDOBA. A semanas de cumplirse 12 años del asesinato de Nora Dalmasso en un barrio cerrado de Río Cuarto, la causa podría dar un nuevo giro. Hasta ahora, como presunto homicida está acusado el viudo, Marcelo Macarrón; pero fuentes de la investigación aventuran que el fiscal Luis Pizarro podría imputar ahora a un abogado muy cercano a la familia. La nueva hipótesis sería la de un crimen por encargo, anclado en eventuales motivos económicos.
Según esta nueva teoría, surgida en los últimos meses al calor de varias declaraciones coincidentes, el asesinato habría sido encomendado "para que Nora no contara lo que sabía sobre algunos negocios" espurios y sobre eventuales movimientos de grandes sumas de dinero no declaradas que, supuestamente, involucrarían a personas cercanas el poder político y económico provincial, con eje en el marido de la víctima.
El 26 de noviembre de 2006, Dalmasso, de 51 años, apareció asesinada en su casa de Villa Golf, semidesnuda y estrangulada con el lazo de su bata; ese fin de semana su marido participaba de un campeonato de golf en Punta del Este, la hija, Valentina, estaba en los Estados Unidos y su hijo, Facundo, en la capital provincial. El escándalo y la polémica atraviesan la investigación desde el primer día y las hipótesis fueron desde el desenlace fatal de un juego sexual al matricidio, el ataque de un pervertido y hasta el homicidio conyugal.
Quien ahora estaría bajo la lupa de Pizarro (el quinto fiscal del caso, que asumió hace un año, cuando fue apartado de la causa el que imputó a Macarrón, Daniel Miralles) es Daniel Lacasse, abogado del viudo en los inicios de la investigación. El letrado estaba con Macarrón en Punta del Este el fin de semana que se produjo el crimen.
¿Por qué su nombre aparece dentro de las sospechas? Fuentes de la investigación dijeron a LA NACIÓN que en una nueva rueda de testimonios tomados en los últimos meses hubo varios coincidentes en que, para la fecha del crimen, el abogado tenía "dólares" y sus cuentas bancarias registraban movimientos. En el círculo de Lacasse sostienen que "sólo había extraído dinero de una cuenta bancaria de Punta del Este". El movimiento de ese dinero, sostienen ahora fuentes del caso, tendría relación con el trágico desenlace.
Durante la investigación del caso Dalmasso renunciaron varios funcionarios provinciales. El primero, un asesor letrado del ministro de Seguridad de Córdoba a quien se vinculó sentimentalmente con la mujer y que pidió ser imputado para someterse a un cotejo de ADN. A los pocos días renunció el secretario de Seguridad por estar mencionado en la causa. Otros debieron irse por problemas en la investigación.
El primer acusado del crimen fue Gastón Zárate, un albañil que trabajó en la casa de la víctima. Se ganó rápidamente el mote de "el perejil": él gritaba su inocencia y, excepto la policía, todos en Río Cuarto estaban convencidos de que era un chivo expiatorio y que había sido introducido sin pruebas en la causa para ocultar a "alguien pesado" y con vínculos con el poder. En 2011, cuando llegó el informe del FBI sobre las huellas genéticas levantadas en la escena del crimen, fue finalmente sobreseído.
Con el primer fiscal, Javier Di Santo, la causa llegó a tener tres imputados, cada uno con un móvil potencial distinto: "el perejil" Zárate (acusado de violación); Rafael Magnasco, exasesor letrado del Ministerio de Seguridad cordobés, que se ofreció voluntariamente a hacerse el ADN luego de que se lo vinculara sentimentalmente con la víctima (era un hecho que Dalmasso había tenido relaciones sexuales poco antes del crimen), y el propio hijo de la víctima, al que se acusó de abuso sexual sin acceso carnal seguido de muerte.
También estuvo bajo investigación Miguel Rohrer, "el Francés", un empresario amigo de Macarrón al que el mismo viudo apuntó como sospechoso. Una prueba de ADN lo sacó de la escena del crimen, pero no bastó para desvincularlo totalmente de la pesquisa.
La defensa de Marcelo Macarrón, a quien el ADN pone en la escena del asesinato (que no deja de ser su propia casa), insiste con que las muestras levantadas en el lugar del crimen están "contaminadas" y, en consecuencia, no son válidas.
Además, plantearon que "no hay modo material" de que Macarrón haya volado desde Punta del Este hasta Río Cuarto, que haya asesinado a Nora y, de inmediato, regresado a Uruguay para jugar la final del torneo de golf, que finalmente ganó.
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