Objetivo: frenar el delito en el corredor Norte
Los vecinos no sólo están cansados sino, en particular, atemorizados por el recrudecimiento de los delitos, cada vez más violentos, que se vienen registrando en los últimos tiempos en el Gran Buenos Aires. Seguramente el corredor norte del conurbano sea el menos castigado por los delincuentes, según las estadísticas oficiales, pero ello no quita que continúe la ola de entraderas. Según la Justicia, sólo en julio pasado en San Isidro hubo 110 casos, casi tres por día. Esto afecta la tranquilidad con la que se vivía en la zona, al menos hasta hace unos años, como coincidieron muchos vecinos.
Más allá de la pirotecnia verbal entre intendentes y el gobernador Daniel Scioli, lo cierto es que, como lo indica la Constitución, la responsabilidad primaria de la seguridad es del Estado provincial, que debe fijar políticas claras y profundas.
También es cierto, según reconocen algunos intendentes, tanto oficialistas como opositores, que desde el 13 de septiembre pasado, cuando asumió el cargo de ministro de Seguridad Alejandro Granados, algunas cuestiones "comenzaron a cambiar", tal vez porque él, como intendente de Ezeiza, tenía bastante curtida la piel sobre las quejas de los vecinos por los hechos de inseguridad.
Pero no todo salió como querían Scioli y Granados. Desde que comenzó este año, pese a que se insistía en que la cantidad de delitos no aumentaba, era evidente que cada vez eran más violentos y que los ladrones actuaban con total desprecio por la vida de sus víctimas.
Esto empujó al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, a tomar una medida drástica: el 9 de abril decretó la emergencia en seguridad en la provincia de Buenos Aires, durante doce meses, con el objetivo de "agilizar los recursos materiales y humanos para acorralar el delito".
Según anunció el mandatario, la medida implicaba la inmediata convocatoria de personal retirado. "Esta declaración de emergencia servirá para aplicarles todo el peso de un Estado presente a los asesinos y a los delincuentes. Tenemos que ser dinámicos para perseguir, atrapar y encarcelar a los criminales", sentenció el gobernador.
Granados comenzó a poner su sello a la gestión, entre otras medidas, con la puesta en marcha de los Comando de Policías Comunales (CPC) y la acción policial pareció tener más dinámica, aunque los hechos delictivos violentos no cesaban. Según datos oficiales, el Estado provincial entró en acción: desde la emergencia de seguridad hubo un ladrón muerto en algún enfrentamiento armado con la policía cada 40 horas; se registraron 458 tiroteos con delincuentes, hubo 24.277 vehículos robados, 4530 armas secuestradas y 7817 procedimientos antidrogas.
Granados no se olvidó del corredor Norte, pues sabe que es una "zona sensible". El jueves pasado entregó 35 patrulleros a San Isidro y puso en marcha el CPC en el distrito, ocasión en la que estuvo acompañado por Gustavo Posse. "San Isidro -dijo Granados- es uno de los comandos más grandes de la provincia que demandó una inversión de 12 millones de pesos. Hoy a la delincuencia la atacamos todos juntos, Nación, provincia y municipios, porque la seguridad es un problema de todos sin bandería política".
Más leídas de Seguridad
Crimen en el country. La empleada detenida rompió el silencio, pero dijo que el asesino fue un vecino llamado Félix
“Por fin se hizo justicia”. El sentimiento de la madrastra de Nicolás Pachelo, a quien siempre consideró el asesino
Condenado. "Yo creía que había muerto Carrascosa": el día que Pachelo habló sin filtro