Para el mundo del rugby, es un problema de la sociedad
"Los padres me tiran los chicos en el club para que yo les ponga límites", admite el expuma Eliseo Branca; dirigentes y jugadores condenaron los hechos de violencia
La etiqueta #rugbiersasesinos, propagada en las redes sociales, golpea en el ámbito del rugby. No es que no haya gente del ambiente que crea que quienes mataron a golpes a Fernando Báez Sosa no son asesinos, sino que duele que se instale eso mismo, una etiqueta social lacerante, a un deporte al que sus amantes consideran todo lo contrario: formador para la vida.
"Me duele en el alma. ¿Por esto van a decir que los rugbiers somos esto o lo otro? Me hace muy mal, me siento mal. Por todo lo que uno da y enseña", comentó a LA NACION Eliseo "Chapa" Branca. Figura de los Pumas entre 1976 y 1990, y una gloria del Club Atlético de San Isidro (CASI), el más ganador de la historia del rugby nacional, hoy se dedica a entrenar a la primera de Beromama, un equipo de González Catán que participa en la cuarta categoría de la URBA. Y Branca tiene mucho trabajo, por lo deportivo y por lo que el rugby nacional llama "transmisión de valores".
"Es un deporte único que, dentro de lo violento que es, nos enseña a dominarnos, ante una tarjeta amarilla, ante un referí... No tiene nada que ver con el rugby una 'previa' tras la cual van dados vuelta al boliche y no saben lo que están haciendo. Es criminal lo que hicieron. Eran 11 contra un tipo; 11 asesinos. Fue una barbaridad lo que pasó", advirtió el ex segunda línea, inflamado luego de consumir en los medios las repercusiones contra su deporte tras el homicidio de Villa Gesell.
"El rugby no tiene la culpa; no lo manchen. ¿Cómo un deporte que sirve para sacar de su agresividad a la gente va a tener que ver en lo que pasó? No lo entiendo. Tienen culpa los padres, la policía, el dueño del boliche, los patovicas. Tiene que haber control de alcoholemia para entrar a un boliche. Un tipo descerebrado ahí es para problemas", clama.
Como a Branca, a muchos en el rugby los molesta que los llamen "chetos", "elitistas", y que se relacione eso con supuestas prepotencia e impunidad. Hablan de trabajo en cárceles (caso Espartanos), en lugares postergados. "Hay muchísimos entrenadores y formadores a lo largo del país tratando de inculcar cosas distintas y que trabajan a diario haciendo mucha tarea social, desde reinserción de presos hasta interactuando con fundaciones que ayudan un montón", rescató Patricio Albacete, otra gloria del seleccionado, partícipe en el tercer puesto mundial en Francia 2007.
Pero el también ex segunda dejó en claro que lo de Villa Gesell no le es indiferente. "Fue un acto completamente repudiable. Un asesinato. Espero que se haga justicia, porque se destruyó a una familia. Es trágico y tienen que pagar los culpables", subrayó. Y agregó: "Tampoco hay que generalizarlo al rugby. Decir que el rugby es esto me parece falso. Es un deporte hiperformativo y lleno de valores. Afirmar que todos los jugadores de rugby son eso es muy reductivo y erróneo".
Entre las críticas en medio de la situación está el uso de la palabra "fallecimiento" en lugar de "asesinato" en el comunicado de la Unión Argentina de Rugby. Hubo contrariedad en la institución por esas reacciones. "¿Lamentar una muerte implica desconocer las causas? Si justamente estoy repudiándolo", enfatizó un directivo importante, que prefirió reservar su nombre. La UAR anunció en ese parte que pondría manos a la obra con un programa, aunque sin muchos detalles.
"La idea es intensificar y profundizar con planes más visibles y específicos para prevenir. Estamos elaborando una nueva campaña de concientización. Vamos a incluir en los cursos un módulo sobre violencia, y a hacer una campaña gráfica con carteles en todos los clubes sobre esto", profundizó la autoridad.
La URBA, a la que está afiliado el Club Náutico Arsenal Zárate -el de los detenidos-, fue más escueta en su pronunciamiento. "Ante los hechos lamentables que son de público conocimiento, la Unión de Rugby de Buenos Aires se solidariza con la familia de Fernando Báez Sosa. La URBA repudia y condena cualquier acto de violencia que en nada representan [sic] los principios y valores del deporte", publicó en redes.
"Es un deporte que juegan casi 700.000 personas. Es difícil tener el control de eso", concedió Branca, que recordó que en su época las cosas eran distintas: "Teníamos códigos. La cuestión era uno contra uno y cuando el tipo caía al piso, se terminaba ahí".
"Todos los hombres queremos ser más machos alfa que el otro por una chica; eso existe en la parte animal del hombre. Pero el rugby enseña a controlarse. Hoy los chicos van al boliche alcoholizados para no gastar plata adentro. Ahora con tal de no pelearse con los hijos, los padres dicen que sí", contó Branca.
Y añadió: "Pasa en todos lados, no solo en el rugby. Los padres son permisivos y me tiran los hijos en el club para que les ponga los límites. Yo digo 'esto es respeto; tus derechos terminan acá'. El respeto tiene que venir de la casa. Y una cosa es un equipo y otra es una manada. Los pibes van al límite. Todos tenemos que empezar a poner los límites y cumplirlos a rajatabla. Es un reflejo de lo que es mi país. Nadie respeta nada".
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