Raid delictivo: robaron en Lanús y terminaron a los tiros en villa Zavaleta
"Dame la plata y la llave del auto", le gritó el joven a Juan Carlos S. mientras lo apuntaba con un arma. Eran las 6.50 y se acaba de bajar de su Toyota Corolla oscuro. Estaba por entrar en su casa de Valentín Alsina, en Lanús, donde lo esperaba su esposa. El ladrón se subió al vehículo y se escapó. Lo mismo hicieron sus cómplices que estaban en otro auto. El raid delictivo continuó en el barrio de Nueva Pompeya, donde la banda criminal le robó 1200 pesos, un GPS y un teléfono celular a un taxista que esperaba a un pasajero en la puerta de una escuela. Los delincuentes no lo sabían, pero la empresa de rastreo satelital contratada por la primera víctima advirtió a la Policía de la Ciudad de que el rodado robado circulaba en dirección a la villa Zavaleta. Fue el comienzo de una persecución que terminó con un tiroteo y dos sospechosos presos.
Cuando ya estaban reducidos por uniformados de la Policía de la Ciudad y un agente de la Prefectura Naval, los sospechosos pidieron el auxilio de vecinos de la villa Zavaleta."Solicitaron [los sospechosos] ayuda a las personas que se aglomeraron en el lugar de detención a fin de que los liberasen, todo lo cual generó un clima hostil hacia el personal policial que se vio obligado a trasladar el procedimiento hacia otro lugar", afirmó el juez en lo criminal y correccional porteño Martín Yadarola, a cargo del expediente.
En las últimas horas, Yadarola procesó con prisión preventiva a dos de los delincuentes que participaron del raid criminal el 2 de este mes. Se trata de Miguel Silva, de 29 años, y Álvaro Peñalba, de 23.
"No debe soslayarse la gravedad y reiteración de los hechos atribuidos a los imputados, pues se han visto involucrados en dos robos en la que se abordaron a las víctimas mediante la exhibición de armas de fuego y que al momento de procurarse su identificación se encontraba en el vehículo denunciado como sustraído y del cual se efectuaron disparos al personal policial, que actuó en legítimo ejercicio de sus funciones, para luego darse a la fuga a la veloz marcha en el vehículo, poniendo en grave peligro a los transeúntes y automotores particulares que se hallaban el lugar", sostuvo el juez Yadarola en su resolución.
Silva y Peñalba quedaron detenidos procesados de los delitos de robo agravado por su comisión con el empleo de armas de fuego cuya aptitud para el disparo no puede tenerse por acreditada y por haberse cometido en poblado y en banda, reiterado en dos oportunidades y resistencia a la autoridad.
Para el juez Yadarola, los sospechosos demostraron "desprecio por los bienes ajenos y las normas de convivencia".
A las 7.30 del 2 de este mes, el personal de la Policía de la Ciudad que circulaba en el móvil 403 divisó el Toyota Corolla robado en Valentín Alsina. El vehículo estaba detenido en la avenida Perito Moreno a pocos metros de Almancio Alcorta. El semáforo estaba en rojo. Uno de los oficiales se bajó del patrullero y se acercó para intentar identificar a los ocupantes.No pudo hacerlo, fue recibido a los balazos. El uniformado repelió la agresión.
"Inmediatamente, uno de los ocupantes del Toyota Corola descendió [Peñalba] y al tiempo en que esgrimía lo que aparentaba un arma de fuego color oscura, corrió en dirección al interior de la villa Zavaleta, mientras que el vehículo aceleró su marcha en la misma dirección", según se desprende del expediente judicial.
Peñalba fue detenido a los pocos metros, en el interior de la villa Zavaleta. Un prefecto que cumplía tareas de prevención en la villa Zavaleta persiguió y detuvo a Silva, que se había descartado de una réplica de un revólver. El auto robado en Valentín Alsina fue abandonado después de ser chocado contra una pared.
Dos vecinos que pasaban en moto por la zona quedaron en medio del tiroteo entre el personal policial y los delincuentes. Uno resultó herido en la pierna derecha; el otro se salvó porque un proyectil impactó en billetera que guardaba en el bolsillo trasero de su pantalón.
"Suelténlos yuta p..., dejen de hacerse los héroes que van a morir todos, de acá toménse el palo, acá mandamos nosotros, no se los lleven", fueron los gritos de algunos vecinos hacia los uniformados que habían detenido a los sospechosos. No solo fueron gritos. Los policías fueron atacados con piedras y botellas en intento por liberar a los sospechosos. Los uniformados debieron terminar el operativo en otro sector.