Su padre abusó de ella cuando tenía menos de 10 años, está por cumplir 18 y la Justicia aún no le permitió declarar
No quiere dinero. Tampoco quiere bienes materiales como resarcimiento. Lo único que Luna quiere es ser escuchada y, así, dar por terminada esta historia. Quiere decir que hace una década su padre abusó sexualmente de ella. Pero la Justicia aún no la oyó. Está a punto de cumplir la mayoría de edad, según la ley, y espera poder ejercer su derecho a relatar en cámara Gesell lo que su padre la obligó a vivir cuando tenía entre 6 y 9 años, aquello que, paradójicamente, él la "invitaba" a no contar. Su madre encabeza el enfático reclamo en nombre de su hija y no baja los brazos: "Justicia para Luna", exige.
Yamila Corín está indignada. No puede ocultar la bronca que la abrasa por lo que ocurre con su hija, que el sábado cumplirá 18 años. "Nos enteramos de que el juez Alejandro Lago, del juzgado de Garantías N°1 de Morón, nos denegó la apelación donde solicitábamos, una vez más, que se respete el derecho de Luna a ser escuchada después de casi diez años de proceso", dice la mujer en un video que publicó en sus redes sociales. "Exigimos, de una vez por todas, justicia para Luna y que pueda ser escuchada en un espacio de cuidado. No hacerlo es una muestra de revictimización más", agrega la madre.
El día de hoy nos enteramos que el juez Lago (Juzgado de Garantías N°4 de Morón) nos denegó la apelación donde solicitabamos que se respete el derecho de Luna a ser escuchada después de casi 10 años de proceso.@CorinYamila@megr_87pic.twitter.com/vUxJ4JfLtu&— Mundanas (@MujeresMundanas) June 3, 2020
Cuando Luna tenía 9 años le contó a su madre que los fines de semana, cuando era el turno de la visita a la casa de su padre, compartía con él cierto tipo de "juegos". "Enseguida, pedí en un juzgado de familia de Morón que le hicieran peritajes para determinar si el progenitor [Corín evita usar la palabra "padre"] estaba apto para cuidarla", cuenta la mujer a LA NACION. Pero, finalmente, la investigación pasó al ámbito penal.
Después de idas y vueltas con la Justicia porteña -porque el padre residía en la ciudad y allí fueron los abusos-, finalmente la investigación quedó en manos de la fiscalía Nº7 de Morón (donde viven la víctima y su madre). "La fiscalía le hizo lugar a un pedido absurdo de la defensa para que Luna declarara en cámara Gesell en Trenque Lauquen. Mi hija ya se había sometido a un peritaje psicológico para ver si se encontraba apta para declarar con ese procedimiento, pero en Morón", relata Corín. El expediente volvió de Trenque Lauquen sin mayores novedades.
Recién cuando tenía 13 años Luna pudo contarle a su madre, en medio de un recital, cómo había abusado su padre de ella. "Le dije que siempre estaría con ella. Que nunca me olvidaría de lo que le había pasado", recuerda Yamila. Desde entonces, Luna está convencida. "Yo quiero declarar en cámara Gesell", le dijo al perito oficial.
Las audiencias, postergadas una y otra vez
Sin bajar los brazos, Corín, con el patrocinio de la abogada Marina González, logró que se fijara el 28 de febrero de este año como fecha para llevar adelante, finalmente, la comparecencia en cámara Gesell. Sería casi nueve años después de la primera denuncia, pero igualmente valdría la pena. Sin embargo, Luna tampoco fue escuchada ese día. Su madre cuenta que la abogada del agresor presentó un certificado médico y frenó el procedimiento.
Se fijaron dos fechas más: primero, para el 18 de marzo; después, para el 19 de ese mes. Las audiencias en cámara Gesell se cayeron debido al contexto de la pandemia y Luna sigue sin poder relatar lo que le ocurrió en su niñez. El próximo sábado la joven cumple 18 años, pero no quiere presentarse a declarar en un juicio. Exige que se le respete el derecho que tuvo como niña y adolescente de narrar su dramática historia en cámara Gesell. Luna quiere ser escuchada como corresponde.
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