Volar, una pasión que llevaba en sus genes
Leandro Larriera, el piloto, era miembro de una muy reconocida familia de aviadores
En sus genes estaba marcado su destino como piloto de aviones. Desde chico supo que iba pasar su vida en el aire. Volando, Leandro Larriera, era feliz.
La relación de Larriera con la aviación tiene una larga historia. Muchos integrantes de su familia son pilotos. Es más, su abuelo fundó una escuela de vuelo, AeroKern, en Don Torcuato, Tigre.
AeroKern, después de pasar al aeropuerto de San Fernando y luego de una reestructuración que hizo la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), se mudó, como otras escuelas, al aeródromo de Morón. En la empresa trabajan varias mujeres de la familia, que también son pilotos.
"Leandro era integrante de una familia de pilotos, gente muy querida en el ambiente", sostuvo a LA NACION Carlos Caspani, de 43 años, colega de Larriera y de la misma edad.
Caspani y el piloto del Beechcraft Super King que se precipitó en el Río de la Plata se cruzaron ayer en el aeropuerto de San Fernando. Eran las 9.30 cuando se saludaron y Larriera le contó que se iba a Carmelo.
"Leo [por Larriera] era un gran piloto. Era muy buen profesional" , recordó Caspani, sin todavía poder entender lo que había pasado.
Larriera trabajaba para Federico Bonomi, propietario de Kosiuko, desde hacía 14 años. Ayer, en declaraciones al canal TN, el empresario textil sostuvo: "Leo fue un gran piloto, lo quería como a un hermano. Desconozco qué pudo haber pasado".
En el aeropuerto de San Fernando, donde era muy conocido, todos ayer recordaron a Larriera como un excelente profesional. Nadie podía entender lo que había sucedido en las aguas del Río de la Plata.
Entre las personas que se acercaron a la aeroestación estuvo Silvina, una de las primas de Larriera. No podía creer lo que había pasado. "Era muy buen piloto. Hacía su trabajo de forma excelente", sostuvo la mujer, profundamente conmovida por la tragedia.
Con la colaboración de Agustina Mac Mullen
lanacionar