A un año de la ley de cannabis medicinal hay pocos avances en su implementación
A poco más de un año de la aprobación de la ley nacional que habilita el uso medicinal del cannabis y a seis meses de su reglamentación parcial, pacientes y familiares de quienes ya venían empleándolo aseguran que "no hay avances" y que son fallos judiciales los que les permiten, por ejemplo, cultivar para proveerse. Por otro lado, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), organismo habilitado por la ley para el cultivo, confirmó que hasta el momento no iniciaron la producción de cannabis.
Los familiares reclaman que se autorice el autocultivo, que la reglamentación se complete, y que se amplíe el uso del cannabis más allá de la epilepsia refractaria. Hoy solo pueden inscribirse en el Registro Nacional de Pacientes en Tratamiento con Cannabis que gestiona la Anmat quienes padecen epilepsia refractaria. El reclamo de pacientes y familiares es que hay quienes viene tratándose de males tales como esclerosis múltiple, artritis, VIH, fibromialgia y Alzheimer.
Pero estar en el registro es la única vía para recibir el aceite de manera gratuita que, por ahora, es importado. La ley establece que el Estado nacional impulsará a través de los laboratorios de Producción Pública de Medicamentos la producción pública de cannabis en todas sus variedades y su eventual industrialización en cantidades suficientes para su uso exclusivamente medicinal, terapéutico y de investigación. En esa línea, autoriza al Conicet y al INTA a cultivar.
LA NACION quiso hablar con las autoridades del Ministerio de Salud, responsable de la reglamentación y aplicación de la ley, pero la respuesta fue que "más adelante" fijarían su posición. Desde el INTA argumentaron que, hasta el momento, no hay pedido del área Salud para empezar a cultivar cannabis y tampoco existe el financiamiento que sería necesario para encarar la tarea. Desde laboratorios universitarios interesados en la producción del aceite señalaron que, por ahora, no hay avances. Esta semana en el Boletín Oficial se publicó que será el Ministerio de Seguridad el encargado de habilitar los predios donde se cultive.
Fuentes no gubernamentales que siguen de cerca la reglamentación de la ley, indicaron que hay entre 45 y 50 personas inscriptas en el registro de importación de cannabis que gestiona Anmat. Por su parte, fuentes del ministerio de Salud informaron que hasta el momento hay 80 pacientes inscriptos. Distintos testimonios coinciden en que el trámite de inscripción es engorroso y en que la gente del interior debe viajar para anotarse y después para retirar el producto. La baja cantidad de inscriptos también se debe a que la epilepsia refractoria representa una mínima parte de las alrededor de los 15 tipos de enfermedades que se podrían tratar con cannabis.
La diputada nacional por Cambiemos, Brenda Austin, quien fue una de las impulsoras del debate de la ley, afirmó que promoverá una reunión con sus pares y los integrantes del Ejecutivo que reglamentaron la norma: "Sabemos que hay problemas y hay que buscar un equilibrio; hay una cláusula que habilitaba la posibilidad del autocultivo bajo ciertas restricciones. Entendemos que es necesario revisar la dinámica de aplicación y focalizarse en los inconvenientes a resolver".
Reclamos judiciales
Mauricio, papá de Isabela, de 4 años, quien sufre de mitocondriopatía con hipotonía generalizada, se presentará en la Justicia Federal de Córdoba para solicitar que se le permita el autocultivo para garantizar la provisión de aceite a su hija: "Es una necesidad suprema y no nos queda otro camino. Con otra mamá decidimos apelar a la vía judicial".
En Salta la Justicia, mediante una cautelar, autorizó el autocultivo a la madre de un niño de seis años con neurofibromatosis (trastorno genético que provoca tumores en el sistema nervioso, con las consecuentes convulsiones y dolores). Así puede continuar con el cultivo de 52 plantas de cannabis en su domicilio para producir el aceite que requiere su hijo.
"Todos merecemos ser legales. Todos tenemos derecho al autocultivo. Nadie puede privarnos de tener mejores días, de una mejor salud, de una mejor calidad de vida", escribió la mujer, quien prefiere preservar su identidad por sentirse "desbordada" por su situación familiar.
Horacio Lagos Domínguez, integrante de la Asociación Autoregulada de Soberanía Medicinal (Asome) explica que son muchos las pacientes que están en tratamiento, pero que no pueden importar el aceite porque sus enfermedades no están incluidas en la ley. "No pueden integrar el registro y no les queda otro camino que autocultivar o acudir a los cultivadores solidarios. Es necesario que el Estado atienda estos casos y deje de malgastar recursos en perseguir a quienes tienen plantas para hacer el aceite para sus hijos".
Valeria Salech fundadora e integrante de Mamá Cultiva –integra el Consejo Consultivo Honorario del programa del Ministerio de Salud– sostiene que la discusión por la ley promovió la difusión de la información sobre las propiedades del cannabis en lo medicinal. Asegura que hay muy buenas intenciones de los científicos del INTA y del Conicet en trabajar; si bien todo es a futuro. "El presente es complicado porque hay quienes padecen, tienen familiares enfermos, tienen necesidades urgentes", dice.
Los talleres mensuales que da la ONG para autocultivo tiene una base de 400 participantes: "No podemos negar la necesidad que existe".
En Catamarca un juez ordenó restituir a la cultivadora Brenda Chignoli, coordinadora del Movimiento Manuel Belgrano, los plantines de marihuana y el aceite confiscado por la policía. La medida alcanza a también a Nancy Ávila, madre de una niña que recibe tratamiento. La decisión se tomó después de que las mujeres declararon que el aceite se entrega a pacientes y respaldaron los dichos con documentación de las enfermedades y tratamientos que siguen.
"Se nota a las claras que no se ha vulnerado el bien jurídico tutelado por la ley (…) sino que está por demás acreditado que plantines y aceites son utilizados medicinalmente mejorando la salud o como paliativos al dolor por gran cantidad de personas; siendo los mismos entregados gratuitamente, sólo recibiendo algún tipo de colaboración en la medida de lo posible para los gastos que acarrea su producción", señala el fallo, de noviembre último.
Subraya que en Catamarca el INTA "no se hizo cargo del cultivo" como plantea la ley y que es un "trámite burocrático y engorroso" solicitar el suministro de aceite al Estado "el cual, además, no siempre viene con las concentraciones necesarias para cada paciente".
Reglamentación
Para Chignoli la reglamentación de la ley es "mezquina" y "no se condice con lo debatido, pero que la realidad se impone: los jueces avanzan más que la norma. "El Estado debe entender que los cultivadores bajamos costos y que los productos argentinos son muy buenos y hace años vienen atendiendo enfermedades", dice.
El padre de Stefanía sufre de Parkinson y, desde hace tiempo, además de los medicamentos convencionales, se trata con cannabis que compra a cultivadores porque esta enfermedad no puede incorporarse al registro de Anmat. "Con la ley no cambió nada; incluso hacer el aceite de forma casera sin apoyo científico y sin revisión de los parámetros es hipócrita. Estamos en la nada misma, pero la verdad es que por cómo salió la norma tampoco teníamos grandes expectativas", explica la cordobesa.
La mayoría de las provincias todavía no adhirieron a la ley nacional. Entre las que permiten el uso medicinal del cannabis se cuentan Buenos Aires, Mendoza, Santa Fe, Jujuy, Salta, Entre Ríos y Catamarca.
"Estamos como antes o peor porque ahora hay una ley, pero habilitaron una sola patología para integrar el registro y la burocracia es terrible. Piden hasta el CV del neurólogo –continúa Mauricio–. La ley se aprobó para poner paños fríos a los reclamos, pero los que necesitan el aceite no lo tienen. Seguimos echando mano, como antes, a los cultivadores sociales".
Temas
Más leídas de Sociedad
El Coloncito. La sala de 1915 que está oculta en el “colegio de los próceres” y Candlelight eligió para sus shows
Cuatro estaciones. Tiene nueva fecha de inauguración el tren turístico jujeño propulsado por baterías de litio
Buenos Aires perdida. El colegio alemán de 1930 que fue un símbolo de Palermo y donde tocó la mítica Sui Generis