Aguas contaminadas

"El principal problema que trae aparejado una inundación es el agua contaminada", asegura la doctora Carlota Russ, médica infectóloga de la Sociedad Argentina de Pediatría.

"Todo aquel que se sumerge, bebe o ingiere comida contaminada con aguas de este tipo presenta el riesgo de sufrir diarreas", agrega. Este es el cuadro más frecuente, en niños y en adultos, que puede responder a diversos agentes causales, cada uno de los cuales requiere métodos de prevención y de tratamiento específicos.

Por eso, como señala el doctor Abel Jasovich, jefe de infectología del hospital Bocalandro, "es importante establecer un sistema de vigilancia epidemiológica que permita conocer a los agentes infecciosos que puedan causar esta y otras afecciones, y, a partir de ese conocimiento, instrumentar medidas de tratamiento y de prevención adecuadas".

El peligro sanitario que implica una inundación no se agota en el agua contaminada. El hacinamiento que conlleva la relocalización temporaria de las personas evacuadas incrementa el riesgo de infecciones de todo tipo, principalmente de aquellas que se transmiten por el aire. Peor aún en épocas de gripe, como ésta.

Una medida básica de prevención es asegurar que las personas afectadas tengan todas las vacunas obligatorias, y algunas más, como la antigripal; en especial, entre los más pequeños y aquellos que integran los llamados grupos de riesgo (mayores de 65 años y personas con afecciones crónicas).