La ola de inseguridad: diagnóstico en el frente político. Ahora todos reclaman más "mano dura"
El jefe del gobierno porteño, Fernando de la Rúa, quiere modificar el Código de
El jefe de gobierno Fernando de la Rúa volverá a insistir en breve con su proyecto de modificar el articulado del Código Contravencional -o de Convivencia- sancionado por la Legislatura porteña, con el que nunca estuvo de acuerdo.
Así lo confirmó a La Nación el secretario de Gobierno, Enrique Mathov, quien dijo que De la Rúa pretende penar con prisión el acecho y la portación de armas, y agilizar el procedimiento.
De esta forma, el jefe del Gobierno se sumó a la larga lista de funcionarios que piden más "mano dura" para reprimir los delitos y garantizar mayor seguridad.
Una escalada de quejas
El presidente Carlos Menem fue quien lanzó la primera piedra: reclamó menos tolerancia para con los delincuentes, y aprovechó el momento para quejarse del Código Contravencional, para él, responsable de gran parte de los hechos de violencia en la ciudad.
Luego fueron el secretario de Seguridad Interior, Miguel Angel Toma, y el ministro del Interior, Carlos Corach, quienes lo secundaron en las voces de protesta y el reclamo se transformó rápidamente en un coro. A esa especie de canon oficial se sumó ayer Fernando de la Rúa, con una nota que no desentonó con las anteriores y que parecía seguir la misma partitura: "Mi proyecto para combatir el delito contempla más agilidad y más severidad en la sanción de algunas figuras".
La conclusión de De la Rúa fue lapidaria: "Aunque el delito es una cosa y la contravención es otra, muchas veces detrás de la contravención se esconde la posibilidad del delito. Mi iniciativa es más severa que el Código Contravencional -subrayó-, porque toma en cuenta la realidad de las cosas".
Las palabras de De la Rúa no suenan nuevas en los oídos de los legisladores de la Alianza en la Capital, que dieron la mayoría para la sanción del Código Contravencional. Y, en esto, los socios electorales fueron contundentes: en este momento no hay espacio ni voluntad política por parte de la Legislatura para reformar lo ya sancionado.
Sin embargo, para De la Rúa un Código más duro es una asignatura pendiente. Durante la última reunión que mantuvo con la precandidata presidencial Graciela Fernández Meijide, el jefe del Gobierno le pidió que dialogara con los diputados del Frepaso para que revean su posición.
"La idea de De la Rúa -dijo una fuente cercana- es buscar el consenso con sus legisladores y, si no lo logra, enviará su viejo proyecto y presionará para que se modifique".
En la búsqueda de ese consenso, algunos diputados de la UCR se reunieron con el secretario de Gobierno Enrique Mathov la semana última.
Allí, los radicales de la Legislatura le explicaron la imposibilidad e inconveniencia política de volver a traer el tema al recinto, advirtieron los problemas que traería hacia dentro de la Alianza una nueva discusión del tema y sugirieron que el jefe del Gobierno se adelante a Menem anunciando públicamente que se está detrás de la confección de un proyecto macro de seguridad que, como es obvio, también abarca el área metropolitana.
Mathov también fue directo: les habló de la conveniencia de sancionar como contravención aquellas conductas rechazadas por la sociedad, como el acecho, la figura más vidriosa del Código.
Pero todos se mantuvieron en sus dichos. Como ejemplo, bastan las palabras de la titular del bloque de legisladores de la UCR, Gabriela González Gass: "La mano dura forma parte de un discurso electoral. Nuestra posición es que es posible tener una policía de prevención eficaz sin vulnerar los derechos humanos ni las garantías constitucionales. Para nosotros, los paradigmas de la sociedad no son ni (Luis) Patti ni (Aldo) Rico, sino más efectivos en la calle, mejor equipamiento y un mapa del delito que se corresponda con la realidad y que permita el rediseño de las políticas sociales exclusivas.
"Este no es un problema de perversidad -dijo- sino de aquellos que están excluidos del sistema, a quienes empujan al abismo. Y en ese abismo hay marginalidad y crueldad."
Ibarra, en contra
En ese mismo sentido se pronunció el frepasista Aníbal Ibarra: "Si queremos discutir sobre las picadas en auto, hablemos del Código Contravencional, lo demás tiene que ver con el Código Penal y una posible modificación en la que el partido está trabajando. A mí no me preocupa la chicana menemista, a la que se sube De la Rúa, lo que sí queremos es un acuerdo inmediato para el traspaso policial", finalizó.
Razones y protagonistas
- Pablo Baltazar García: el jefe de la Policía Federal dijo que "con este tipo de delincuencia nihilista, demencial, alucinada, hay que tener respuestas muy severas, pero en el orden jurídico". Anunció que tenía orden del Presidente de "realizar un esfuerzo constante por mantener a raya a los delincuentes".
- Carlos Corach: el ministro del Interior avaló la política de "mano dura, tolerancia cero", de la que habló Menem, pero aclaró que "significa aplicar estrictamente la ley" y aseguró que "no habrá excesos por parte de la policía". El ministro criticó el Código Contravencional al decir que "cercenó la posibilidad de prevención".
- Miguel Angel Toma: el secretario de Seguridad Interior dijo: "Algunos sectores políticos se identifican más con los victimarios que con las víctimas". Y calificó al Código Contravencional de "legislación absolutamente permisiva, contraria y discriminatoria de las mayorías y a favor de las pequeñas minorías".
- Fernando de la Rúa: el titular del Ejecutivo porteño defendió su viejo proyecto de Código y aseguró que "detrás de la contravención se esconde la posibilidad de un delito". El secretario de Gobierno, Enrique Mathov, dijo que De la Rúa podría enviar a la Legislatura un proyecto que modifique el Código vigente y castigue con prisión el acecho y la portación de armas.