Alberto Barbieri: "La universidad tiene las mismas tensiones que el resto de la sociedad"
El nuevo rector de la UBA, al que no le incomoda que lo definan como peronista, católico e hincha de Boca, quiere un mayor contacto con las empresas y no niega las rispideces internas en esa casa de estudios
Tiene 59 años y fue designado rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA) después de un proceso eleccionario del que participaron 150.000 estudiantes, más de 40.000 graduados y unos 5000 docentes. Es un contador especializado en salud que en 36 años ocupó casi todos los cargos de la carrera universitaria. Sucede a Rubén Hallú después de haber sido decano de Ciencias Económicas durante ocho años y vicerrector desde 2010. Siendo docente, se enamoró de una alumna que hoy es su esposa y madre de sus dos hijos.
-¿Se siente cómodo con la descripción con la que suelen presentarlo: católico, peronista e hincha de Boca?
-Ni incómodo ni cómodo. Soy un bautizado que profesa la fe católica, pero no soy militante católico; soy creyente, pero a mi manera. Hace muchísimo me afilié al peronismo, pero no tuve una militancia activa, aunque estoy convencido de seguir los principios del justicialismo. Prefiero presentarme como un docente universitario de larga trayectoria que llegó a desarrollarse profesional y académicamente gracias a la universidad pública. A nivel personal puedo decir que soy contador e hincha de Boca.
-Se dice que, a diferencia de otros decanos, usted tenía trato directo con el ministro de Planificación, Julio De Vido.
-Eso es porque hice el edificio de Ciencias Económicas. Pero yo fui a firmar esa obra con el rector Rubén Hallú como su primer acto de gobierno. Esa facultad era la única que cumplía con los requisitos del programa que había sacado el gobierno nacional para modernizar la infraestructura del nivel superior. Nos dieron también el edificio de la Facultad de Sociales y otras en Ciencias Exactas. ¿Tendríamos que decir entonces que cada uno de los decanos tenía trato directo con el ministro? En la UBA se ha hecho mucha obra.
-Hay reclamos por el estado de varios edificios, como el viejo de Ciencias Sociales y los de Filosofía y Psicología.
-Hay muchas cosas pendientes. Lo que pasa es que la última vez que se hicieron obras en la UBA fue al principio de la democracia (los centros regionales), en la etapa de Oscar Shuberoff. Venimos con una deuda pendiente en materia de infraestructura no sólo de nuevas obras, sino de mantenimiento.
-La UBA arrastra también un retraso en la titularización de los docentes...
-Ése es uno de los grandes problemas de la UBA y una de las deudas históricas. Estamos pidiendo ayuda al Ministerio de Educación.
-Usted propuso reforzar la relación de la UBA con el mundo de la producción. ¿De qué forma?
-En la UBA ya se viene trabajando con incubadoras de empresas. Vamos a potenciar la empresa Ubatec, de transferencia de tecnología, que tenemos con el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación General Económica (CGE). También estamos en gestiones para crear un parque científico tecnológico.
-Cuando se habla de esto, algunos advierten sobre el riesgo de la pérdida de autonomía. ¿Cómo reducir ese riesgo?
-Yo no veo riesgo. Esto es un problema ideológico. Por supuesto que vamos a defender la autonomía universitaria, la libertad de cátedra y de investigación, pero el conocimiento que producimos debe estar aplicado a los que producen bienes, es decir, las empresas, sean públicas o privadas. La universidad no puede ser una caja de cristal.
-¿Cambiaría algo del Ciclo Básico Común (CBC)?
-El CBC será parte de una discusión amplia sobre la universidad de cara al siglo XXI que haremos en charlas y seminarios con todos los claustros. No discutiremos el ingreso irrestricto porque estamos todos de acuerdo, pero sí su adecuación a las necesidades de hoy. Hay que ver cómo llegan los alumnos a las carreras; en ellas hay demandas para agregar temáticas y apuntalar o sacar otras. Por otro lado, estamos generando una articulación más fuerte con el secundario, con un programa para ayudar en el último año a través de capacitación docente y educación virtual y semipresencial con tutorías.
-¿Estaría dispuesto a reformar el estatuto en cuanto al cogobierno de la UBA?
-No se trata de que yo esté dispuesto; el rector no es un emperador. Acá hay un consejo superior y una asamblea universitaria. Estamos abiertos a la discusión de todos los temas, pero no poniendo el carro delante del caballo. No es cuestión de discutir un asiento más o menos en los claustros porque de esa forma la discusión pasa a ser muy mediocre. Primero tenemos que saber qué queremos para el siglo XXI, es decir, discutir dentro de un contexto mayor y no dentro de la campaña de una agrupación estudiantil. Para esto tiene que haber respeto por lo que piensa el otro y no tratar de imponer lo que uno piensa.
-Es lo que ha pasado en los últimos años.
-Porque las agrupaciones de extrema izquierda se presentan a las elecciones sin decir que van a desconocer la asamblea universitaria y luego la desconocen. Espero que ahora no sea así y que la voluntad sea realmente debatir. No estamos dispuestos a aceptar violencia intelectual ni física para poder debatir.
-Mientras conversamos, la calle frente al Rectorado está vallada y llena de policías, un hecho que evidencia el clima de tensión que se vive en la UBA.
-No estoy de acuerdo. Lo de hoy fue porque un grupo anunció que se manifestaría y está reglamentado que se debe proteger el edificio. Somos un pedazo de la sociedad y tenemos todo lo bueno y todo lo malo que tiene la sociedad. En las calles de la Argentina hay manifestaciones de todo tipo todo el tiempo. La UBA tiene la tensión social que tiene la sociedad argentina.
-Usted acompañó la propuesta de la Facultad de Derecho para designar a Darío Richarte su vicerrector. ¿Sabía que había trabajado para la SIDE?
-Me enteré cuando lo propusieron. Acompañé su postulación por su trayectoria académica y por representar a las listas que ganaron en profesores de Derecho y en el consejo superior. Algunos le hacen cuestionamientos que están en el plano político.
-¿Piensa que se debería discutir la gratuidad de la UBA?
-No. Todos los bloques estamos convencidos de que se debe mantener.
-¿Cuántos mandatos se quedará como rector?
-En principio, hasta el 10 de marzo de 2018. ¿Qué quiere que le diga? No sé qué va a pasar mañana...
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