Sanciones a estudiantes en San Martín de los Andes. Alumnos del Champagnat tendrían que pagar una multa por destrozos
Autoridades turísticas y hoteleros los acusan de haber provocado una serie de daños.
Los alumnos del 5º año del colegio Champagnat podrían convertirse en los primeros estudiantes en pagar una multa a la intendencia de San Martín de los Andes, que los acusa de haber provocado destrozos en esa ciudad durante su estancia. Las autoridades del tradicional colegio negaron los cargos y dijeron que se trató de un mal entendido que consideran superado.
La jueza de faltas de San Martín de los Andes, Nora Aragno, será la encargada de fijar, una vez que termine con las averiguaciones, el monto de la multa, que podría llegar a 8000 pesos. La tarea no le será difícil ya que, según pudo averiguar La Nación , mucha gente escuchó las detonaciones de petardos en dos noches de festejos juveniles. La noticia fue difundida por las radios locales.
Los directivos del instituto dejaron entrever que las imputaciones no son ciertas, y que la conducta de los chicos fue correcta.
El vicerrector del establecimiento, hermano Tomás, manifestó: "Los padres se pueden quedar tranquilos porque saben a qué colegio asisten sus hijos".
"Malos de verdad"
"Siempre hay alguien que comete algún exceso, y más aún si son chicos, pero éstos son malos de verdad", aseguró Gustavo Lorenzo, propietario de la discoteca Chicano. Esa discoteca fue uno de los lugares donde habría causado desórdenes el grupo de egresados.
"Todo empezó la primera noche cuando se les dio por festejar con petardos", comentó Silvia Mele, propietaria de las Cabañas del Chapelco. Allí, se ubicaron 36 alumnos, con dos profesores, alojados por la operadora Cumbres del Chapelco; el resto, hasta sumar 128, se repartió entre los hoteles Turismo y Chapelco Ski.
Como el estallido de los petardos alteró a los vecinos -la pirotecnia está prohibida en San Martín- el secretario de Turismo se reunió con los visitantes y con el profesor Juan Echeverry para fijar las pautas de comportamiento. Allí habría quedado en evidencia que no era sólo sana diversión lo que esperaban los chicos de su viaje de estudios.
Supervisores de la Secretaría de Turismo siguieron sus pasos y se encontraron con sorpresas, como las 30 botellas de bebidas alcohólicas halladas en uno de los hoteles.
"Se rumoreaba que el último día iban a romper toda la ciudad", comentó Lorenzo. Esa noche empezaron por su negocio. La batahola que se generó hizo necesario llamar a la policía, que, sin embargo, no llegó a intervenir.
En dos alojamientos respiraron con alivio cuando el grupo se marchó, el sábado por la mañana. Distinto fue en el hotel Turismo, cuyos dueños elevaron a las autoridades del colegio un detalle de las roturas provocadas por los chicos.
La jueza Aragno tendrá 25 días para decidir si corresponde una multa por alterar la convivencia en la tranquila ciudad andina.
Los operadores turísticos que manejaron la visita de los alumnos del Champagnat habrían infringido la ordenanza, que estipula el depósito de un seguro de caución de 100 pesos por pasajero.
"Lo que se pretende es tomar los recaudos para que el comportamiento de los chicos sea el adecuado y no interfiera con el resto de los visitantes", explicó el concejal Jorge Caro.
Los directivos prefirieron el silencio
Sin respuesta: las autoridades del tradicional establecimiento rehuyeron al periodismo; hoy vuelven a clases los alumnos de 5º año.
Al silencio de las autoridades del tradicional colegio de la congregación marista se sumó el del alumnado, que se negó a dar detalles de lo sucedido en la ciudad de San Martín de los Andes. En tanto, los estudiantes de 5º año ayer no concurrieron al establecimiento.
Cerca del mediodía, un grupo de estudiantes del primario salió del colegio y dos empleados del establecimiento se aseguraron de que los chicos no hablaran con la prensa. "No podemos decir nada", dijeron una y otra vez los estudiantes, entre risotadas, provocadas por las cámaras de televisión.
Los padres de los alumnos consultados por La Nacion defendieron a los estudiantes implicados y aseguraron que se trata de acusaciones falsas.
"No creo que los chicos se hayan portado mal. Hay que tomar con pinzas lo que dicen los medios. Se trata de un colegio tradicional que educa muy bien a sus alumnos", aseguró Mónica Beresiartu, en la puerta del establecimiento.
Mercedes Fourcade coincidió con la opinión anterior al afirmar: "Mis dos hijos vienen al colegio desde que tienen cinco años y nunca tuvieron ningún problema. No creo que algo semejante pudo ocurrir, los hermanos maristas educan a los chicos de una manera ejemplar".
"La verdad que no creo en las acusaciones que hicieron en contra de los alumnos. Hace más de 30 años que trabajo en el colegio y nunca tuvimos problemas con los viajes de egresados de los chicos. Conozco a esos jóvenes desde que van al jardín de infantes", aseguró el encargado del comedor del instituto, que no quiso dar a conocer su nombre.
Sin clases
Los estudiantes de 5º año del colegio Champagnat no concurrieron ayer a clases. Según explicó un alumno de 4º año, los chicos acusados de provocar disturbios en la ciudad de San Martín de los Andes reaparecerán hoy en el establecimiento.
En tanto, las autoridades del Champagnat se mostraron reticentes a hacer declaraciones a la prensa. Sólo sugirieron que los alumnos del colegio tienen una conducta intachable y que esto se trata de un malentendido.
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