Año Nuevo en Pinamar: la playa se vistió de fiesta para recibir el 2016

PINAMAR.- Hay rituales para todo, y así como hay quienes se visten de blanco o comen doce uvas para celebrar Año Nuevo, los Monteleone, Carusso y Gaveta tienen su propia tradición. Apenas comenzado el 2016 repitieron una vez más el festejo que realizan, según contaron, "desde hace mil años": compraron un champagne "especial", brindaron por el deseo de cada uno y tiraron la copa de espaldas al agua.

Dieciséis son los integrantes de las tres familias que llegaron desde Capital Federal a Pinamar para recibir el primer segundo de este año en la playa. "Lo especial es el precio", explicó Karina a LA NACION, y agregó algo más sobre la tradición familiar que cerró con una gran selfie-familiar que reunió a grandes y chicos: "Después de pedir el deseo, cada uno cuenta si se cumplió el que pedimos el año anterior".

-¿Y cuáles son tus deseos para este año?

-Amor, mucho amor. Que el amor traiga más amor, eso.

Como los Monteleone, Carusso y Gaveta, sobre la arena y con el mar de fondo, miles de turistas coparon anoche el cruce de la legendaria avenida Bunge y la playa. No llegaron con las manos vacías: cualquier bebida sirvió para el brindis de ocasión -aunque el champagne fue el preferido- y hasta hubo quienes se instalaron con reposeras, conservadoras y mesitas.

"Trajimos un champagncito. El del Baron...", se sonrió Gastón, rodeado de mujeres: su mujer, su suegra y su cuñada. Fue su segunda vez consecutiva en Pinamar y recomendó la experiencia "por la alegría que transmite la gente".

También hubo quienes optaron por la playa por una cuestión más espiritual. "Acá se siente una energía distinta, con la arena, con el agua, con la gente. Este es un punto de encuentro. Trato siempre de estar en el mar", dijo Luciano, de 28 años, que llegó desde Martínez.

Pero más allá de lo energético, el Año Nuevo también fue motivo de fiesta para él y su novia Kiara, de 25 y de Lomas de San Isidro. La famosa "previa" antes de salir a bailar estuvo fija en la agenda de los jóvenes en Pinamar. "De acá nos vamos a la casa de un amigo a tomar algo más y después a Mr. Jones, Ku o Super XV", apuntó Luciano, atento a la movida nocturna.

Hacia las distintas discos de la zona fueron los grupos de chicas o chicos que la noche, o el amanecer, tal vez haya encontrado. "Nos vamos a quedar acá hasta que salga el sol", desafió Francisco a sus amigos rosarinos Santiago y Tomás.

A los pocos metros, Agostina, Agustina, Milagros y Angie parecieron responderles: "Prometimos que todas, después del boliche, nos íbamos a meter al mar para arrancar el año nuevo".

La fiesta que empezó con la cuenta regresiva desde el parador de la radio Estudio Playa, siguió con la pirotecnia que algunos audaces tiraron de la arena hacia el cielo como banda sonora. El moño lo puso una batucada y un show de malabares con fuegos a cargo del municipio. La noche aún no terminó, pero en Pinamar el 2016 ya arrancó.