Arte en el cielo de Puerto Madero
Fue azar. Pero la verdad es que el viento y el sol jugaron a favor. Y tal como estaba previsto, ayer a las 16, los veinte barriletes pintados por reconocidos artistas argentinos treparon al cielo de Buenos Aires desde la esquina de Dávila y Perón. No hubo carteles ni grandes anuncios: la noticia de este "primer salón del aire", organizado por la Academia Nacional de Bellas Artes, corrió de boca en boca hasta reunir a más de 400 personas en el playón que bordea el ingreso a la Costanera Sur.
Por primera vez, padres con niños, adolescentes y abuelos, sobre todo, levantaron vez la vista al cielo para ver una exposición de cuadros.
Es que, al menos por esta vez las creaciones de Jorge Abot, Luis Benedit, Ary Brizzi, Carlos Burone Risso, Vìctor Chab, Miguel Dávila, Hugo de Marziani, Jorge Demirjian, Nicolás García Uriburu, Edgardo Giménez, Carlos Manso, María Martorell, Luis Felipe Noé, Miguel Ocampo, Rogelio Polesello, Alejandro Puente, Giancarlo Puppo, Josefina Robirosa, Jorge Tapia y Clorindo Testa flamearon en el cielo en forma de barrilete.
Después, entre el 4 y el 12 del mes próximo serán expuestos en la galería Dock del Plata (avenida Alicia Moreau de Justo al 350) . El último día, a las 19, serán rematados en beneficio de la Casa Cuna.
Pero ayer la propuesta era convertir el cielo en una exposición. Y en grupos de siete u ocho, los veinte barriletes cumplieron su misión.
A las 18 la fiesta terminó. Uno a uno, las cometas bajaron del cielo y la gente se dispersó. Al menos hasta el próximo sábado a las 16, cuando la Academia vuela con su propuesta de " transformar en una pintura los cielos de Buenos Aires".
La gente, otro espectáculo
No fue una muestra convencional. Ni para los artistas ni para el público. Sin dudas.
De un lado, Risso, Tapia Polesello, Abot, Puente, de Marziani, Martorell, Robirosa y Chab, entre otros, celosos por sus creaciones y expectantes, sobre todo, no se separaron ni por un segundo de los encargados de mantener sus obras en alto.
Y sus razones tenían: la cometa de Testa se soltó y voló hasta la Costanera Sur.
Para el público tampoco fue una muestra habitual. Instalados en reposeras, acostados en el suelo o simplemente de pie, pudieron ver los cuadros en el cielo, por primera vez.
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