¡Ay coronavirus! Padres al borde un ataque de...
Hogares revolucionados, con los pelos de punta. Todo un desafío, en medio del avance del coronavirus y la suspensión de clases. Jornadas caóticas, con errores y aprendizajes constantes, para todos: autoridades, docentes, padres y alumnos. Y la "peor" parte se la vienen llevando estos últimos, quienes, de la noche a la mañana, y en la noche y en la mañana, tienen que "cumplir" con tareas, en muchos casos poco "virtuales", que suelen esconder una realidad y un mensaje, quizás involuntario y que los exaspera: salir de casa para imprimir archivos, en medio de la cuarentena... Es que hay que "cumplir", como sea, se muestran "culpables" algunos papás.
¿Quién tiene impresora? Así, los reiterados slogans antiCOVID-19 de "Quédense en casa" o "No expongan a los niños" parecen, por momentos, desdibujarse. Es que varios de los documentos que envían por estas horas febriles el Gobierno escolar, al menos en Mendoza, y las propias escuelas, con las respectivas indicaciones, consignas y formularios para completar y hasta en algunos casos, actividades para jugar en casa, no tienen posibilidad de edición online.
Es más, hay trabajos prácticos en los que expresamente piden tener a mano materiales que "hay en casa" (pero no hay) o hacer una fotocopia física, para luego completarla, sacarle una foto y subirla a la plataforma o enviarla a las maestras por Whatsapp. Y también pegarla en el cuaderno. Que conste, para el control. Toda una odisea. Pero, sobre todo un riesgo, si lo que se busca es justamente que todo se resuelva desde el hogar, sin grandes complicaciones ni estrés negativo y de la forma más organizada posible. Otros, en cambio, se pasan el día copiando a puño y letra todas las consignas, a contrarreloj. Desde que sale el sol hasta que se esconde...Y buscan llevar el mensaje a los demás de que no hay que imprimir nada, sino hacer las tareas de manera virtual, aunque de eso tengan muy poco.
Sin dudas que hay actividades con contenidos interesantes, pero ya no son sólo de cada escuela sino que se suman las oficiales, por lo que, por momentos, el cumplimiento, ante el apremio del tiempo, debe ser doble. Y la ansiedad crece. Ni más ni menos, en medio de la pandemia que no deja de reportar cifras escalofriantes y que preocupa a todos.
Y ni hablar para aquellos papás que no están familiarizados con las nuevas tecnologías. Algunos, empiezan recién a decodificar lo que es una imagen "jpg" o ciertos documentos de Word o el manejo básico de una herramienta de computación o una aplicación, pero no mucho más. Ni hablar de los que sólo hacen uso común de celulares y que se muestran impactados ante el nuevo mundo digital.
"¿Y ahora qué hay que hacer?", "No puedo entrar al archivo", "Hago doble click y nada", "¿Cómo se sube el documento". Además, hay al menos un 10% que no tiene acceso a la red, para los que sí está previsto un cuadernillo impreso, que ¿deben ir a buscar a la escuela o se los llevan a casa? Cuestiones a resolver...
Y si de plataformas virtuales se trata, hasta los docentes van manejándolas a los tumbos, a prueba y error. Por ejemplo, en el caso de Classroom de Google, no hay un uso correcto de la herramienta, admiten en algunas escuelas, y se ha transformado en un chorizo de comentarios mezclados de pedidos de los docentes difícil de seguir. De hecho, hay tareas que se solicitan que parecen quedar perdidas o en el olvido porque se hace prácticamente imposible localizarlas.
En medio del desorden y la confusión, los papás, entre las obligaciones laborales y del hogar, hacen malabares para sortear el día. Es que tampoco hay horarios. Pueden aparecer tareas a las 7 de la mañana como a las 11 de la noche. Y luego, encontrar el mensaje, puede ser una misión imposible. Eso sí, los archivos para completar "virtualmente" y de manera obligatoria, no paran de llegar, cada día y a cada momento. La desesperación de los papás no es menor. Porque, como sea, tiene que quedar asentado que se dio cumplimiento a la tarea. "Y ahora qué hago", "No se abre el archivo", "He gastado 100 pesos en un día en impresiones", se lamentan algunos papás, mientras aparecen en los mensajes desordenados de los docentes las otras tareas: música, educación física, artes plásticas, religión...y la lista sigue.
Mientras, puertas adentro del Gobierno intentan ponerse de acuerdo en la forma en que se debe trabajar, pensando en llevar un poco más de tranquilidad a los padres. Otra batalla en el camino que hay que dar, mientras el coronavirus avanza.
"Los padres están preocupados porque reciben tarea de todas las áreas, en primaria, o materias, en secundaria. Y los chicos comentan que les dan más cosas que cuando van al colegio", explican a este diario reconocidos especialistas en Educación. "Son materiales largos y poco motivadores", recalcan. "Sacaron a los docentes del aula y se perdieron en el ciberespacio", ponen de relieve.
En tanto, hay "maestras mamás" que se muestran desbordadas. "No se dan cuenta que hay familias que tienen más de un hijo y que deben usar una compu por turnos y ni hablar si uno de los padres es docente. Ya me como hasta letras de tanto usar los dedos con el celular y la compu, ya ni veo", se sorprende a cada hora una docente mendocina. "Ni nosotros estamos capacitados...pero bueno, hoy aprendí a pasar Word a PDF", se sinceró otra educadora. "La verdad que no es tan fácil. Y sí, hay que imprimir o copiar las consignas en el cuaderno, no queda otra, por ahora. Pero vamos aprendiendo y mejorando sobre la marcha", admitió un funcionario.
Al fin y al cabo, aún con el largo camino que queda por recorrer en materia de política educativa, es un primer paso: todos están aprendiendo cosas nuevas. Todos están movilizados. En definitiva, en tiempos de pandemia, se ven padres y docentes activos y al borde de un ataque de ¿nervios? o ¿creatividad? Bienvenido, el cambio, aunque cueste. Pero no se puede soslayar la importancia de empezar a estar más capacitados, organizados y, sobre todo, de anticiparse. Para la próxima...