Barenboim y una nueva ovación con un concierto gratuito en puente Alsina
Tras el concierto con Les Luthiers en el Teatro Colón, el director hoy sorprendió con un espectáculo de entrada libre; "Se puede ser polaco, judío, sirio, alemán, libanés, turco y no por eso menos argentino", manifestó
El director de orquestas Daniel Barenboim continuó hoy la saga de presentaciones en la Argentina y fue ovacionado hoy en la zona de puente Alsina, donde brindó un concierto para más de ocho mil personas, y destacó las "identidades múltiples" que pueden convivir en Argentina.
En un nuevo mensaje de paz, que interpreta a través de la conformación de la West-Eastern Divan orquesta, Barenboim cerró esta mañana con un concierto gratuito sus presentaciones en Buenos Aires.
Tras dirigir las principales obras del repertorio de Maurice Ravel, el maestro nacido en Argentina agradeció la presencia del público. Destacó que lo "halaga" el reconocimiento popular y reveló: "Lo que más me emociona es el cariño que me dan".
"Me fui de Argentina a los 9 años pero algo de lo que me dio la Argentina en esos años me quedó para siempre y es que no hay un problema de tener identidades múltiples", resaltó.
En Argentina, remarcó, "se puede ser polaco, judío, sirio alemán, libanés, turco y no por eso menos argentino".
Las emotivas palabras de Barenboim arrancaron un estruendoso aplauso de la multitud a la que volvió a congratular con la dirección, como dijo, "muy fuera de programa" de la milonga El Firulete, compuesta por Mariano Mores.
El concierto de Barenboim fue organizado por el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires en un escenario con más de ocho mil sillas en el acceso porteño al Puente Alsina.
Aplausos de pie y ovaciones profundas acompañaron cada final de las obras que ejecutó de Ravel: Rapsodie espagnole, Alborada del gracioso, Pavane pour une infante défunte y su famoso Bolero.
Ayer, con Les Luthiers
Anoche fue uno de los momentos más esperados de esta saga de presentaciones en la Argentina: la actuación con Les Luthiers, en el Teatro Colón.
En este gran ciclo de Barenboim en la Argentina hubo varios hitos: el recital de piano que Argerich y Barenboim dieron juntos el martes pasado y, días antes, la función inaugural de sus presentaciones en la Argentina, con un programa para piano y orquesta que incluyó el Concierto N° 1 de Beethoven y varias de las más populares obras sinfónicas de Ravel. O las funciones en las que Barenboim y la orquesta abordaron fragmentos de Tristán e Isolda, con la participación de Peter Seiffert, Waltraud Meier, Ekaterina Gubanova y René Pape.
Sin embargo, la actuación con Les Luthiers era una de las que mayor expectativa provocaba por lo impensado de esa reunión. Incluso, llamó la atención el programa elegido: La historia de un soldado, compuesta en 1917 por Igor Stravinski sobre la base de un texto de Charles Ferdinand Ramuz, y El carnaval de los animales, suite de catorce movimientos escrita en 1886 por Camille Saint-Saëns.
En cambio, para El carnaval de los animales -además de incluir a Martha Argerich para entablar un diálogo de teclados con Barenboim (la obra requiere dos pianos) y los Luthiers que faltaban, Carlos Núñez Cortés y Jorge Maronna- el legendario grupo puso en escena todo su histrionismo, con intervenciones breves y precisas, que hasta les dieron participación a los pianistas. Y como no podía faltar, Johann Sebastian Mastropiero (el mítico personaje de los espectáculos de Les Luthiers) se hizo presente con comentarios desopilantes y destruyó con ácidas críticas la obra de Saint-Saëns.
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