Bariloche resurge de las cenizas
SAN CARLOS DE BARILOCHE.-Pala, escoba y rastrillo en mano, unos 2200 barilochenses se movilizaron ayer en forma voluntaria hasta el centro de esta ciudad para limpiar las calles que aún muestran los vestigios de las precipitaciones de cenizas volcánicas.
Una mezcla de emociones, orgullo y sentido de pertenencia surgieron en una jornada de trabajo que superó las expectativas de todos. La convocatoria "Bariloche, mi casa", ideada en las redes sociales y organizada por la Red Solidaria Bariloche, tuvo una respuesta impensada. Cerca de las 9, cuando recién asomaba el sol, mucha gente se reunió en el Centro Cívico para entonar el Himno, conmemorar el Día de la Bandera y poner manos a la obra.
Llegaron desde todos los puntos de la ciudad, de organizaciones sociales e instituciones, tanto empresarios y trabajadores como amas de casa. Nadie quiso perderse la convocatoria, por la que se logró despejar toneladas de cenizas volcánicas que lanzó el volcán Puyehue-Cordón Caulle tras entrar en actividad el 4 del actual, y que ayer disminuyó sus emisiones, con la emanación de cenizas a unos 2000 metros de altura.
"Queremos levantar Bariloche entre todos para que quede limpia, para que vuelva a ser lo que era y a atraer turistas", contaron a LA NACION María Millemá, Elga Chávez y Soledad Thorp, que llegaron al Centro Cívico desde el barrio Ayelén a pie y provistas de escobas y palas.
Un ejército voluntario
Sorprendió la respuesta de familias enteras, con niños que aportaban su esfuerzo. Una de ellas fue Sabina Olatte, de 6 años, que llegó acompañada por su madre, Mariela, desde el kilómetro 13, en Bahía Serena. En la costanera, frente al lago Nahuel Huapi, cargaba arena volcánica en su balde playero junto a su amiga Micaela Del Giudice.
"Nos sumamos no sólo para esperar al turismo, sino también por nosotros, para cambiar los colores", dijo a LA NACION, en alusión al uniforme tono gris que hasta ayer reinaba en Bariloche a pesar de que en esta ciudad las condiciones mejoraron notablemente desde hace más de una semana y la actividad se normalizó.
Alberto Del Giudice, empresario del cerro Catedral, también aportó su esfuerzo: "Esto es lo mejor que le pasó a Bariloche en los 30 años que llevo viviendo acá. Es un día en el que todo el pueblo está junto, detrás de un objetivo común".
También Tatiana, una brasileña de 35 años que llegó hace cuatro días de Florianópolis para trabajar en la temporada de esquí, se sumó a la tarea. "Vine a colaborar porque quiero que se recupere la ciudad", dijo.
Se armaron cuadrillas de 20 personas, encargadas de limpiar una cuadra cada una. Los voluntarios barrieron las cenizas y las embolsaron para que los camiones municipales las retiraran. El clima era festivo y aun aquellos que no trabajaron en la limpieza hicieron su aporte con bebidas calientes y comida para los voluntarios.
"Es emocionante ver a todos juntos movidos de manera espontánea con el espíritu común. Venimos a limpiar nuestra casa", dijo Vanesa Vicente, de la Red Solidaria, y anticipó que el próximo domingo se repetirá la jornada de limpieza en los barrios periféricos.
Servicios en La Angostura
En Villa La Angostura, la situación aún es compleja, a pesar de que no se registraron nuevas precipitaciones de cenizas y se intenta recuperar la provisión del agua potable y electricidad para comenzar a normalizar la actividad. Ayer se incrementaron los trabajos con la llegada de personal para cuadrillas especiales para la reparación de las líneas de media y baja tensión de electricidad, avería que afecta desde el fin de semana la provisión de luz en varios barrios.
El principal inconveniente en las bajadas de electricidad domiciliaria es el enfriamiento de cables que acumularon humedad, según explicaron en el Comité de Operaciones de Emergencia. La provisión de agua potable está garantizada con la entrega de agua provista por camiones.