Bautista habría ido a otro juego después de la Torre del Terror
Según Euro Disney, el chico santiagueño "caminaba" cuando se retiró del parque
PARIS.- Hacía mucho tiempo que Juan Bautista Riera soñaba con hacer ese viaje. El 23 de noviembre, este santiagueño de 13 años y su padre llegaron a Euro Disney. Durante la mañana, participaron en tres juegos: el espectáculo Animagic, la Torre del Terror y Crush Coaster, una minimontaña rusa donde el visitante se sube a una caparazón de tortuga que gira sobre sí misma. Fue sólo cuando bajó de Crush Coaster que Bautista se sintió mal y fue con su padre a consultar al servicio médico del parque de diversiones.
Esa es la versión que Euro Disney da sobre el itinerario del chico. Lo que siguió ya se sabe: terminó hospitalizado en París, en el servicio de terapia intensiva del hospital Necker. Según su familia, su estado es estable, "pero grave". El tío, Gabriel Ferreyra, que desde la Argentina permanece en contacto con la madre del niño, afirmó ayer que está conectado a un respirador. Esa dependencia mecánica habría producido "una neumonía que hizo retroceder las mejoras que había logrado previamente".
A juicio de los expertos, Necker es uno de los mejores hospitales para niños de Europa. A esa institución, situada en el distrito XV de París, recurren niños del mundo entero cuando son desahuciados en sus propios países. Necker cuenta con más de 4000 profesionales y propone todas las especialidades médicas y quirúrgicas infantiles. En 2011, por segundo año consecutivo, el hospital obtuvo el primer premio de excelencia hospitalaria de Francia.
Por esa razón causaron sorpresa en esta ciudad las afirmaciones del tío de Juan Bautista a Radio La Red: "[La familia] no está contenta con el hospital, pero no lo podemos mover [?] hasta que no logre un estado de estabilidad".
En Euro Disney, un parque de atracciones que recibe 15 millones de visitantes por año, el estado de gravedad de Bautista asombra. "Es realmente extraño que esto haya tomado semejantes proporciones. Nosotros conocemos perfectamente el caso, pero muchas de las informaciones que leemos en la prensa argentina son falsas", avanza con cautela una fuente de Euro Disney en París que pidió conservar el anonimato.
"Me sorprende que digan que el chico no puede caminar, aunque naturalmente no lo ponemos en duda. Le puedo asegurar que Juan Bautista llegó caminando con su padre a nuestro servicio de primeros auxilios y, después de ser auscultado por uno de los médicos de nuestro equipo y en función de su edad, le propusimos enviarlo en ambulancia al mejor hospital para niños de París. Mientras estuvo en Disney en ningún momento perdió la movilidad de las piernas", señaló.
Si bien todas las atracciones de Disney "están pensadas para la familia", cada juego tiene notas de advertencia sobre su nivel de peligro. Algunos exigen una talla mínima para que los niños puedan subir. En el caso de la Tour de la Terreur, que según la familia de Bautista le habría provocado al chico una lesión medular, es de 1,02 metros. Para Crush Coaster, de 1,07.
En todo caso, las informaciones coinciden: desde que el parque fue inaugurado, en 2002, nunca se registró un incidente en ninguno de los tres juegos visitados por Juan Bautista.
Como todos los parques de diversiones en Francia, Disney está obligado a someter sus atracciones a rigurosos controles de distintos tipos: una revisión anual independiente realizada por las autoridades públicas; controles técnicos nocturnos propios prácticamente a diario, y exámenes periódicos mucho más minuciosos.
Euro Disney sostiene que desde que Bautista y su padre partieron en ambulancia no volvieron a tener noticias de ellos. Lo explica el sacrosanto respeto del secreto médico en Francia, que impide a terceros (como la empresa) acceso a esa información.
Por esa misma razón, las autoridades hospitalarias se negaron ayer a responder las preguntas de LA NACION. Sí se sabe que la embajada de la Argentina en París está en contacto permanente con la familia a fin de asistirla en lo que sea necesario, y que Juan Riera, el padre de Bautista, que es médico, está "devastado y con mucha culpa por lo que pasó" y no se mueve del Necker desde aquel día.