Tendencia: la crisis económica y la recesión, las principales causas. Cada vez más coches duermen en la calle
Las calles de Buenos Aires se convirtieron en un estacionamiento a cielo abierto: la ocupación de garajes cayó un 25%
Barrios populosos, barrios exclusivos... da igual. Las calles de la ciudad, por estos días, se han convertido, de la mano de la crisis, en un gigantesco estacionamiento al aire libre. No sólo de autos entrados en años o de precio medio-bajo, sino de importados, últimos modelos y camionetas todo terreno.
Una simple recorrida permite verificar que cada vez más gente opta por estacionar en la calzada para ahorrarse el costo de una cochera. Directos damnificados por esta tendencia, los propietarios de garajes y playas de estacionamiento aseguran que, en el micro y macrocentro, la ocupación cayó entre un 20 y un 25 por ciento, y que en el resto de la ciudad apenas logran alquilar la mitad de sus cocheras, aun cuando muchos han bajado sus precios o aceptan discutirlos.
El fenómeno no se reduce a la relación directa entre propietarios de vehículos y garajistas: las principales compañías de seguros de plaza afirman que, en los últimos meses, aumentaron las denuncias por robo de rodados, situación que, de hecho, podría ser una de las consecuencias de ese mayor número de autos que “duermen afuera”.
Consultores de tres de las más importantes aseguradoras del mercado sostienen que, en promedio, las denuncias por robo aumentaron, en los últimos tres meses, un 20 por ciento.
Comparados septiembre de 2000 con el de 2001, la tasa anual de sustracciones pasó del 3 al 3,71 por ciento del total del parque automotor registrado: es decir que son robados cuatro de cada 100 autos. Según datos de la Superintendencia de Seguros de la Nación publicados en septiembre último, en la Capital y Gran Buenos Aires son sustraídos unos 90.000 vehículos al año.
Con todo, datos oficiales de la Secretaría de Justicia y Política Criminal, a los que tuvo acceso LA NACION, indican que se registró un descenso en la cantidad de autos robados, en la comparación entre el primer y el segundo trimestre de este año: de 2483 vehículos sustraídos en los primeros cuatro meses se pasó a 2135.
Igual, el secretario Mariano Ciafardini explicó a LA NACION que no se puede asegurar que exista una contradicción entre estos datos y las estimaciones de las aseguradoras, que no sólo establecieron comparaciones con años anteriores, sino que notaron un aumento en la tasa de robos precisamente en el tercer cuatrimestre del año.
Menos tránsito
El crecimiento de la capacidad ociosa en garajes y playas, contrapuesto al aumento del estacionamiento callejero, se conjuga, a su vez, con una baja en el ingreso y circulación de vehículos en territorio porteño.
El director de Tránsito del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ingeniero Osvaldo Storani, dijo a LA NACION que, aun cuando no hay mediciones concretas, se advierte desde hace meses una disminución en el volumen de circulación de vehículos tanto en avenidas como en autopistas.
Esta baja en la circulación vehicular repercute, precisamente, tanto en la ocupación de cocheras del microcentro como de parquímetros.
Según el Servicio de Tránsito Ordenado (STO), una de las concesionarias del sistema de espacios tarifados, la ocupación de parquímetros bajó un cuatro por ciento, en la comparación entre el semestre abril/septiembre de 2000 e igual período de este año. Y tomando sólo el mes de septiembre, la diferencia en un año fue del 5,5 por ciento, con una tendencia alcista desde entonces, según datos aportados a LA NACION por la Gerencia de Relaciones Institucionales y Prensa de la concesionaria.
Un estudio realizado por la consultora Steer Davies Gleave estableció que el 70,6 por ciento de los usuarios de parquímetros procede de la misma ciudad. Sobre esos datos, STO estimó que, pese a la menor circulación de vehículos en la Capital, el servicio de estacionamiento tarifado absorbió parte del mercado de usuarios que van hacia el macrocentro y que antes optaban por las playas tradicionales.
Quejas y reclamos
La crisis económica y la recesión generalizada son el denominador común de esta tendencia. Pero, igualmente, cada quien tiene su reclamo y su explicación particular sobre el tema.
Los automovilistas cuestionan el precio de las cocheras fijas y del estacionamiento por hora. Incluso, muchos eligen dejar sus vehículos en barrios más alejados –donde los precios de guarda son más bajos– y completan su viaje al microcentro en subte.
Y las aseguradoras ven detrás del aumento en la tasa de siniestros la falta de depuración en la cartera de clientes de las compañías y el consecuente aumento de los autorrobos, con los cuales muchos propietarios intentan obtener dinero urgente ante un mercado con operaciones de compra-venta casi inexistentes.
Los garajistas son, por otra parte, los que más reclamos plantean. El presidente de la Asociación de Garajes y Estacionamientos (AGES), José Antonio Cabrera, aseguró a LA NACION: “Si no existen controles sobre la inmensa cantidad de infractores que estacionan en lugares prohibidos, si nadie se encarga de clausurar los garajes clandestinos, y si las aseguradoras no se ponen firmes y dejan de pagar los robos de autos que son dejados en la calle a la buena de Dios, muchos garajistas se verán obligados a cerrar, porque hoy esta actividad no es en absoluto rentable”.
El secretario general de AGES, Héctor Alcides Di Diego, sostuvo que, en el actual estado de las cosas, muchos de los 2600 estacionamientos –con 300.000 cocheras– que hay en la ciudad están al borde del colapso.
“La Capital está dividida en dos por la avenida Pueyrredón, y todos pagan los mismos impuestos, aunque en los barrios la capacidad ociosa en los garajes de barrio oscila entre el 45 y el 50 por ciento. Pagamos el agua no por consumo sino por superficie, estamos obligados a fraccionar la hora después de la primera y debemos contratar seguros con primas altísimas. Sin embargo, nadie se preocupa por desalojar los autos abandonados en las avenidas, por hacer respetar las reglas de estacionamiento y por perseguir a los que evaden y compiten de manera desleal, como los que montan garajes truchos”.
Coincidieron Cabrera y Di Diego: hoy, un garaje mediano, de unos 1500 metros cuadrados, a 100 pesos la cochera fija y con el 50 por ciento de ocupación, no salva los gastos.
Mientras, cada vez más automovilistas muestran en la calle que no están dispuestos a pagar por guardar su auto, aun a riesgo de sufrir el deterioro e, incluso, el robo de la unidad.
lanacionar